Carlos Mauricio Melo Pedroza 27
de agosto de 2017
@carlosmelo1962
La
partida fue el 18 de diciembre, el viaje hasta México estuvo muy bien, sin
ningún tipo de inconvenientes, la ruta fue Fort Lauderdale-Houston-McCallen, en
el aeropuerto de McCallen me esperaba un señor mexicano de Halliburton, al
carro y directamente a la frontera, pasar para este lado no requiere de nada,
de ningún documento, de hecho ni siquiera entregue la I-94 (permiso de entrada
a USA, que debería entregarse a la salida), y del lado mexicano no me pidieron
nada tampoco.
Yo
supongo que es obvio ¡Quien va a querer pasar indocumentado de USA para
México!!
Fuimos
al hotel, allí me registré, almorcé con Bernardo (mi amigo, ex jefe mío en
PDVSA) y directo a la oficina (era domingo) hasta las 9 de noche, para ponerme
al día con la actividad.
Reynosa
es un pueblo grande, situado en la frontera Noreste de México con USA,
separados por un puente sobre el Río Bravo (o Grande), me dijeron que tiene
alrededor de 1 Millón de habitantes (no lo sé realmente), pero con problemas de
vialidad, calles sin asfaltar y avenidas angostas y sobre todo muy polvoriento
y descuidado, me recuerda a Cúcuta o a Anaco, pero grande. Aquí hay muchos de
los negocios de comida rápida americanos y hasta algunas tiendas americanas
(SAM’s Club, Waltmart, Office Depot, etc), hay muchos Centros Comerciales
modernos con multicines, se ve que hay progreso, pero desordenado.
Dicen
que es la ciudad de mayor crecimiento en todo México y la razón de ello es que
se han establecido muchas empresas (maquiladoras), por otro lado hay mucho
dinero porque es el centro de operaciones del Cartel del Golfo, por lo cual
también es muy peligrosa.
El 31
de Diciembre celebran disparando ráfagas de ametralladora al aire, la
recomendación es no salir a la calle entre las 11 de la noche del 31 de
Diciembre y la 1 de la madrugada del 1ero. de enero, porque una bala perdida
puede encontrar dueño.
Entre
diciembre y febrero hace bastante frío, en el año 2004 el 24 de diciembre cayó
nieve, pero eso es inusual, la temperatura puede llegar hasta 2 o 3
Centígrados, pero en el día aumenta bastante.
Desde
el lunes 19 de diciembre comencé a trabajar, al inicio con apoyo de Bernardo,
pero luego él viajó a Venezuela una semana y estuve solo, cuando regresó se
encargó de otro proyecto y yo quedé con mi taladro.
El
martes 20 fui a inmigración con una carta de invitación de Halliburton, me
dieron entrada por 30 días en misión de negocios así que antes de eso debía
salir del país.
El
viernes 23 de diciembre fui a Monterrey, que es la segunda o tercera ciudad de
México, grande y por lo poco que vi., bonita: me dijeron que tiene como 5
millones de habitantes y está como a dos horas de Reynosa. El 24 lo pase solo
en el hotel, todavía no había hecho contactos con algunos venezolanos que están
aquí, fui a Misa, comí y a ver la televisión, siempre me gustaron las películas
de navidad.
La
semana siguiente comenzó a incrementarse el trabajo pero el viernes 30 de
Diciembre las cosas estaban más tranquilas, seguramente fue el espíritu de fin
de año y en la compañía hicieron un desayuno para todo el personal de la
empresa, nos dieron tamales, yo imaginaba que podían ser parecidos a los
colombianos, pero no, más bien son como unos envueltos o bollos de maíz tierno
(de hecho, los que comí están envueltos en hoja de maíz) pequeños y no dulces
sino salados, están rellenos de pollo, carne o frijoles, estaban ricos y el
detalle de la empresa cuenta. A mediodía hicieron un brindis y dieron la tarde
libre, pero... como yo era el nuevo, debía pagar el noviciado, en la tarde tuve
que ir al taladro, porque el jefe quería ir y tuve que acompañarlo.
El 31
lo pase con un grupo de amigos venezolanos, eran amigos desde Maturín, comimos
Hallacas, pernil y pan de jamón, todo eso aderezado de unos escoses on the
rocks, es decir como si estuviéramos en Venezuela, la pasamos bien. Al otro día
para sacar el ratón, hicimos una parrilla y un cruzado de pollo y costilla con
los venezolanos y continúo la parranda, ¡a mí nunca me falta con quien!
Al
taladro se va por una carretera angostita que va casi paralela a la frontera
con USA, el paisaje es muy seco, desértico, cactus y otros arbustos espinosos.
Pero llama la atención que hay bastante agua, de hecho hay un río bien grande
(no es el Río Grande, que es el que marca la frontera), que ha sido canalizado
y tiene un sistema de riego a las fincas. Hay bastante terreno que está siendo
preparado para sembrar, me dicen que por aquí se produce maíz y sorgo.
Para
llegar al taladro se pasa por varios pueblos, y las ciudades pegadas a la
frontera tiene un clon del otro lado. La mayoría de ellas se llaman igual,
tanto la ciudad del lado mexicano como la del lado americano. Me dicen que el
colmo es en Laredo (americano) y Nuevo Laredo (mexicano), donde las calles
continúan de una ciudad a la otra, a pesar de que son cortadas por el río, y
hasta tienen el mismo nombre en ambas ciudades ¿Qué tal?
