RAPHAEL MINDER 30 de julio de 2018
@RaphaelMinder
Su
país es una ruina económica; el hambre es generalizada. La inflación es
vertiginosa y se espera se que supere un millón por ciento para finales de año.
Los hospitales no tienen medicina ni equipamiento, ni siquiera guantes de
látex.
Mientras
millones de venezolanos libran una batalla diaria en su país por sobrevivir,
otros han encontrado un buen refugio para su dinero al otro lado del Atlántico:
el mercado de bienes raíces en Madrid.
Durante
una caminata por el barrio de Salamanca, uno de los más opulentos de la capital
española, Luis Valls-Taberner, un asesor de inversiones en bienes raíces,
señaló edificios que habían sido comprados por venezolanos acaudalados en casi todas
las calles.
Valls-Taberner
no quería identificar a los compradores. Algunas propiedades, dijo, fueron
compradas a través de compañías de inversión en Miami o en otros lugares, pero
el dinero siempre venía de Venezuela.
El año
pasado, los precios de alojamiento en Madrid han subido en un 17 por ciento, el
incremento más notable entre las ciudades españolas, que ha aumentado el costo
de la vivienda en el centro a los niveles de 2007, antes de que estallara la
burbuja de la construcción.
El
barrio de Salamanca, con sus tiendas de moda y sus restaurantes, está en el
centro del auge, en parte, gracias a los venezolanos ricos. Muchos son
opositores de Nicolás Maduro y huyeron de las crisis política y económica en su
país. Pero algunos están ligados a su gobierno y quizá se preocupan por su
futuro ante las sanciones internacionales y la inestabilidad social.
“Ahora
me encuentro algunas veces sentado en restaurantes en Madrid al lado de
personas a quienes no me sentiría cómodo de ver en Caracas”, dijo Leopoldo
López Gil, padre de Leopoldo López, uno de los líderes de la oposición, en
arresto domiciliario en la capital venezolana.
Tan
solo en Salamanca, según los cálculos de las compañías de bienes raíces en
Madrid, más de 7000 apartamentos de lujo son de venezolanos.
Si
bien una parte del dinero de la inversión venezolana proviene de socios del
régimen de Maduro, la mayoría pertenece a familias que obtuvieron sus riquezas
hace décadas, en una economía cuyo patrimonio principal, el petróleo, se nacionalizó
en los años setenta.
“Las
grandes fortunas en Venezuela siempre han estado conectadas entre sí y han
dependido de tener una buena relación con el Estado”, dijo Rolando Seijas, el
fundador venezolano de SNB Capital, una compañía de inversión en Madrid cuyas
actividades van desde servicios de seguros hasta una fábrica de componentes
electrónicos en el sur de España.
A
diferencia de los mexicanos y otros latinoamericanos que ahora invierten en
España, agregó, ellos están allí “como supervivientes que saben que
probablemente se han quemado las naves”.
De
hecho, algunos venezolanos se han convertido en emprendedores exitosos en
España: empezaron servicios de entrega, abrieron restaurantes y tiendas o se
hicieron cargo de franquicias como Subway, la cadena la estadounidense de
comida rápida.
Para
huir de la crisis de Venezuela, Andoni Goicoechea abandonó sus estudios de
Medicina y se mudó a Madrid, donde fundó Goiko Grill, que ahora opera 44
hamburgueserías en toda España. En junio, una empresa de capital privado
controlado por LVMH, el conglomerado francés de lujo, adquirió una
participación mayoritaria en el negocio y la valuó en 150 millones de euros.
“La
prioridad para los venezolanos era tener una casa aquí, pero ahora se sienten
cómodos en España y se están diversificando en otro tipo de negocios”, dijo
Valls-Taberner.
Los
empresarios venezolanos en el autoexilio mencionan que han alentado a sus
compatriotas a que se les unan en España.
“Si
vamos a contratar a alguien aquí, siempre estamos buscando a personas de
Venezuela”, dijo Jorge Neri, cuyo patrimonio en España incluye Cambio 16, un
medio periodístico. “Aun cuando no fuéramos grandes amigos en Caracas, ahora
compartimos el sentimiento de haber sufrido la misma tragedia”.
Los
venezolanos no solo han estado comprando inmuebles en España, también los han
estado construyendo: en 2017, la familia Cohén, dueña de una de las compañías
de bienes raíces más grandes en Venezuela, abrió en las afueras de Madrid el
Sambil Outlet, que se promociona como el centro comercial más grande de España.
