Los ausentes hijos pródigos
En algunos casos, la movilización
hacia otros países puede ser de provecho para las naciones originales, siempre
que se abra la posibilidad de recuperar a los especialistas. “Corea del Sur
envió a miles de investigadores a formarse en naciones extranjeras, pero luego
fomentó un programa de repatriación en el que tenía mejores ofertas sociales.
En Venezuela se intentó hacer programas para recuperar el talento pero no
tuvieron resultados alentadores”, comentó De la Vega.
“El Programa Pérez Bonalde para
traer de vuelta a los investigadores venezolanos en el extranjero no prosperó.
Pretendían ofrecer proyectos de investigación y empleo acá, pero muy pocos
regresaron. Tampoco ha sido muy útil el compromiso de volver al país de los
becados por Fundación Gran Mariscal de Ayacucho y el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) –ahora Fundación Nacional
de Ciencia, Tecnología e Investigación: FONACIT-”, señaló Jaime Requena,
presidente de F. Unimet.
Muchos de ellos no regresan por
lo que sus conocimientos pasan a formar parte del acervo médico de su país
receptor. “Son pocos los casos que se ofrecen para brindar apoyo en el país,
algunos se ponen a disposición y dan charlas, participan en congresos o hacen
operaciones puntuales en casos de su área de experticia”, mencionó Herrera.
“Además, si consideras los que desarrollan investigaciones en empresas
privadas, sus contratos de confidencialidad le impiden compartir la información
con sus colegas coterráneos”, añadió Requena.
Los expertos coinciden en que el
principal incentivo para regresar es el mejoramiento de las condiciones
socioeconómicas del país. “La mayoría se va porque siente que la sociedad
venezolana ya no tiene que ofrecerles más que inseguridad socioeconómica y
política, por eso tampoco querrán regresar si no ven un cambio en su país de
origen. Cambios que incluyan puestos de trabajo bien remunerados y que
estimulen sus capacidades profesionales, una seguridad social, tranquilidad”,
explayó Herrera.
“Regresar sería ideal, pero a una Venezuela con una calidad de vida
diferente y no tan llena de vicios, corrupción y maltrato a los médicos. Por
ahora estoy en plena maestría, además tengo un cargo de contrato indefinido,
disfruto de todos los beneficios laborales, ayudo a mi familia desde acá y
estoy próximo a desarrollar mi nueva etapa de hombre casado”.
Alejandro Sánchez Camejo, venezolano.
Médico de Urgencias. Servicio Canario de Salud. España.
Alejandro Sánchez Camejo, venezolano.
Médico de Urgencias. Servicio Canario de Salud. España.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario