MANUEL TRILLO 07 de abril de 2018
La
oposición de Venezuela está redoblando sus esfuerzos para que la comunidad
internacional no reconozca por «fraudulentas» las elecciones presidenciales
convocadas por Nicolás Maduro para el próximo 20 de mayo. En palabras del
alcalde metropolitano de Caracas en el exilio, Antonio Ledezma, hay que salir
de la «tiranía» para poder celebrar unos comicios libres y democráticos.
Así lo
expusieron este jueves el propio Ledezma y los también opositores Julio Borges
y Carlos Vecchio al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que los
recibió en el Palacio de La Moncloa. El día anterior habían visitado en el
Elíseo al presidente francés, Emmanuel Macron, y en ambos encuentros obtuvieron
un claro compromiso en contra de unas elecciones que no sean democráticas, que
se podrían traducir en nuevas medidas contra el régimen bolivariano.
Rajoy
garantizó a los opositores a Maduro que España «seguirá ejerciendo un papel
relevante» en el escenario internacional para buscar una salida. En este
sentido, aseguró que trabajará con los socios de la UE «medidas adicionales de
respuesta» si no cumplen los estándares internacionales. Así mismo, reiteró la
disposición de España a contribuir a aliviar la crisis humanitaria que padecen
los venezolanos.
Macron,
por su parte, aseguró que el proceso convocado por Maduro no permite «una
elección justa y libre» y señaló que Francia es partidaria de nuevas medidas si
las autoridades venezolanas no permiten elecciones democráticas.
Antonio
Ledezma considera que las actuales sanciones que ya aplican tanto Estados
Unidos como la UE «no son suficientes», por lo que pidió otras nuevas no solo
contra los dirigentes del régimen, sino también contra los «testaferros de los
que han querido convertir Europa en el patio trasero de los “bolichicos”», como
se conoce a los chavistas enriquecidos a costa de las riquezas del país.
Ledezma
se pronunció así horas antes de la reunión con Rajoy, en una rueda de prensa en
la Casa de América en la que, además de Borges y Vecchio, compareció Felipe
González.
El
expresidente del Gobierno español reconoció que a lo único que son «sensibles»
es a este tipo de sanciones, que «cortan las alas de una corrupción
generalizada». Aseguró que «no se pueden reconocer» las elecciones convocadas
por Maduro, lo que supondría «avalar un fraude que destruye la democracia en
Venezuela».
«Maduro
ha dicho que no convocaría elecciones para perderlas», señaló González, quien
dijo que él sí creía en esto al presidente venezolano, pero no en el sentido en
que le cree su «compañero» José Luis Rodríguez Zapatero, aludiendo a su
proximidad a Maduro.
Precisamente,
González lamentó no haber tenido ocasión de hablar «media hora» sobre Venezuela
con el también ex jefe del Ejecutivo español, a pesar de habérselo ofrecido.
Respondía así a una pregunta de los periodistas sobre el papel de Zapatero como
mediador entre el gobierno de Maduro y la oposición.
Julio
Borges, expresidente de la Asamblea Nacional y jefe de la delegación opositora
en las negociaciones de Santo Domingo, señaló que «Zapatero perdió la
oportunidad de jugar un papel de equilibrio». A su juicio, «el diálogo era un
camino que había que transitar para demostrar que el gobierno no quería una
solución negociada».
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