12 de septiembre de 2017
Con una inflación
galopante, muchos venezolanos no pueden permitirse bienes de primera necesidad,
que muchas veces ni siquiera pueden conseguirse en el país. Es por ello por lo
que, para poder comprar algo tan usual como pueden ser unos pañales, los venezolanos deben acudir a comprar
por internet y pagar en divisas, con un bolívar tremendamente devaluado,
y a unos precios que suponen en términos porcentuales varias decenas de un
salario medio en el país (del que lo tenga).
Pero
el bajo coste de la electricidad es una de las pocas ventajas económicas de las
que disfrutan en el país caribeño, y por ello algunos venezolanos han vuelto sus
miradas hacia Bitcoin y otras crypto-monedas como tabla de salvación de
sus empobrecidas economías domésticas. Pero el gobierno venezolano parece estar
poniendo coto a esta práctica, y se están sucediendo los arrestos arbitrarios
entre la comunidad de crypto-mineros.
De la malograda
República de Weimar a la hiperinflación de la revolución bolivariana
La
inflación en Venezuela en 2016 ascendió a la astronómica cifra del 800%, según
pueden leer en esta noticia de la CNN. Las previsiones
para 2017 del FMI multiplican esa terrible cifra aún más, y sitúan la inflación
en el país en el 2.200% según pueden leer en esta otra noticia. Muchos venezolanos se
han visto forzados a emigrar de su país por motivos políticos, de seguridad, o
simplemente de pura supervivencia económica. Como muestra de ello, ya en 2016, los venezolanos saltaron en
España a la calamitosa primera posición por volumen de peticiones de asilo como
informa el diario El Mundo en este enlace.
Con
este negro panorama actual en el país caribeño, con aún peores augurios para el
futuro más inmediato, sólo nos queda mirar un poco al pasado para poder hacer
alguna comparación que tal vez arroje algo de luz y les ayude a sacar sus
propias conclusiones personales. Lo cierto es que la evolución de los precios
venezolana está entre las peores de la Historia económica, y que para poder ver estas astronómicas tasas
de inflación casi hay que remontarse a la malograda República de Weimar(salvo
por algún otro caso más reciente), que acabó imprimiendo billetes con semejante
número de ceros que sólo fue comparable a la desesperación de los alemanes de
aquel convulso periodo de entreguerras. Todos sabemos que el desenlace de la
breve historia de la República de Weimar acabó en un desastre económico, que
trajo la mortífera Segunda Guerra Mundial y asoló Europa.
Pero
el deterioro de la situación en Venezuela ha hecho que la hiperinflación sea
incluso un mal menor. Aunque la galopante inflación ha hecho que, por ejemplo,
el precio de una Big Mac ascienda a la mágica cantidad de medio salario medio
de un venezolano, eso no supone nada comparado con lo que ha venido tras los
precios astronómicos. La imposibilidad de adquirir materias primas o productos,
siguiendo con el ejemplo anterior como el mismo pan para las
hamburguesas, ha
llevado el drama socioeconómico venezolano a un nuevo estadio todavía más
terrible: la carestía. Una cosa es que no se puedan pagar los
bienes de primera necesidad (algo de por sí ya tremendamente grave), y otra muy
distinta es que ya ni siquiera los haya.
Los venezolanos
escapan de la hiperinflación gracias a Bitcoin
Ante
esta situación, y aprovechándose de un precio de la energía todavía asequible
en Venezuela, algunos
venezolanos han aguzado el ingenio y han puesto sus miras en la minería Bitcoin
como fuente de preciadas divisas con las que poder pagar
en internet por los productos que no llegan a las estanterías de los
supermercados de su país. Como pueden leer en esta noticia de The Atlantic, teniendo en
cuenta el bajo coste de la energía, un venezolano puede conseguir con la
minería de Bitcoins crypto-monedas por valor de 500$ mensuales. Todo un capital
para el estándar nacional en estos momentos, y lo que es más importante, una
forma de conseguir vitales divisas, y de soslayar la contínua devaluación del
bolívar frente a otras monedas para poder comprar en comercios online de otros
países.
Como
pueden leer en el artículo anterior, Bitcoin incluso se ha vuelto una divisa de
uso común en el país para aquellos que no son mineros, y ni tan siquiera tienen
un equipo con el que resuelven la ecuación matemática de Bitcoin y acuñan
nuevas unidades de esta crypto-divisa. El común de los ciudadanos ha visto en
Bitcoin, no ya una manera de conseguir ingresos extra para sus maltrechas economías
familiares, sino que Bitcoin
se ha vuelto en la única salida de muchos venezolanos para poder huir de la
hiperinflación. Con sus exiguos ahorros e ingresos mensuales
cambiados a Bitcoins, al menos los venezolanos se garantizan que sus haberes no
van a seguir devaluándose minuto a minuto de forma tan importante, y que no
sólo Bitcoin es una divisa refugio, sino que además se revaloriza día a día,
aunque ya les hablamos también de los riesgos de que podamos estar asisitiendo
a una burbuja en Bitcoin y otras crypto-divisas en este análisis.
Pero a las
autoridades venezolanas no parece gustarles la idea...
