Anastasia Moloney 27 de enero de 2018
Decenas
de miles de venezolanos han cruzado la frontera hacia Brasil en el último año,
buscando escapar de una economía colapsada con una inflación de tres dígitos.
Muchos
cruzan sólo para comprar alimentos y medicinas y luego regresan a su país. Pero
otros se quedan, incluidos más de 12.000 venezolanos que solicitaron asilo el
año pasado en el norteño estado de Roraima, lo que representa un aumento de
cinco veces la cifra de 2016, según datos de la policía.
Desesperados
por hallar empleo y ganar dinero para alimentar a sus familias, estos
inmigrantes venezolanos corren un alto riesgo de convertirse en víctimas del
tráfico de personas y terminar realizando labores forzadas o ejerciendo la
prostitución.
"Los
venezolanos están escapando con la esperanza de una mejor vida y para conseguir
alternativas", dijo Eurídice Márquez, responsable de prevención del crimen
y justicia penal de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(ONUDC). "Cuando estás en esa situación, eres presa de cualquier tipo de
explotación y abuso", agregó.
Con el
flujo de inmigrantes vulnerables, los estados fronterizos amazónicos de Brasil
se han convertido en epicentros de tráfico de personas. "Tenemos una
crisis migratoria en (los estados de) Amazonas y Roraima (...) Aquellos que
están en la frontera son los más vulnerables", dijo Fernanda Fuentes,
analista del programa ONUDC en Brasil.
Agricultores
y ganaderos locales que buscan mano de obra temporal y barata explotan a los
inmigrantes venezolanos, incluidos los miembros del grupo indígena Warao,
afirmó Fuentes.
Van a
buscar a la gente en camiones a la estación de autobús de Boa Vista y suelen
ofrecer un salario de 1.000 reales (315 dólares) al mes, cifra superior al
sueldo mínimo, dijo Fuentes. Una vez en las granjas, los inmigrantes reciben
agua de arroyo y se les da un tazón de arroz al almuerzo y la cena, agregó.
Una
vez que completan el mes de trabajo, son regresados a Boa Vista, pero se les
paga la mitad de lo que se les ofreció. "Les dicen que debieron descontar
la comida que comieron, el agua que bebieron, los gastos por mantenerlos, así
que es muy diferente a lo que se les prometió cuando subieron al camión",
refirió Fuentes.
Las
mujeres venezolanas son más vulnerables a la prostitución forzada y a ser
explotadas como trabajadoras domésticas, sostuvo.
En
mayo del año pasado, la policía federal lanzó una investigación por supuesta
explotación sexual a 15 mujeres en el estado de Roraima.
(Reporte
de Anastasia Moloney. La Fundación Thomson Reuters es la rama caritativa de
Thomson Reuters, que cubre noticias sobre temas humanitarios, derechos de la
mujer, corrupción y cambio climático. Visite http://www.trust.org)
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