Por Carleth Morales,
12/10/2017
Mariela Celis es
locutora, presentadora, comediante, venezolana por los cuatro costados. No hay
que preguntarle mucho para que se lance a hablar, desde el corazón, con una
sonrisa. Lo hizo en el conversatorio que mantuvo con Venezuelan Press en el
restaurante Arepa Olé de
la madrileña Plaza Mayor, a propósito de la presentación de su show “Estamos en eso” en la sala
Áncora el 13 de octubre
Mariela
Celis vive en Caracas, asegura que El Ávila le alegra las mañanas,
que está empeñada en seguir apostando por el país, “soy tremendamente
positiva”, dice. Se cuida, sin embargo, de no ponerse nada llamativo, ni un
reloj ni una cadena de oro, ni salir de noche, “es una cuestión de
responsabilidad, no podemos equivocarnos”, advierte. Y así, sigue hablando de
lo bonita que es Venezuela, de la Gran Sabana, de Los Roques, de los lugares
hermosos a los que ha llevado a su novio irlandés que, presente en el
conversatorio, dice en espanglish:
“Venezuela es bella”.
Se come un
tequeño, se come otro, y entre pregunta y pregunta, respuesta y respuesta, la
escuchamos decir: “Lo más rudo es cuando veo a las quinceañeras
prostituyéndose”. Silencio. Y continúa: “La gente está muy flaca, en
el canal los trabajadores se abrochan el cinturón siete huecos menos,
eso los que se han quedado. Afortunadamente allí hay un comedor que da de comer
a todos, pero he visto compañeros que se guardan parte de la comida para
llevársela a casa. Si no ganas por lo menos tres sueldos mínimos te mueres de
hambre. Estamos como en guerra”. Baja la mirada. Esboza una sonrisa. Hay que
seguir.
En las mañanas Mariela
Celis hace Portada’s en Venevisión,
y en las tardes conduce el programa radial
La cola feliz por
el Circuito
Éxitos, junto al periodista Nelson Bocaranda,
“de vacaciones preventivas por dos meses”. Son dos formatos diferentes que
hablan perfectamente de su versatilidad.
“Hay
que cuidar las palabras, adaptar el contenido a la realidad del país. Conatel
está revisando todo, hay términos que no podemos decir” explica al grupo de
periodistas que conocen de cerca la situación, no en vano han emigrado a España
para intentar ejercer en libertar. Pero ella sigue siendo “tremendamente
positiva”, y comienza a hablar de su show.
“Estamos en eso es un espectáculo que habla de la
idiosincrasia del venezolano, de cómo somos las mujeres, de mi propia vida. Es
nuestra realidad en clave de humor, la gente dice sentirse muy identificada”
explica. No lo hace de forma permanente, su dinámica profesional no se lo
permite, pero siempre saca tiempo para recorrer el país con él, y el mundo,
para llevarlo a los venezolanos que se han ido, a los que se han quedado,
“conecto con la gente, hay que reírse de vez en cuando”.
Reconoce
que Venezuela ya no es la misma, pero su espíritu positivo la hace
ver el lado bueno. “Antes de que llegara este gobierno la gente era egoísta,
cada uno iba a lo suyo, ahora hemos adquirido una conciencia social que ha
llegado para quedarse. Nos hemos reinventado, hacemos cosas maravillosas para
sobrevivir, yo misma estoy segura de que si no estuviese haciendo radio y
televisión, estaría haciendo carteras o zapatos” nos cuenta, se come el último
tequeño, y nos invita a su show. Un encanto de mujer.
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