José Ospina-Valencia 30 de enero de 2018
"Venimos
de la guerra contra el hambre”, dice el venezolano Leonardo Colmenares, al
diario colombiano La opinión, de Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela. Este
joven padre venezolano acampaba a cielo abierto, hasta hace unos días en el
parque Sevilla de la ciudad colombiana, como otros miles.
Según
Migración Colombia, "cada día están llegando más de 37 mil ciudadanos
venezolanos sin recursos de Venezuela”. Otros cálculos hablan de unos dos
millones de venezolanos que deambulan por toda Colombia en busca de techo y
trabajo, sea para quedarse o seguir hacia Suramérica. Son personas que,
realmente, no "emigran” de Venezuela, sino que más bien "huyen” de la
crisis humanitaria, sanitaria, económica y social.
El
presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha expresado, repetidamente su
"preocupación” por la "crisis humanitaria” que sufren los
venezolanos. Al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, Santos le
advirtió en 13 de enero pasado en Bogotá que "la crisis se torna cada día
más grave, no solo porque afecta primero a los venezolanos, sino también por
las "enormes repercusiones que
tiene la crisis venezolana en la región”.
El
problema para Colombia no es menor, y puede extenderse a través de las rutas
que toman los venezolanos en su éxodo: Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y
Argentina. El Hospital Universitario Erasmo Meoz de Cúcuta reporta la atención
de venezolanos con numerosos casos de tuberculosis, malaria, mal de chagas, VIH
y hasta de rabia humana, a los que se suman enfermedades no tratadas como
cáncer de mama y traumatismos ocasionados por violencia de género.
Naciones
Unidas es el organismo encargado de atender una crisis humanitaria
Santos
ha recordado que "la ONU puede aportar su experiencia en una solución a
esta crisis humanitaria”. El problema es que, según el gobierno de Nicolás
Maduro, no hay tal "crisis humanitaria”, por lo que se ha negado también a
recibir auxilio del exterior, a pesar de los llamamientos públicos, por último
desde el mismo Davos, en Suiza.
¿Pero
cuándo una crisis es "humanitaria”? Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), con sede en Ginebra, la declaración de una crisis humanitaria
"es una decisión que toma el Ejecutivo de un país miembro de Naciones
Unidas”. Y la misión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la
filial regional, es asistir a los gobiernos para tratar las crisis que estos
declaren. Ya sea una crisis ocasionada por una catástrofe natural, o por
humanos.
"Una
declaración de cualquier crisis, por parte de un Gobierno, tiene, por lo tanto
un efecto político y económico”, explica
a DW Roberto Cajamarca, analista colombiano. "Y declarar una crisis
humanitaria en Venezuela sería reconocer la realidad: el fracaso de su política
sanitaria, por no hablar del quiebre de la producción alimentaria y
farmacéutica, entre otros”, agrega Cajamarca.
Lo
anterior quiere decir que la desatención sanitaria de millones de personas es
el resultado de una decisión política de la administración de un país, en este
caso Venezuela.
"Responsables
de las muertes y los daños a la salud"
"Rechazamos
la insistencia del gobierno venezolano en negar la emergencia humanitaria por
la que atraviesa el país y les hacemos directamente responsables de las muertes
y severos daños a la salud y al estado nutricional de los grupos de población más
afectados, ocurridas a diario y en creciente aumento, a no ser que cumplan con
su obligación de recurrir a los mecanismos de asistencia y cooperación de
organismos internacionales, los cuales se encuentran a la espera de respuesta,
así como todos los venezolanos en su derecho a exigirlos”, dice un manifiesto
enviado a DW por Codevida, Coalición de Organizaciones (venezolanas) por el
Derecho a la Salud y a la Vida.
El
hambre y la enfermedad se han vuelto en Venezuela asuntos políticos sobre los
que algunos organismos internacionales no quieren mencionar palabra, para
evitar problemas con el régimen. Y, a pesar de que ningún cargo de la OMS ni de
la Cruz Roja estuvo dispuesto a revelar sus planes, aumentan las acciones para
atender la crisis humanitaria, apenas se puedan desarrollar. Solo que falta lo
más importante: que el Gobierno de Venezuela reconozca la debacle y permita la
ayuda humanitaria internacional a sus mismos ciudadanos. Por último, desde un
hogar de paso en Bucaramanga, Colombia, la venezolana Marisel, le pregunta a
DW:¿Qué puede uno hacer cuando tiene hambre, porque no hay ni arepas, pero el
gobierno dice que es mentira?
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