Antonio Maria Delgado, 17/04/2012
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El cierre del Consulado de Venezuela en Miami obedeció más al deseo de castigar a los “enfebrecidos” opositores de Hugo Chávez que residen en el Sur de Florida que a la necesidad de responder a la decisión de Washington de expulsar a la jefa de esa sede diplomática, según documentos que obtuvo El Nuevo Herald.
Los documentos, que incluyen correos electrónicos entre las personas que participaron y comentaron sobre la medida, develan la irritación del gobierno de Chávez por la expulsión de la cónsul Livia Acosta, quien fue declarada persona “non grata” en medio de un escándalo de espionaje.
Pero diplomáticos chavistas veían la situación como una oportunidad de tomar represalias contra los venezolanos que habitan en Miami, de los cuales una gran mayoría salió del país sudamericano en desacuerdo con la “revolución bolivariana” emprendida por Chávez.
“Con los elementos de juicio a mi disposición se me ocurre que podríamos responder con medidas que afecten al Estado de la Florida y siembren el caos entre nuestros enfebrecidos maiameros (sic)”, escribió el embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton Matos, en un mensaje por correo electrónico dirigido al canciller Nicolás Maduro.
“Pienso que perderían más que nosotros y de paso pondríamos en posición muy incómoda a la mafia cubano-americana”, añadió.
Funcionarios venezolanos no contestaron los repetidos esfuerzos de El Nuevo Herald por contactarlos.
El gobierno venezolano cerró el consulado en enero pocos días después de que el Departamento de Estado declara a Acosta persona “non grata” en enero, tras la divulgación de una grabación que implicaba a la funcionaria diplomática en un presunto complot iraní contra Estados Unidos.
La medida afectó a cerca de 200,000 venezolanos que residen en Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, muchos de los cuales dependen de los trámites de la sede diplomática para poder obtener dólares desde Venezuela, debido al estricto régimen de control cambiario vigente en ese país.
También se vieron afectados los trámites para obtener pasaportes, legalizar documentos y votar en los venideros comicios de octubre.
Aún cuando funcionarios del Consejo Nacional Electoral han señalado que electores del Sur de Florida podrán participar en los comicios, hasta el momento no hay indicios de que han emprendido los preparativos para permitir que los casi 20,000 venezolanos inscritos puedan ejercer el derecho al voto.
La grabación de Acosta, transmitida en un documental de la cadena Univision, muestra a la cónsul solicitando a un supuesto ciberpirata mexicano las claves de acceso a las instalaciones nucleares en Estados Unidos.
“Deberías también darme eso [...] para enviarlo al presidente, el jefe de Defensa, más bien, de la seguridad presidencial, es mi amigo”, dice la voz atribuida a Acosta.
La grabación habría sido realizada cuando la cónsul se desempañaba como agregada cultural en la embajada de Venezuela en México, pero documentos obtenidos por El Nuevo Herald señalan que Acosta ejercía en realidad otras funciones.
Según los documentos, Acosta, al igual que el vicecónsul Edgard González
Belandria —quien dirigía la emisión de pasaportes en el consulado en Miami—
están inscritos en la caja de ahorros del Servicio Bolivariano de Inteligencia
(SEBIN), lo que certifica que están en la nómina de dicha entidad.
En el servicio automatizado de la caja de ahorros, al que se tiene
acceso ingresando la cédula de identidad del usuario, están registrados los
montos que ambos funcionarios tienen acumulados a su favor como empleados del
servicio de inteligencia.
El documental de la cadena de televisión y el reportaje de El Nuevo
Herald generaron alarma en distintos dirigentes de la “revolución bolivariana”,
que exploraron una serie de opciones para tratar de contener su impacto.
Angelo Rivero Santos, el encargado de negocios de la embajada en
Washington, advirtió en un mensaje por correo electrónico, dirigido al ministro
de Información, Andrés Izarra, que el documental estaba por ser transmitido.
“Me permito alertarte sobre el documental. Según uno de los párrafos de
la nota de prensa de Univision (...) [las grabaciones] indican que diplomáticos
de Irán y Venezuela, estarían presuntamente preparando un ataque cibernético a
la Casa Blanca, el FBI, el Pentágono y plantas nucleares”, escribió Rivero,
quien actualmente ejerce el más alto cargo diplomático de Venezuela en Estados
Unidos.
Pocas semanas después, Rivero volvió a escribirle a Maduro para informar
de una reunión que sostuvo con Kevin Whitaker, secretario Asistente Interino
para el Hemisferio Occidental.
“[Whitaker] afirmó que ‘todo lo ocurrido en los últimos días [en clara
referencia al documental de Univision] los inquietaba [...] Este hecho, dijo,
es lo que puede aumentar las tensiones entre nuestros gobiernos. Indicó que
asuntos como el documental de Univision, sobre el cual no emitió ningún juicio,
son los que ‘pueden explotar ciertos sectores’ para lograr aumentar las
tensiones entre Caracas y Washington”, escribió Rivero.
En el encuentro, según el documento, el diplomático estadounidense
mencionó que el Departamento de Estado ha escuchado rumores sobre prácticas de
corrupción que involucraban al consulado, que tienen que ver con “la venta de
visas y cosas así”.
“En relación a lo anteriormente expuesto, el Sr. Whitaker dijo lo
siguiente: ‘cuando usted junta estas dos cosas, el ruido de Univisión y los
rumores de corrupción, se nos ocurre que quizás valdría la pena que el gobierno
venezolano llegase a considerar cuáles son sus opciones sobre la Cónsul Acosta
Noguera’”, reportó Rivero.
Al comentar sus impresiones sobre el encuentro, Rivero expresó que la
intención del diplomático era dejar una puerta abierta para evitar un conflicto
futuro entre los dos países.
El diplomático venezolano también hizo mención de la latente hostilidad
en Miami contra la “revolución bolivariana”, para recomendar que Acosta fuese
reiterada discretamente de la sede diplomática.
Asimismo, el funcionario recordó la investigación de El Nuevo Herald que
identificaba a Acosta como funcionaria del SEBIN, al advertir que su seguridad
personal estaba en riesgo.
“Vale la pena recordar que Miami no es como cualquier otra jurisdicción
consular en Estados Unidos. Como usted bien sabe, las mafias terroristas
mayameras están activas, incluyendo las venezolanas que han encontrado refugio
en esa ciudad”, señaló Rivero.
“Miami, a diferencia de otras ciudades que tienen leyes estrictas para
el porte de armas, es una ciudad con altos índices de armas en manos de
civiles. La historia de la relación de los hermanos cubanos con esa ciudad
podría servir de ejemplo de que en Miami las cosas son distintas a otras
ciudades”, añadió.
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