A los que se van y a los que se quedan

Por José Sierra

Con mucha tristeza y angustia escribo estas líneas, me refiero a la clase media venezolana que está preparando maletas en gran escala para abandonar el país y convertirse en emigrantes, los que no están en condición de irse pues sus recursos económicos no se lo permiten, sueñan con poder establecerse en otro país, los que si lo pueden hacer, hacen planes y fijan fechas de hasta donde están dispuestos a soportar.

La principal angustia y preocupación son nuestros jóvenes, nuestros hijos que están cursando carreras universitarias, la mayoría aspira a buscar mejores oportunidades que las posibles a encontrar en Venezuela, frases como: “Yo no tengo que soportar esta condición de vida”, “Merezco una vida mejor”, “No hay oportunidades de empleo aceptable”, “No me calo al Comandante y sus locos”, “Si me voy, seguro que viviré mejor”, etc.

Impresiona el efecto que la ignorancia y el desconocimiento de la política, provoca en muchos ciudadanos útiles para la patria. Impresiona la poca participación ciudadana que observamos. Impresiona la manera como hacen política nuestros partidos políticos tradicionales, no solo al mejor estilo de la cuarta república, a la cual no queremos ni podemos volver, sino más allá, a la prehistoria de la política. Impresiona el sentimiento de mucha gente que simplemente tiro la toalla y están dispuestos a someterse a los designios del Comandante.

El poder mediático del régimen rojo está haciendo estragos en las filas opositoras, no me refiero a los comprometidos, sino al ciudadano común que se limita a participar en los procesos electorales emitiendo su voto. Los que tenemos un nivel superior de información sabemos y entendemos que en los últimos doce años este es el peor momento de Hugo y su combo, que las condiciones están dadas para un triunfo electoral, que con una dirección política que nos brinde esperanza y ganas de participar el triunfo electoral estaría garantizado, pero lamentablemente el efecto del momento electoral no está llegando a la gente con la suficiente fuerza para derrotar al oficialismo.

A los que se van y a los que ya se fueron, les respetamos su decisión y nos solidarizamos con ellos, pero le pedimos dos cosas que son muy importantes para los que nos quedamos, en primer lugar que se registren en sus consulados y se inscriban, no exclusivamente con el objeto que puedan ejercer su derecho al voto desde el exterior (que ya es importante) sino para que sean sacados de su Centro de Votación actual, pues como no ejercerán su derecho, engrosarán los porcentajes de abstención de manera artificial, y en segundo lugar les recordamos que su deber para con la patria que les vio nacer es no desvincularse del país y por supuesto apoyar con todas sus fuerzas y recursos a los que decidimos quedarnos contra viento y marea, que por cierto somos mucha gente.

A los que se quedan, que se dedican al divertido juego de la crítica social, es decir en cuanta fiesta, agasajo o encuentro con amigos y familiares, juegan a la habladera de pajita, como principal tema de conversación y diversión y que con cara de preocupación hablan de los problemas del país, les decimos dejen de preocuparse y comiencen a ocuparse, no es suficiente con emitir su voto en Las Primarias y el 7 de octubre de 2012, es necesario que participen, que asistan a las Asambleas al menos para que estén informados de lo que acontece pero por versiones de primera mano, métanse la mano en el bolsillo y colaboren con los que si están comprometidos trabajando.

A los que se quedan y están alejados de la política, por miedo, por necedad, porque no les interesa, a ellos no les digo nada, serán víctimas del régimen rojo y en algún momento, probablemente muy tarde, serán atropellados por las decisiones que sobre ellos, su vida y su familia tomen un bando ó el otro.