Venezolanos Siempre 29 de octubre de 2018
@VESiempre1
En 2016, en el marco de las actividades de la
organización Caracas Mi Convive,
dedicada a la prevención de la violencia, el ingeniero y activista por los
derechos sociales Roberto Patiño tuvo una experiencia que marcó una impronta en
su vida y lo motivó a trabajar a favor de los derechos alimentarios de niños
que viven en zonas de escasos recursos.
“En mayo de 2016 estábamos realizando un cine de calle
en La Pastora, en el sector El Polvorín. Estábamos transmitiendo la película Intensamente, con un grupo de niños, en
un punto caliente, en un sitio donde generalmente ocurrían incidentes violentos
y que estábamos ese día resignificando, cuando se me acerca una niña de 6 años
llamada Fabiola, y me dice que le de algo de comer, que tiene mucha hambre. Eso
para mí fue como un terremoto personal”, relató Patiño.
“Pocos meses antes había sido tío por primera vez, mi
hermana había tenido a mi sobrino. Y yo imaginármelo en esa situación es algo
que me conmovía profundamente. Entonces decidí junto al equipo aplicar la misma
filosofía de empoderamiento y fortalecimiento comunitario que habíamos aplicado
para la prevención de la violencia, pero ahora aplicado a enfrentar el problema
de las poblaciones infantiles más vulnerables y de esa manera nace el sueño que
es Alimenta la Solidaridad”, dijo al explicar cómo nació la iniciativa Alimenta La Solidaridad.
“Es un movimiento de empoderamiento comunitario, donde
nosotros les damos las herramientas a la comunidad, en particular la formación
y los ingredientes, para que puedan ser preparados todos los días almuerzos, e
incluimos a los niños que más lo necesitan en su sector” detalló al habar del
objetivo de la iniciativa.
“Es un planteamiento de corresponsabilidad, donde
todos tenemos que poner algo. Unos ponen un espacio físico donde se cocina,
otros ponen ollas, gas o agua y tenemos cientos de voluntarias que ponen su
tiempo y su trabajo para preparar estos alimentos”, explicó. Los mobiliarios
usados en los comedores también son donados por la comunidad.
Los niños beneficiarios se escogen a partir de una
selección que hacen las propias comunidades considerando quiénes son los más
necesitados, como de un análisis técnico que hace el equipo de Alimenta La Solidaridad para tomar
medidas. Un requisito importante es que estén asistiendo a la escuela. Ellos
reciben el almuerzo de forma gratuita, de lunes a viernes,
Además del aporte alimentario Alimenta la Solidaridad, ofrece servicios de salud, psicológico y
algunas actividades culturales. En algunos comedores tienen apoyo de
organizaciones como la Fundación Schola Cantorum, por medio de la cual le han
enseñado a los niños a cantar.
Una
iniciativa autosustentable
Alimenta la Solidaridad cuenta con diversos mecanismos
de levantamiento de fondos. A finales del 2017 crearon un emprendimiento social,
vinculado a alimenta la solidaridad, que se llama Sustento, mediante el cual le dan formación, a través de chefs, a
las madres más comprometidas. Luego ofrecen servicios de catering y de
almuerzos delivery, a partir de cuya venta comen tres personas: el que lo
compra, un niño al que se le financia su almuerzo en uno de los comedores y la
mujer que preparó el almuerzo, quien obtiene un ingreso que le permite
alimentarse.
Patiño explicó que con la iniciativa Sustento están financiando el 20% de
las actividades de Alimenta La
Solidaridad. La comida la venden a empresas y a personas particulares. “Algunos
venezolanos fuera del país nos contratan los almuerzos para que se los llevemos
delivery a familiares en edades avanzadas en el país, que tienen problemas para
conseguir la comida”, relató.
Además, realizan campañas de recolección de fondos.
“Sin duda alguna, una de las fuentes más importante son los venezolanos en el
extranjero, a través de nuestras campañas de crowdfunding, o asistiendo a los eventos que organizamos y han sido
soporte fundamental para la iniciativa”, resaltó Patiño.
Un
millón de comidas servidas
Alimenta
La Solidaridad tiene presencia en
8 estados del país (Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Lara, Miranda,
Portuguesa y Vargas), con un total de 60 comedores, ubicados en zonas populares.
Los comedores funcionan en diversos lugares como casas, escuelas o espacios
públicos acondicionados para esta labor.
Tras dos años de actividades, han sido un gran apoyo
para el alimento de miles de niños. “Al
finalizar este mes estaremos rompiendo la barrera del millón de comidas
servidas desde que arrancó la iniciativa”, indicó Patiño.
La preparación de la comida está a cargo de madre de
niños beneficiarios. Ellas también reciben un almuerzo diario. Además, cuentan
con una red de miembros activos y voluntarios que agrupa a miles de personas. Entre
los voluntarios hay personas de perfiles múltiples, entre los que se encuentran
madres, estudiantes universitarios, profesionales, como algunos músicos que han
prestado su talento para las actividades especiales que realizan.
El costo promedio de alimentar a un niño durante todo
un mes es de 5 dólares. Quien desee hacer donaciones para apoyar el trabajo de Alimenta La Solidaridad puede
contactarlos a través del correo electrónico alimentalasolidaridad@gmail.com
o de su cuenta en: Instagram:
@alimentalasolidaridad; o a través de las cuentas en redes sociales de Roberto
Patiño: Twitter: @RobertoPatino, Instagram:
@robertopatinog, Facebook: https://www.facebook.com/robertopatinog/.
También pueden hacer aportes económicos desde el exterior, a través de la
plataforma Go Fund Me, en el siguiente enlace: https://es.gofundme.com/SolidaridadVzla.
O desde Venezuela, a través de la plataforma Pago Flash https://app.pagoflash.com/pf/alimentalasolidaridad1mes.
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