Por Humberto Silva Cubillan, 30/03/2012
Esquina de Principal.
Escribir con propiedad
sobre ciertos lugares de nuestra querida capital, Caracas, lo cual no es
nuestro caso, lo con propiedad aclaramos , puesto que a ello ya se dedicaron
algunos ilustres caraqueños ,sin embargo el hacerlo no es más que inscribirse
en los recuerdos que ellos nos legaron, he allí: don Arístides Rojas; un poco
más cerca de nuestros días don Enrique Bernardo Núñez; don Santiago Key Ayala
con su Álbum de Caracas, en 1954; en más cercana data doña Carmen Clemente
Travieso, de cuyo linaje bien hablan sus apellidos, sangre de prócer
independentista, Lino de Clemente, con su interesante y documentada obra: ” Las
Esquinas de Caracas “, en el año de 1956, titulo literario imprescindible para
la memoria caraqueña. Recordemos a Carlos Eduardo Misle, mejor conocido como
"Caremis", con su inolvidable Corototeca, colección de recuerdos de
la Caracas de antaño y de la identidad del caraqueño, quien fuera el cronista
de la ciudad , aunque nunca recibió formalmente ese título, historiador,
periodista, valioso legado dejado , entre sus obras : “El Libertador Simón
Bolívar” y “Caracas”.
Catedral de Caracas |
Todos ellos, y vaya Ud.
a saber cuántos muchos más, no han dado su invalorable aporte a la memoria
histórica de una ciudad que vio escaparse parte de sus querencias por los
derroteros de los cambios impuestos por la modernidad, en cualquier época,
cuota hermosa de un ayer suplantado por el cemento y el hierro, representativos
lugares que cedieron compulsivamente sus espacios para dar paso a otros que
requerían, por imposición de la realidad, desarrollo o capricho de los
urbanistas. Citemos, entre otros: El Silencio, el Centro Simón Bolívar y un
tanto más allá la Ciudad Universitaria, el Sistema de la Nacionalidad: Los
Ilustres, Los Próceres; reseñados algunos espacios, en su inolvidable obra, por
la escritora ya aludida y primera mujer periodista de nuestro país,
Sublime sentir, el de
todos ellos y cuantos tantos mas, entrañable y humana expresión de sus mismas
raíces, su sentido de pertenencia, el tratar de conservar la evocación
auténtica de la ciudad, aquella que durante tantos años comenzó a perder sus
techos rojos para dar paso, bien por ocupación, negocios de bienes inmuebles,
abandono , o con fines de utilidad pública, manido recurso que han utilizado
los gobernantes para acabar con las ciudades, en vez de proteger y conservar
sus zonas coloniales, cascos históricos, centros auténticos de un ayer ,
reflejados en calles, vecindades, esquinas, ventanales, pórticos, callejuelas
con adoquines ,que dan cuenta de un ayer que ha debido preservarse. O al menos
parte importante de ese tiempo pasado.
Plaza Bolívar |
De la destrucción de la
esencia de un barrio bien pueden dar fe los maracaiberos quienes vieron desaparecer
uno tan de su reconocido gentilicio como El Saladillo, de quien pareciese nadie
se apiado ante la destrucción casi completa del vecindario, lleno de
edificaciones de los siglos XIX y XX, en sus inicios, arquitectura propia del
clima zuliano, casas con su multiplicidad de colores y típicas ventanas,
nostalgia de una ciudad influenciada por los grados de su clima, quedando sólo
retazos periféricos, la calle Carabobo, de lo que se ha dicho pudo haberse
reconocido como "patrimonio cultural de la humanidad", para hacer
particularmente nada comparable con lo que se perdía bajo las irreverentes
cuchillas del bulldozer, ante la nostalgia de un pueblo que veía desvanecerse
lo que tanto era de su alma, o cuando menos parte importante, de su identidad
zuliana.
Estas dos esquinas
caraqueñas, Conde y Principal, exaltadas a los sublimes tabernáculos de la
música venezolana , melodía inmortal de la inspiración del gran maestro
Aldemaro Romero, son punto de convergencia de quienes por la más variadas
razones su actividad de trabajo está vinculada a su diario transitar,
generalmente de trabajo, vaya Ud. a saber si también de grupos que han hecho de
esas esquinas , más aún la de Principal, color amarillo el de las paredes de la
Cancillería, colindando con la Gobernación y el Teatro Principal, obra del Arq.
Gustavo Wallis Legorburu, en 1931, decoración de Carmen Helena de Las Casas,
ángulos que hacen vida en común frente a la Plaza Bolívar, asomándose por allá
con cierta timidez la cúpula de la Catedral; sus mentideros políticos, dándole
una connotación de cuyos grados de efervescencia , llega a niveles como para ,
en ocasiones, quienes por ese agitado lugar se pretendan acercar, cuando mejor
opten por evadirla.