Según
dicen, en un pueblo cercano a donde está el taladro esta la "guarida"
del grupo Zeta, los cuales son paramilitares o sicarios que dan protección al
Cartel del Golfo, así que nos indican que tengamos precaución, porque puede ser
peligroso.
La
gente aquí es bien decente y amable, bien buena onda, así que uno se siente
bien atendido permanentemente. Normalmente como en el hotel, la comida es
buena, lo típico de aquí es carne en todas sus formas, pensé que picante, pero
no, al contrario me llamo la atención que la comida es más bien baja de sal, en
general me gusta.
Un
sábado con Bernardo pasamos el Río Bravo (para los mexicanos) o Río Grande
(para los gringos) o al revés; estacionamos el carro de este lado, nos
acercamos a la orilla del famoso río, nos quitamos la ropa y pasamos nadando,
al mejor estilo de los "espaldas mojadas", jajaja ¡¡¡por supuesto que
no!!!.
Resulta
que se pagan 3 pesos mexicanos, se pasa un molinete (puerta giratoria) y luego
se camina por la acera del puente internacional, hay gran cantidad de gente
caminando de un lado a otro. Al llegar del otro lado hay una tienda exenta de
impuestos, un Duty Free, venden perfumes, licores, cigarros y lentes. Estos
gringos son unos vivos, no necesitas entrar a su país para poder comprarles
cosas.
Para
ese domingo cuadre con un amigo para ir a USA. Por el asunto del asilo y como
yo alcance a estar ilegal como cuatro días, en el periodo entre que se venció
mi permiso (I-94) y que se envió la solicitud de asilo, así que nadie daba un peso
por que pudiera entrar nuevamente a USA, decían que a los que habían estado en
un proceso de asilo y habían pasado a corte, nunca les daban entrada
nuevamente.
Así
que el domingo, salimos para la frontera a eso de las 4:00 pm. la cola de
carros en el puente es interminable, se pasa por un peaje y se pagan US $2,
luego se llega a una alcabala donde nos pidieron la visa y la I-94, le dijimos
al oficial de migración que no teníamos I-94 vigente y nos envió a la aduana,
allí revisan los carros, luego nos pasaron a unas oficinas donde nos
entrevistaron, la cosa se puso complicada cuando me preguntaron donde vivía
antes de venir a México, yo le expliqué que vivía en Miami, que estuve en un
proceso de Asilo, pero que tuve un oferta de trabajo y pedí la salida
voluntaria, me preguntó si pensaba volver a pedir asilo y le dije que no, creo
que no me creyó, por mala cara que puso. El hombre estuvo llamando por teléfono
a muchos sitios, consultando no sé qué, finalmente dijo que no había problema y
me llevó a otro salón, donde otro oficial (a estas alturas ya me habían
atendido cuatro oficiales diferentes, supuestamente porque no permiten que un
solo oficial pase más de 15 minutos con una sola persona, supongo que para
evitar corrupción. Este otro oficial era el encargado de otorgar la esperada
I-94, nuevo set de preguntas, foto, huellas digitales, pagar $6 y finalmente el
permiso para entrar (entradas múltiples) hasta el 7 de julio.
Ya el
objetivo estaba cumplido, pero pasamos para McAllen, Texas, fuimos a un Best Buy,
dimos una vuelta por la ciudad, la verdad es que no se entiende el porqué de la
gran diferencia entre un país y otro, calles y avenidas amplias, bien
asfaltadas, grama, árboles, autopistas, todo bonito, ¡qué gran contraste! Ya
entendí porque los Reynosenses dicen que lo mejor de Reynosa es McAllen.
Al
otro día, a las personas a quienes les conté el proceso, me dijeron que tuve
mucha suerte, porque no llevé ninguna constancia de trabajo, ni constancia de
lugar de habitación (recibos de pago de luz, agua, etc.), ni constancia de nada
y además con la cosa del asilo atravesada y sin embargo, al final todo bien. Me
dicen que han devuelto gente solamente por no poder demostrar que viven
permanentemente en un lugar determinado.
Pasó
el primer mes, salí para renovar el documento de migración y volví a trabajar
otro mes, luego me dieron casi un mes de VACACIONES (coño, después de dos meses
de trabajo ya me hacía falta), fui a Colombia y ya estoy de regreso nuevamente
a trabajar, parece que ahora si la cosa es permanente, ya veremos, pero igual
ya estoy en la jugada, existen muchas oportunidades en todas partes del mundo
en perforación, así que no me preocupa si aquí se acaba, de hecho en Colombia
hice algunos contactos y como los gringos de Migración-Miami dijeron “Váyase
para Colombia”, ¿¿¿por qué no???
Bueno
Camilazo, espero no haberte aburrido, pero igual espero que te haya
entretenido. Cuando puedas cuéntame cómo va todo por allá, de los chamos y de
Kenya, y bueno si me quedo por acá, ya tienes un sitio para venir a tomarte un
tequila.
Desde
las tierras de los Norteños de Durango o los Durangueses del Norte, un gran
saludo.
¡¡¡Andale!!!
Er
Mexicano yo”
Carlos
Mauricio Melo Pedroza
@carlosmelo1962
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