martes, 19 de junio de 2018

Naciones en peligro, por @childerico48




CHILDERICO CEVALLOS 18 de junio de 2018

Acostumbrados a una vida holgada, ahora los venezolanos soportan una severa crisis económica, social, política, ocasionada, principalmente, por la caída del precio del petróleo, el rubro estrella de los ingresos estatales.

Y por la enfermiza obsesión al poder del grupo dominante que encabeza el histriónico y nefasto Nicolás Maduro.

La escasez de los productos de primera necesidad, la ausencia de medicinas en los hospitales, la falta de artículos para el aseo personal y para el hogar, y la inseguridad por el incremento de la criminalidad, ubican a Venezuela como el país menos seguro en la región.

Sus habitantes protagonizan un éxodo internacional, con atmósfera explosiva al interior y grandes complicaciones en las naciones vecinas, obligadas a atender a los miles de venezolanos que les llegan.

Los gobiernos huéspedes empiezan a sentir los efectos de la ola de inmigrantes, anhelando un pronto entendimiento entre Gobierno y oposición venezolanos, para la recuperación de su estabilidad interna.

La Organización de Estados Americanos (OEA) en su última sesión censuró al régimen de Maduro y suspendió a Venezuela de la OEA, con la abstención de varios países, entre ellos Ecuador, cuyo presidente, Lenín Moreno, ha planteado una consulta popular, para que el pueblo venezolano avale o no el triunfo de este mandatario en las últimas elecciones.

A diario hay protestas populares, repelidas duramente, con cientos de fallecidos. Y ensombrece más la situación las aparentemente irreconciliables diferencias entre el Gobierno y la oposición política, que arrastran al país a un precipicio al que caería si no se encuentra una fórmula conciliatoria.

A esto se suma otro país en situación de convulsión social como Nicaragua, cuyo presidente, Daniel Ortega, al igual que Maduro, maneja también dictatorialmente a su pueblo. Es aliado al grupo de países del Alba, al que pertenecen Venezuela, Cuba, Ecuador, entre otros pocos más.

Sobre el particular, los ecuatorianos esperan que el presidente Moreno ponga distancia del mismo, para marcar diferencia con la anterior administración, según prometió.

Ortega enfrenta una gran revuelta popular que pide su renuncia, con cerca de 200 muertos por la dura reacción policial y de grupos civiles afines al Gobierno.

Su caso, igualmente, conmueve a la comunidad americana, existiendo la mediación de la Iglesia que anhela lograr acuerdos que aplaquen la represión y la ira popular.

Sin embargo, expertos internacionales se preguntan ¿por qué la OEA no es también dura con Nicaragua?

Son radiografías de naciones en peligro, cuyos efectos nos advierten e ilustran sobre la manera de cómo no administrar un país. 

Ojalá no seamos rudos y aprendamos.


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