miércoles, 18 de octubre de 2017

Tierra a la vista en los tiempos de inmigración, @elcolombiano



Por Rocío Arango Giraldo, 17 de octubre de 2017

El Día de la Raza o la conmemoración del descubrimiento de América a manos de Cristóbal Colón, 12 de octubre, me recuerda a mi mamá. Porque todos los días por la mañana declamaba lo que le hicieron aprender en el colegio, 50 años atrás, para la izada de bandera de ese día. Hasta que yo por fin abría los ojos y ella gritaba “tierra a la vista”.

Pero este año a ese recuerdo tan bonito, tan chistoso, le sumé la imagen tan triste que he visto últimamente no solo en Medellín sino en varias ciudades de Colombia. ¡Una cantidad cada vez más grande de venezolanos y venezolanas que llegan con “el encapillao”, como dirían los abuelos! Buscando cómo ganarse la vida en los semáforos, como vendedores ambulantes, en los restaurantes, en las peluquerías y hasta debajo de los puentes.

Según la Asociación de Venezolanos en Colombia, se estima que entre legales e ilegales hay más de 1.200.000 de ellos que residen en el país. ¡Ninguna de estas personas está aquí por voluntad! Están obligados a salir de su país por una dictadura que arrojó el país al hambre. Aunque muchos de ellos cuenta con estudios profesionales y con estudios de posgrado.

Lo que más me impresiona es que los inmigrantes legales o ilegales provenientes de Venezuela, son personas de clase media, que otro día tuvieron una realidad muy parecida a la que nosotros tenemos a mediodía cuando almorzamos. Además nuestro país se ha convertido en un destino para nacer para los cientos de bebés venezolanos que llegan al mundo en suelo colombiano. Desde el año pasado es creciente el arribo de mujeres embarazadas del vecino país que están llegando a tener sus hijos en Colombia, frente a la precariedad que viven los hospitales del vecino país.

Las venezolanas, famosas por ganar cuanto certamen de belleza global hay en el mundo, solo se les ve las curvas en las areperías.

Pensar en ellos me llevó a reflexionar y hoy le invito a cuestionarse, porque antes que cualquier otra distinción como la nacionalidad, y otros tantos inventos y parafernalias sociales y económicas. ¡Antes que nada somos miembros todos de la especie humana! ¿Dónde está nuestro sentido de la compasión?

La situación venezolana cada día se pone más difícil e insoportable para sus habitantes. Nuestro gobierno está pasado de tomar medidas más fuertes y cerrarle el paso al régimen de Nicolás Maduro.
¿No somos pues una misma raza?

Tomado de:

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