MONTSERRAT SAAVEDRA 06 de abril de 2018
“El
crecimiento con igualdad, la integración dentro de la región, así como la
migración, son temas prioritarios para América Latina y el Caribe, una región
que debe poner fin a la cultura del privilegio y avanzar hacia el desarrollo
económico, social e igualdad ambiental para garantizar a sus habitantes el
derecho al desarrollo”. Estas fueron las palabras pronunciadas por la
secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas, durante la reunión del Foro
Económico Mundial 2018, donde también resaltó lo esencial que resulta ser la
migración para la democracia, la diversidad y el desarrollo sostenible de las
naciones de la región. Partiendo de lo anterior, la migración masiva de
venezolanos hacia Colombia puede ser considerada como un fenómeno que
contribuiría al “codesarrollo”, sólo que para lograrlo es necesario que la
crisis migratoria sea abordada por el Gobierno colombiano a través de las
políticas adecuadas.
Sami
Naïr, un politólogo francés especialista en movimientos migratorios, definió el
codesarrollo como una propuesta para integrar la migración y el desarrollo de
manera que tanto el país de envío como el de acogida puedan beneficiarse de los
flujos migratorios. Para él, la migración no es un fenómeno negativo que deba
ser evitado, sino algo positivo con un gran potencial a gestionar, donde los
migrantes son “seres entre dos mundos” y agentes transnacionales del
desarrollo. Por ello, este enfoque considera provechoso el uso de alternativas
de gestión que aporten al desarrollo de las naciones de origen y de destino,
utilizando como agente de desarrollo al migrante.
Bajo
el lente del codesarrollo, los más de 650.000 venezolanos que han migrado a
Colombia producto de la crisis en el vecino país cuentan con la posibilidad de
borrar esas etiquetas de “delincuentes” en las que los tienen encasillados para
convertirse en verdaderos agentes de desarrollo. Esto, si tenemos en cuenta las
ventajas generadas por la migración tanto para Colombia como para Venezuela.
Por ejemplo, en el país vecino las remesas podrían significar no sólo mayores
ingresos, sino también la reducción de la pobreza, el progreso en los sectores
de salud y educación, y la promoción de la productividad.
Las
remesas serían entonces el factor clave para el desarrollo de Venezuela, pues
éstas impulsarían la economía nacional mediante el aumento de la demanda de
bienes y servicios a través de los gastos de consumo, y se convertirían también
en una importante fuente de capital productivo.
Del
lado de Colombia, los migrantes llegan al país ofreciendo todo tipo de
habilidades y saberes con tal de conseguir empleo, de manera que llenan las
brechas del mercado laboral y fomentan la economía del país, todo gracias al
emprendimiento, la creación de nuevos empleos, el estímulo a la competencia y
la entrada de mayores ingresos fiscales. Además de fomentar el comercio y la
inversión, los migrantes contribuyen con innovación, habilidades y nuevos
conocimientos, haciendo mucho más competitivos los gremios profesionales, como
se puede evidenciar en el sector educativo, el petrolero y el minero. Contrario
a lo que muchos colombianos creen, una fracción de los venezolanos que han
migrado no son pobres, ni desempleados y mucho menos delincuentes; esta nueva
ola migratoria también está compuesta por profesionales, empresarios,
inversionistas y emprendedores, lo cual representa la llegada de miles de
dólares a Colombia que serán invertidos.
El
término “compensación económica” relacionado con la migración describe los
beneficios que deja para la sociedad receptora la adopción de la migración, y
cómo dichos beneficios se encuentran reflejados en los niveles de crecimiento
económico y bienestar social. En el caso Venezuela-Colombia, el grado de
compensación económica que recibiría este último, si adopta las medidas
regulatorias adecuadas, sería significativamente alto.
A
pesar de lo argumentado por muchos sobre cómo la migración venezolana
incrementaría los niveles de desempleo y criminalidad, la Cámara de Comercio
Colombo-Venezolana afirma que este fenómeno no afecta el empleo, sino que puede
ser beneficioso, ya que los empresarios llegan con nuevas ideas de negocios,
que generan más oportunidades de empleo e incentivos para el desarrollo del
país. Por esta razón, los factores claves para el desarrollo de Colombia serían
la mano de obra, la inversión de capital y el conocimiento que los migrantes
aportan al país.
Si
bien es evidente que la migración venezolana tiene todos los elementos
necesarios para fomentar el desarrollo de Colombia y Venezuela, es necesario
que este potencial sea gestionado adecuadamente por los actores involucrados,
es decir, tanto por los migrantes en su papel de agentes del desarrollo, como
por los gobiernos de ambos países. El problema radica en que, mientras
Venezuela no reconoce la crisis migratoria, Colombia, desacostumbrada a recibir
un número tan grande de migrantes, se enfrenta ante dos desafíos fundamentales
en los próximos meses. El primero de ellos consiste en lograr la integración de
la población venezolana a la sociedad colombiana, recordándoles a sus
ciudadanos que Venezuela y Colombia comparten más que una frontera, que en
medio hay una historia, un idioma y unas tradiciones compartidas.
El
segundo reto consiste en la aplicación de nuevas políticas socioeconómicas que
permitan a los inmigrantes conseguir empleo y estabilizar su situación, todo
con el propósito de evitar el aumento del desempleo y la inseguridad económica.
Garantizarles
a los latinoamericanos, y específicamente a colombianos y venezolanos, el
derecho al desarrollo del que habló la secretaria ejecutiva de la CEPAL no es
una misión imposible. Los migrantes venezolanos a través de las remesas, la
inversión de capital, la mano de obra y el conocimiento poseen todos los
elementos necesarios para contribuir al desarrollo tanto de su país como del
Estado que los recibe. Sin embargo, esto no es suficiente, ya que si en verdad
quieren generar un impacto positivo importante, los migrantes requieren el
apoyo de ambos gobiernos. Aunque los venezolanos no pueden recurrir al apoyo de
su patria, éstos tienen un país hermano, Colombia, que con la implementación de
las políticas socioeconómicas apropiadas empezaría a construir el camino hacia
el codesarrollo que tanto necesitan Colombia y Venezuela.
Tomado
de: www.elespectador.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario