Editorial de el
diario El Venezolano, 09/05/2012
Para el Diccionario de la Real Academia Española,
la paradoja se define como, “paradoja: Idea extraña u opuesta a la común
opinión y al sentir de las personas. Aserción inverosímil o absurda, que se
presenta con apariencias de verdadera. Figura de pensamiento que consiste en
emplear expresiones o frases que envuelven contradicción”, ejemplo para el
diccionario citado: “Mira al avaro, en sus riquezas, pobre”.
En el caso del Candidato de la Unidad Democrática,
Henrique Capriles Radonski, su paso por el hecho político es una contradicción
clásica. Hijo de familia acomodada, graduado de abogado con post grados en el
exterior, desde 1998 viene figurando en la política, entre como diputado al
extinto Congreso electo desde un puesto imposible por las planchas de Copei por
el Zulia. Fue el presidente más joven de la Cámara de Diputados de la historia,
porque en ese momento era el menos incómodo para las partes. Fue alcalde de
Baruta, llegando como vecino con un 60% de los votos, cuatro años después se
alzó con el 80% de los votos del mismo municipio. Fue perseguido, y
encarcelado, por acusaciones tan poco claras que, en un gobierno tan poco
respetuoso de la Ley, fue puesto en libertad cuatro meses después de haber sido
llevado a los calabozos de la Disip. En el 2008 decide competir por la
gobernación de Miranda, cuando quedan en el camino varios posibles y buenos
candidatos, invalidados por la persecución de un contralor que nunca controló
nada. Fue electo, contra todo pronóstico, derrotando uno de los “iconos” de la
“revolución bolivariana”, Diosdado Cabello, todopoderoso gobernador en
ejercicio. El 12 de febrero es electo sacando las dos terceras partes de los
votos de unas primarias históricas, donde más de tres millones de personas
desafiaron el poder, contra todo pronóstico.
¿Por qué un descendiente acomodado, decidió
dedicarse a una cosa tan desacreditada como la política en un tiempo tan
difícil para las libertades? Son ya 14 años de ir a contra vía de hacer, bien,
cosas inesperadas. Pocos líderes políticos históricos, tienen tiempos más
largos que estos que ha vivido Capriles nadando a contracorriente… Y haciendo
gestiones que se reconocen como buenas.
El Gobernador de Miranda, hay que reconocerlo, está
acostumbrado a ir en contra de lo que recomiendan los números, aun cuando lo
dicte el corazón.
Ahora aspira la presidencia de un país quebrado,
desmantelado y con el alma invadida por el odio, el único logro de estos 14
años de chavismo. Como en oportunidades anteriores los números, “por ahora”, no
le favorecen, pero en el actual gobierno hay varios que saben que puede
lograrlo. Contra todo pronóstico.
Otra paradoja más, no solo que lo logre, sino que
lo haga desde la plataforma del progreso, de la inclusión, del respeto y del
amor. Para unir a los venezolanos, para que vivan en paz.
No va a ser fácil, nunca lo ha sido… Pero es
posible… Muy posible. Es solo otra paradoja.
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