GABRIELA PONTE 27 de mayo de 2018
Sofía
Guerra, 26 años, llegó ayer a Madrid después de un largo viaje de ocho horas
desde Caracas. La última vez que salió del país fue el año pasado cuando fue a
Estados Unidos y no recuerda haber sufrido un control tan intenso y abusivo por
parte de los militares en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Guerra es
de los pocas venezolanos que ha logrado obtener, en una batalla titánica contra
el Saime (el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y
Extranjería), la prórroga del pasaporte que da el Gobierno de Maduro a aquellos
que se les haya vencido, ya que no hay recursos para imprimir los nuevos
documentos.
«A dónde
vas, quién te espera allá, quién te pagó el pasaje, tu te pagaste el pasaje y
en qué trabajas, cuánto dinero ganas, por qué tienes una maleta tan grande, por
qué llevas tanta ropa para 15 días, cómo conseguiste los dólares si hay control
de cambio», eran las preguntas que realizaba el militar en el primer punto de
control ubicado en la entrada de los mostradores de la aerolínea Estelar.
Desde
hace poco más de un año, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tomó por
completo el recinto aéreo. La mafia militar ahora es la encargada de controlar,
revisar y organizar a los pasajeros que se disponen a salir del país. El
procedimiento obliga a los viajeros a llegar con tres o cuatro horas de
antelación al vuelo. Sin embargo, este «control» termina siendo un acto de
extorsión, chantaje y, en algunos casos, hasta de hurto de objetos de valor.
Puntos de control
Los
venezolanos describen el hecho de salir o entrar al país como «una verdadera
tortura». Sobre todo, se alarman en el segundo punto de control de la GNB en el
aeropuerto donde le piden a los pasajeros colocar el equipaje sobre una mesa
para proceder a revisarlo. «Te sacan todo de la maleta para ver que llevas
dentro. Mientras un militar te vuelve a interrogar, el otro está revolviendo la
ropa. Hay que estar muy pendiente de sus manos para que no te roben nada»,
comentó Daniel Isturiz, 44 años, pasajero de la misma aerolínea. «Si te ven
dólares o euros en la cartera tienes que tener cuidado porque quieren quitártelos
con a excusa del control cambiario», señaló.
A
Alicia Tosta, 57 años, le hicieron la respectiva requisa y en el procedimiento
le extrajeron un reloj. «Uno me hablaba buscando información mientras el otro
revisaba. No puedes reclamar porque te da miedo que te retengan y no te dejen
abordar el vuelo», explicó con rabia. La venezolana comenta que cuando viajas
sola, como en su caso, los militares son más invasivos que con los grupos
familiares.
Una
vez la Guardia ha dado el visto bueno, coloca un precinto de seguridad de color
azul que indica a las autoridades que ya revisaron el equipaje y así no lo
vuelven a abrir cuando pasa por el escáner. Después de pasar por los dos puntos
de control de los militares, las personas tienen acceso a los mostradores de la
aerolínea en donde realizan el procedimiento habitual para registrarse.
Detención de militares
Toda
la zona del Aeropuerto Internacional de Maiquetía de Venezuela está
militarizada. Actualmente operan tan solo 16 aerolíneas que en su mayoría
tienen un solo vuelo al día. Con tan pocas salidas internacionales, la Guardia
Nacional controla muy bien el perímetro, así que cuando intenta extorsionar a
los pasajeros lo hacen con mucha prudencia.
El
último caso conocido de detención de militares por extorsión fue el pasado mes
de diciembre, cuando detuvieron a cuatro funcionarios de la GNB y a un policía
después de que un comerciante alegó que le quitaron 400 dólares y 200 euros,
según el portal digital Efecto Cocuyo. Durante la revisión encontraron 400
dólares y 50 euros en el calcetín del sargento primero Wilmer Parra Flores,
mientras que a Henssy Mendoza Martínez, funcionario policial, le cogieron con
150 euros en su billetera. La Fiscalía 9° del estado Vargas acusó a los
militares de ser los coautores del crimen.
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