Los
Cohén están entre los venezolanos que se mudaron a España a partir del 2012,
justo cuando el gobierno en Madrid se vio obligado a negociar un rescate
bancario europeo. El momento les permitió adquirir los bienes españoles a
precios bajos: Sambil remplazó un centro comercial que había quebrado durante
la crisis financiera.
El
grupo Cohén también compró este año un edificio en Salamanca que trasformará en
una docena de apartamentos de lujo. Otro de los inversionistas en el centro de
Madrid es Miguel Ángel Capriles, familiar de Henrique Capriles, líder político
de la oposición en Venezuela.
En
medio de la presión internacional contra Maduro, las autoridades españolas han
incrementado sus esfuerzos para dar seguimiento a la entrada de dinero
venezolano. Es una tarea difícil, según algunos abogados, debido a que los
venezolanos acaudalados siempre han movido su dinero en el extranjero para
compensar los controles de capital y las fluctuaciones de divisas.
“España
tiene la obligación de controlar el influjo de dinero, pero los venezolanos
ricos han aprendido desde hace tiempo que sus ahorros tienen que estar en una
divisa fuerte, de preferencia en una cuenta en el extranjero”, dijo Juan Carlos
Gutiérrez, un abogado venezolano que se mudó a Madrid en diciembre.
De
hecho, la detención de más alto perfil de un venezolano en España hasta la fecha
fue emitida por el gobierno de Maduro: en abril, la policía española detuvo a
Claudia Patricia Díaz, una extesorera que también fue enfermera del
expresidente Hugo Chávez —fallecido en 2013—, y a su esposo, que era jefe de
seguridad. Los arrestos se dieron a partir una investigación de lavado de
dinero que incluía la compra de un apartamento de 1,8 millones de euros en
Madrid en 2015 por parte de la pareja.
Debido
a la conexión histórica de España con América Latina, muchos venezolanos
recurrieron a sus ancestros para obtener los pasaportes españoles. Muchos
tenían familiares que huyeron del país europeo en 1939, después de que el
general Francisco Franco ganara la Guerra Civil española; otros se suscribieron
a los programas para obtener la ciudadanía para los descendientes de judíos
sefardíes expulsados de España en 1492.
También
hay muchos venezolanos que aplican a la “visa dorada”, que otorga la residencia
a los extranjeros que compren un inmueble de 500.000 euros o más (unos 582.000
dólares), una medida que se instauró en 2013 para reavivar la economía, que
había sido golpeada por la crisis.
“Madrid
se está convirtiendo para los venezolanos en lo que Miami fue para nosotros —y
sigue siendo— para los cubanos”, dijo Seijas de SNB Capital, quien también
dirige una plataforma de inversión y calcula que ahora viven en España unos
280.000 venezolanos, de los cuales 120.000 han adquirido la ciudadanía
española.
Tomás
Páez, un profesor que estudia la migración en la Universidad Central de
Venezuela, dijo que los venezolanos ahora son la comunidad extranjera que más
crece en España y que han duplicado su presencia en los últimos dos años.
El
abogado español Javier Cremades, presidente de Cremades, Calvo y Sotelo, dijo
que su empresa en Madrid representa a unos cuarenta venezolanos que están
aplicando a una visa dorada. Cremades también ha encabezado los esfuerzos
españoles para apoyar a los opositores políticos de Maduro, como Antonio
Ledezma, el exalcalde de Caracas que huyó a España en noviembre pasado.
Ledezma
se encontraba entre los miembros de la asociación que representa a venezolanos
en Madrid que en julio exhortó al nuevo gobierno socialista español a que
otorgara un asilo especial a quienes huyen del régimen de Maduro.
Por
otro lado, los miembros de la oposición venezolana han usado las redes sociales
para seguir a los “bolichicos”, un apodo despectivo con el que llaman a los
herederos de la República Bolivariana de Venezuela que comenzó Chávez, quien se
convirtió en presidente en 1999.
Los
activistas de la oposición han publicado videos que muestran a venezolanos bien
conectados disfrutando de la buena vida en Madrid. Dicen que entre sus
objetivos están los familiares de militares y de funcionarios.
“Estamos
hablando de funcionarios del gobierno y de sus familiares que viven en España,
pero cuyos salarios normalmente no podrían permitirles comprar un apartamento
de 500.000 euros aquí”, dijo el abogado Cremades.
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