Infobae 11 de abril de 2018
Gustavo
Contreras es comunicador social y documentalista venezolano de 33 años. Haces
tres años y dos meses llegó a Buenos Aires, en busca de una nueva vida. Desde
ese entonces nunca volvió a su país, hasta que finalmente lo hizo este año. En
2015 Venezuela ya estaba en crisis. Pero la situación en este momento es
alarmante. Seguramente ni el desgarrador relato de Gustavo alcance para
realmente entender cómo viven hoy en día los venezolanos. Sin embargo, sí sirve
para conocer cómo es el día a día.
Ya la
principal preocupación del venezolano no es la política ni la inseguridad -que
es mucha-, sino la grave escasez de alimentos y medicinas que hace que la
población quede inmersa en una constante supervivencia.
"Alguien
con cáncer que necesite radioterapias debe irse de San Cristóbal porque la
única máquina que aún funcionaba no sirve desde hace seis meses. Los destinos
más cercanos para el tratamiento son Maracaibo (público) y Araure
(privado", señaló Gustavo, cuya familia es oriunda de San Cristóbal,
estado Táchira, por medio de su cuenta de Twitter.
"Conseguir
pollo es casi imposible. Su consumo es un verdadero lujo", agregó.
En
diálogo con Infobae, recientemente el ex presidente de la Asamblea Nacional
(AN), el opositor Julio Borges comentó que para ciertos trabajadores en
Venezuela es más rentable no asistir a trabajar. El joven comunicador expuso un
caso particular sobre esto.
"En
Corposalud trabajan de lunes a jueves porque no es rentable para los empleados
de esta institución pública asistir a su trabajo los cinco días hábiles, ya que
el pasaje de transporte público supera el sueldo", indicó.
Gustavo
señaló que la crisis también se está viendo reflejada en las escuelas
venezolanas: "Los colegios se están quedando sin profesores, quienes
forman parte del éxodo, y, en el mejor de los casos, tienen que recurrir a
padres profesionales para impartir materias como matemática, literatura,
biología, etc".
El
Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en su informe de diciembre de 2017,
ubicó a Venezuela como el segundo país más peligroso del mundo, sólo detrás de
El Salvador. La ONG reportó que el país registró 26.616 muertes violentas el
año pasado.
Esa
gran inseguridad también la pudo evidenciar Gustavo durante su viaje:
"Después de las 7 de la noche no se ven personas caminando en la calle. O
te mueves en carro o pides un taxi (…) Los negocios del Sambil San Cristóbal
empiezan a cerrar a las 6 de la tarde para que sus empleados puedan agarrar las
últimas unidades de transporte público hacia sus casas. Los negocios que
sobreviven, muchos cerraron".
Por su
parte, la crisis económica también se evidencia en las calles. El comunicador
social contó que el máxima de dinero que se puede retirar de un cajero -unos 10
mil bolívares-, no alcanza ni para comprar la bebida local "Maltín
Polar".
"Como
los billetes del 'nuevo cono monetario' son una joya, hay personas que te
ofrecen el doble de su valor por transferencia bancaria. Nadie usa efectivo
porque nadie tiene. Todo se hace de forma electrónica", sostuvo.
Gustavo
también hizo referencia a la alta corriente migratoria de venezolanos que
semana a semana deciden construir un futuro en otro país: "En el Puente
Internacional Simón Bolívar hay una cola interminable y diaria de personas saliendo
hacia Colombia (destino final o punto de partida hacia otros países). Nadie
entra a Venezuela".
"Hay
personas que, una vez que llegan al puente fronterizo y escuchan los precios
(en USD) de los pasajes por tierra hasta los distintos países sudamericanos,
deliberan con sus acompañantes y deciden su destino", añadió.
"Nada
de esto me lo contaron, ni lo vi en CNN, ni me lo pasaron las tías desocupadas
por Whatsapp", concluyó, en su crudo relato.
Consultado
por Infobae, Gustavo compartió los sentimientos tuvo al volver a su país y
encontrar tan caótica situación: "Fue un choque de sentimientos: por un
lado tuve una alegría infinita al ver a mi familia y amigos después de tanto
tiempo. Y por el otro, la tristeza e impotencia de ver los padecimientos del
día a día para la gente que trabaja honestamente".
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