Gobernación |
Ubicadas en la
Parroquia Catedral, siendo una de las 22 parroquias que forman parte del
Municipio Libertador de Caracas, es el centro histórico de la capital
venezolana limitando por el norte con la Parroquia Altagracia; al sur con las
parroquias Santa Rosalía, Santa Teresa y San Juan; al este limita con la Parroquia
Candelaria y al oeste con la Parroquia 23 de Enero; es una de las zonas de
Caracas de mayor interés histórico, arquitectónico y comercial de la ciudad.
De grata recordación de
nuestra parte, razones de responsabilidades de trabajo por esos mentideros bastante
caminé, espacio que los hice propios cuando aún se podía de ellos hacer
legitimo uso, sin convertirse en un turismo de aventura, por los peligros que
hoy día allí se corren, bien sentándome con toda tranquilidad en la silla del
limpiabotas, leyendo el diario, ya aceptando la invitación de las puertas
abiertas de la Catedral, piadosas oraciones seguro estoy recorrían el silencio
de aquel recinto católico, cuantas veces acompañado de mi amigo Mons.
Monterrey; por las tardes asistir a alguna retreta con la Banda Municipal,
entre semana; nada despreciables los condumios del Café del Museo, ubicado en
el Museo Sacro donde funcionó el antiguo cementerio de la Catedral de Caracas,
el cual fue construido por decisión del cabildo civil en 1673, camposanto que
dejo de serlo cuando en 1872 el Presidente Antonio Guzmán Blanco emitió un
decreto que prohibió el funcionamiento de seminarios en el país y cuatro años
después emitió otro en el que creaba el Cementerio General del Sur y prohibía
la inhumación en antiguos cementerios de la ciudad, incluyendo dentro de las
iglesias y capillas, razón por la que el cementerio dejó de funcionar.
Casa Amarilla |
De Aldemaro Romero,
compositor y ejecutor del vals :"De Conde a Principal", mucho de mi
gusto y disfrute , y un sin número de composiciones musicales, al revisar su
hoja artística, podemos expresar que fue el músico más completo, más
polifacético, más innovador y de mayor talento que ha tenido Venezuela, el más
universal de los músicos venezolanos fue también , sin dudas, uno de los más
interesantes compositores nacionales, en la coexistencia de sus dos caracteres,
el músico popular y el creador de música culta, en ambos casos logró cosechar
reconocimientos internacionales, interesando por igual a los editores de
música, a intérpretes y al público de numerosos países. Dejó una influencia
renovadora y determinante en la música popular venezolana, en sus inicios con
sus arreglos para el LP “Dinner en Caracas”, concebido en la década de los años
50, con lo que se cambió el lenguaje sonoro de nuestra música y demostró que
ésta podía presentarse en una dimensión universal, para obtener de este modo
aceptación por parte de las más exigentes audiencia comprendiendo mejor la
nostalgia del vals criollo, el lamento desconsolado del polo margariteño, el
olor a montaña fresca del bambuco tachirense y el horizonte infinito de la música
llanera.
Teatro Principal |
Al querer rendir un
modesto homenaje a Aldemaro Romero, valenciano aquerenciado en Caracas, en
tiempos estos en los que se celebra el 444 aniversario de la fundación de la
Capital de Venezuela, nos es dable reseñar elementales aspectos, resaltantes,
de su vida, dilatados conocimientos musicales cimentados en su formidable
aptitud que le permitieron conocer e impregnar el hecho musical desde la figura
del ejecutante, hasta arreglista y director, adecuada mixtura de talento,
ilustración y experiencia que fue lo que le dio brillo a su productiva carrera,
la cual comenzó al iniciarse como prematuro guitarrista y locutor infantil en
la radio de Valencia, donde nació en 1928, y culminó al ser reconocido
mundialmente como respetado compositor de complicadas y originales obras de
carácter académico, de las cuales dejó más de ochenta , muchas de ellas sin
estrenar , cuando falleció en 2007, a la edad de 79 años.
Sus valses criollos
quedaron muy asentados en el sentir popular venezolano y son de los más bellos
que se hayan escrito en nuestro país, en particular hay tres imaginados en un
excelente lenguaje , de sublimes entonaciones e inspiración claramente
caraqueña : De Conde a principal, Catuche y Dos Golondrinas, piezas dedicadas a
la ciudad de Caracas, celebración de la fecha de su fundación a la que nos
adherimos, llevándolos en esta ocasión de la mano y la batuta del Maestro
Aldemaro Romero, recorriendo parte de nuestra ciudad por los senderos de Conde
a Principal, dejando en estas líneas nuestra gratitud a la ciudad por habernos
permitido desarrollar nuestra carrera profesional y sobre todo haber sido el
lugar en el que nuestros hijos adquirieron su gentilicio: Caraqueños.
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Me encantó
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