Enrico Fabrizi 23 de junio de 2018
Tres
Poetas por Venezuela libre y democrática: Armando Rojas Guardia, José Pulido y
Hebe Munoz en el Marco del Festival Internacional de
Poesía de Génova.
Un
encuentro completamente dedicado a la tragedia del Pueblo venezolano.
Afligido por décadas de una dictadura cada vez más asfixiante.
En el
interior del Palacio Ducal de Génova, en la Sala del Menor Consejo.
Utilizada en pasado para las reuniones del Senado y las máximas magistraturas
de la República de Génova. Aquí se ha lanzado un único, afligido,
apasionado grito de paz y denuncia. Venezuela libre y democrática.
Un
coro, ese de Rojas Guardia, Pulido y Munoz. De voces nunca
desentonadas aunque diferentes por formación y generaciones.
Un
acontecimiento excepcional realizado gracias a la sensibilidad humana y a
poética del Director del Festival Internacional de Poesía de
Génova. Claudio
Pozzani, también él Poeta. Y con la coordinación paciente y meticulosa
de la traductora e intérprete venezolano Mayela Barragán.
A Armando
Rojas Guardia en Venezuela lo llaman “El Poeta“. Fundador del Grupo Poético
“Trafico”. Rojas Guardia es también ensayista y
coordinador de muchos otros laboratorios literarios venezolanos. Y su
elevada obra de pensamiento místico latinoamericano. Docente
de Literatura en la Universidad Central de Venezuela e hijo de
la Filosofía. Rojas Guardia es una de las voces fundamentales de la
poética venezolana contemporánea. Más allá de ser Miembro Honorario
del Movimiento Poético de Maracaibo. Y Miembro de la Academia de la
Lengua Venezolana.
José
Pulido, poeta, narrador, periodista y crítico. Ha emigrado a
Italia por su desacuerdo con el régimen dictatorial venezolano.
Después de haber colaborado con numerosos periódicos y revistas,
también como corresponsal de guerra. Ha fundado varios
festivales y reseñas culturales. Además de haber publicado
colecciones de poesías y novelas reconocidas a nivel internacional.
Y Hebe
Munoz, profesora de Lenguas y poeta. Nata y crecida en Venezuela, ahora
en Italia, Pais del cuál ha adquirido la naciolalidad. Más allá de
los muchos Premios Literarios, Munoz ha publicado dos
libros de poesías en distribución Feltrinelli y Amazon: PEGASA y ESCUDEROS.
Ambos bilingües, en italiano y español. Y su libro ESCUDEROS
de la Libertad, apenas publicado, es dedicado a los jóvenes
asesinados, presos y torturados durante el 2017 en Venezuela. Sólo
para haber tomado las calles para protestar con escudos de cartón
pintados. En defensa del Pueblo venezolano. Llevado al hambre y
a la negación de cada derecho civil y social de la dictadura de Maduro.
Han
conmovido a todos, también ellos tres, los Poetas, se han commovido.
Armando Rojas Guardia ha recitado apasionadamente y de memoria su poema Patria. Una dedica del alma a su País. A la “terquedad sombría” de su fuerza y al “trapo contumaz” de su bandera. Casi a subrayar el dúplice aspecto del deseo de libertad y la sumisión, en algunos casos complicidad, con una “pátina absurda de grandeza”, su “horror” y “pesadilla.” Una sacudida al Pueblo, aquel de Rojas Guardia. Un Pueblo tomado por la “dificultad de sonreírse levantando los hombros, desganado” mientras se dice a sí mismo “con sorna, con ternura, mañana sí tal vez”. Y “quizá mañana” ha recitado en voz alta en cierre, y en llanto, Rojas Guardia: esperanza, impulso final, sacudida a su Pueblo.
José
Pulido ha trazado una panorámica, en verdadera narración
poética, de la situación en la que se encuentra el Pueblo
venezolano. Trama sutil el entretejerse constante de una tristeza
individual y social nunca antes vista en Venezuela. Nos han inyectado
“en la profundidad, en las venas del alma, una tristeza sin precedentes”
Pulido ha afirmado. Tristeza de no poder hacer nada concreto, que sea eficaz,
por el respeto de la dignidad humana. Tristeza por una futura tiniebla, por un
presente agotador. Porque agotador para la dignidad humana es
comer de la basura, que no se puedan curar por enfermedades terribles o
banales, mirarse con hostilidad o con sospecha, entregados al miedo. Tristeza
individual y social que está convirtiendo en casi el rasgo característico de un
Pueblo, un genoma que mata desde dentro.
Y
luego Hebe Munoz ha recitado versos de ESCUDEROS. De
aquéllos que le ha dedicado a los niños muertos por desnutrición a
quellos en honor de héroes como Óscar Pérez. Masacrado a sangre
fría apenas se rendío en manos de los Cuerpos Especiales armados de Maduro,
como todos los civiles que quiso proteger. No tanto tiempo atrás: sólo el
pasado año. Todos matados online, en directo social network. Y los versos
dedicados a quien todavía está preso, perseguido, torturado. Como Antonio
Ledezma, Alcalde de Caracas quen huyó rocambolescamente de la cárcel. Y
ahora desde el destierro organiza la Diáspora venezolana. Autor,
Ledezma, del Prefacio del libro ESCUDEROS de Hebe Munoz.
En
medio del silencio de la sala llena se hizo eco una trompeta. De un video
proyectado en sala, otro Óscar Pérez, Medero, tocó el cuerno de
llamada de los Escuderos. Recordando, entre imágenes verdaderas,
sus hijos y sus salidas con escudos de cartón pintados. En medio a una absurda
lluvia de proyectiles y bombas lacrimógenas de Guardia Bolivariana.
Entónces tres voces, tres vidas, tres Poetas por un único grito vertido: una Venezuela libre y democrática.
Y cada
rincón, cada tribuna, cada púlpito es ocasión de Vida para este Pueblo.
Un Pueblo que ahora está viviendo el imponente battage mediático del
régimen. Después de las últimas elecciones presidenciales disfrazadas que
han visto de nuevo Maduro en silla al poder. Un battage que aspira a
confundir. A crear confusión entre los venezolanos y en el Mundo
entero. Porque la confusión es la madre de la rendición a la indiferencia,
a la resignación. Pero no, los Venezolanos no se se rinden.
Aquellos “quizá mañana” de Armando Rojas Guardia es la certeza que éste es un
Pueblo que, como dice Munoz, “en las venas tiene sangre buena.”
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