SONIA OSORIO 31 de enero de 2018
Mientras
la crisis en Venezuela se profundizaba, al parecer los países vecinos no
estaban previendo lo que se estaba gestando y ahora que los venezolanos están
cruzando desesperados las fronteras, naciones como Brasil analizan la
posibilidad de restringirles el acceso hasta saber con certeza cuántos de ellos
ya están en el gigante de Latinoamérica.
El
senador oficialista Romero Jucá, que representa al estado de Roraima, una zona
que en diciembre pasado decretó la emergencia social debido a la avalancha de
venezolanos que ha recibido, dijo estar a favor de la propuesta del gobierno.
“Fue
definido aquí que habrá un censo para determinar cuántos y quiénes son esos
venezolanos en Roraima, y también defendimos que mientras eso se hace haya una
paralización del ingreso de venezolanos en Roraima para poder tener una
cuantificación exacta de quién ya está en el estado y cuál es la capacidad del
estado de absorber a esas personas”, dijo Jucá en declaraciones a la agencia
AFP.
El
congresista brasileño dijo que existe el compromiso de los ministros que
participaron en una reunión en la noche del martes en Brasilia de tomar acciones
de emergencia y a la vez evaluar la posibilidad de crear un campamento para
alojar a los venezolanos que están durmiendo en las calles.
Los
venezolanos no tienen restricciones para entrar como turistas a Brasil y la
mayoría de los que están emigrando ingresan por tierra.
Tomás
Páez, coordinador del Observatorio de la Voz de la Diáspora Venezolana, dijo a
el Nuevo Herald que la masiva emigración está generando presión adicional a los
países de Latinoamérica y sobre todo a los fronterizos como Brasil y Colombia.
“Ellos
(Brasil) están preocupados porque si hay una zona difícil es su zona norte, que
es una de las aéreas pobres del país. Es una situación que no es fácil para los
países, el tema es complicado cuando llega tanta gente en tan poco tiempo, pero
en general la actitud de los países de la región hacia los venezolanos ha sido
muy abierta”, dijo en una entrevista telefónica este miércoles.
Detalló
que desde la frontera con Brasil llegan los mineros, los indígenas y las
“personas desesperadas del oriente de Venezuela” y que las solicitudes de asilo
superan las 15,000.
Cerca
de 40,000 venezolanos han llegado a Brasil por la frontera con Roraima, huyendo
del hambre, de la inseguridad y de la falta de oportunidades en la Venezuela
socialista del régimen de Nicolás Maduro.
Esto
ha generado una crisis principalmente en Roraima y específicamente en la ciudad
de Boa Vista, por lo que en la reunión de los ministros también se mencionó la
posibilidad de distribuir a los venezolanos en otras zonas de Brasil.
De
hecho, en diciembre pasado la gobernadora de Roraima Suely Campos declaró una
emergencia social debido a la ola de inmigrantes venezolanos.
“Queda
declarada la situación de emergencia social en el estado de Roraima debido al
gran flujo migratorio de extranjeros venezolanos que carecen de cualquier medio
de sustento y que ingresan a Brasil por la frontera con el estado de Roraima”,
se indicó en el decreto emitido en esa ocasión.
Páez
consideró que Brasil y otros países latinoamericanos se ven obligados a buscar
políticas para encausar esta emigración
“Piensan
que tienen que diseñar políticas públicas para generar un mejor proceso de
integración de los venezolanos que están llegando en masa a los países de
Latinoamérica”, expresó.
Hasta
diciembre de 2017 habían emigrado 2.7 millones de venezolanos a distintos
países, siendo Colombia el principal destino de esa emigración, de acuerdo con
las cifras actualizadas del Observatorio de la Voz de la Diáspora Venezolana.
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