Pero
lo cierto es que los últimos movimientos de las autoridades, y más concretamente
de los cuerpos de seguridad venezolanos parecen dirigirse hacia el objetivo de impedir a los mineros
venezolanos poder seguir con su actividad de supervivencia. El
régimen de Nicolás Maduro parece haber encontrado un nuevo enemigo público en
los mineros de Bitcoins, y a modo de cabeza de turco, se suceden las
detenciones por todo el país.
Ante
el vacío legal que supone la falta de legislación en Venezuela sobre
crypto-activos, la
policía está realizando arrestos indiscriminados entre la comunidad de mineros
de Bitcoin, y acusándoles con cargos arbitrarios. En algunos
casos, los cargos coinciden en ser por robo de energía y contrabando, pero por
mucho que las autoridades se escuden en ellos, no suponen ni mucho menos cargos
como consecuencia de una legislación formalmente establecida, sino más bien
improvisada, arbitaria, y de libre interpretación. Ante este desarrollo de los
acontecimientos, algunos mineros venezolanos están dejando de sus actividades
en el mundo Bitcoin, mientras que otros, que no han querido renunciar a la
crypto-divisa, se han visto empujados al mundo underground.
Algunas
estrategias de los que no renuncian a su actividad minera, pasa por dedicarse a
otra crypto-divisa: los Ethers de la red blockchain de Ethereum, sobre la que
ya les hemos hablado en alguna otra ocasión como en este análisis sobre la seguridad de sus contratos
inteligentes, o también en este artículo de Xataka. Y lógicamente se
estarán ustedes preguntando, ¿Y por qué hacer minería de Ethers no está
perseguido en Venezuela y la de Bitcoins sí? Bueno, la verdad no es que la
minería de Ethers no esté perseguida. También lo está. Lo que ocurre
simplemente es que el equipo necesario para hacer minería de Ethers es un
simple PC con una tarjeta de vídeo GPU potente, que primeramente resulta más
barato que su equivalente para hacer minería de Bitcoins (con lo que la
rentabilidad es mayor), pero que además puede pasar desapercibido en los registros a la vista de la
policía, puesto que es un literalmente PC normal.
Pero
realmente... ¿Por qué las autoridades venezolanas pueden estar persiguiendo a
los mineros de Bitcoins?
Tratemos
de ver este tema desde un prisma socioeconómico más amplio y con mayor
perspectiva. Para ello debemos preguntarnos ¿Cuál puede ser la razón verdadera
por la que un régimen como el venezolano está arrestando arbitrariamente a
mineros de Bitcoin? No
parece que la causa de los arrestos sea la sobrecarga de la red eléctrica que
puede suponer la minería de Bitcoins: realmente supone poco
impacto, pues ni hay tantos Bitcoin miners, ni el consumo de una fuente de
alimentación de una torre supone tanto ni aun que esté funcionando 24 horas al
día. Y para el que afirme lo contrario, permítame recordarle que la minería de
Ethers es sensiblemente menos intensiva en recursos tanto físicos como
energéticos, y está igualmente perseguida por las autoridades.
Otra
demostración de que el impacto energético no es el verdadero motivo es que
seguro que hace un lustro, cuando todavía las redes de telecomunicaciones no
soportaban el caudal demandado por el streaming, había de forma
concurrente mucha más
gente con sus PCs encendidos 24 horas descargando películas con eMule, que
Bitcoin o Ethers miners hoy por hoy. Y aún hoy seguro que
seguirá habiendo innumerables venezolanos descargando, y ni entonces ni ahora
arrestan de forma generalizada a los usuarios que se descargan películas gratis
de internet.
Tampoco
la diferencia de consumo de un PC estándar y uno de un crypto-minero con una
tarjeta GPU, para resolver la ecuación matemática que genera nuevos Bitcoins o
Ethers, parece que sea como para suponer un problema a la infraestructura
eléctrica, y menos para ir a la cárcel. De hecho, los jugadores de videojuegos
también tienen potentes equipos con GPUs encendidos muchas horas al día, y
tampoco estos "gamers" son perseguidos por robo de energía.
Realmente
desde la perspectiva puramente económica no se alcanza a comprender en qué perjudica al país tener a
crypto-mineros sacando dinero de la nada para comprar
productos de primera necesidad: en todo caso, se podría pensar que incluso se
fomenta el consumo nacional a un coste prácticamente cero. La única razón que
nos queda delante de nosotros en esta ronda de reconocimiento para identificar
la causa de la persecución policial, a todas luces, apunta a ser de naturaleza,
no ya socioeconómica, sino incluso meramente política.
Lo
cierto es que a veces parece que, en algunos países, lo que es delito es tener
(un mínimo) de dinero más que el común de los mortales, y cometer la tremenda osadía de tratar de
progresar por uno mismo. Y ahí está el estado-rodillo para
castigar al sacrílego, no vaya a ser que demuestre que no está vendido todo el
pescado, y que hay vida económica aparte de la que rige férreamente papá
estado. Hay lugares donde parece que simplemente aspirar a tener una vida mejor
se considera un crimen imperdonable, y los Bitcoin-miners venezolanos pueden
estar sufriéndolo en primera persona.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario