Alejandra Romo 08 de julio de 2018
Felipe* busca expresar a través del teatro
los desafíos a los que se enfrentan los venezolanos que se han visto obligados
a salir de su país.
Como
muchos refugiados y solicitantes de asilo, Felipe* nunca pensó que tendría que
dejar su país. Apenas hace unos meses se dio cuenta de que tenía que dejar su
natal Caracas para buscar una mejor calidad de vida.
“Uno a
uno vi a mis amigos partir, pero nunca pensé que ese momento llegaría para mí
también”.
Felipe
llegó a Ciudad de México en septiembre de 2017, horas antes del terremoto que
más daños ha causado en la historia reciente del país. “Una recibida
inolvidable”, comenta Felipe. Como muchos mexicanos, Felipe se pone nervioso
cada vez que escucha la alarma sísmica, pero aun así está muy contento de poder
residir en la capital mexicana.
Las cosas
no han salido exactamente como Felipe hubiera querido, pues lleva meses en
espera de la resolución de su solicitud de asilo. El retraso se debe a que las
oficinas de la Comisión de Ayuda a Refugiados (COMAR), se vieron afectadas por
el sismo del 19 de septiembre y tuvieron que suspender actividades. Pese a esta
situación, Felipe se siente tranquilo y seguro en un país donde puede
desarrollarse en lo que más le gusta: el arte.
En
Venezuela, trabajaba en diferentes proyectos de teatro. A sus 35 años, ha
desempeñado un sinfín de iniciativas dedicadas al arte, incluso buscando un
enfoque comunitario e informativo. Una de ellas, en colaboración con un
colectivo de periodistas, consistía en subirse al transporte público y ofrecer
una especie de noticiero en directo, en el que informaban de manera objetiva a
los pasajeros sobre los acontecimientos de Venezuela y del mundo.
Su
experiencia de vida lo ha llevado a colaborar junto con otros venezolanos en
México en la obra titulada Boarding Paz, una conferencia multimedia que
sensibiliza al público sobre la situación de Venezuela a través de testimonios,
música, poesía y artes visuales. Una excelente manera de combinar su pasión y
talento para expresar la importancia de la solidaridad hacia los venezolanos.
Felipe
se encuentra retomando su vida en México. Poco a poco ha ido conociendo
diferentes espacios artísticos que están abiertos a conversar con él sobre
futuros proyectos y confía en que podrá desarrollar su vocación en su nuevo
país de acogida. Los padres de Felipe aún se encuentran en Venezuela, él espera
poder reunirse con su familia en un futuro no muy lejano. Aunque extraña
Venezuela, sabe que ahora es difícil continuar con su vida ahí.
Cada
vez son más las personas venezolanas que solicitan la condición de refugiado en
México, en 2013 solo una persona venezolana solicitó refugio, mientras que en
2017 fueron más de 4.000. Venezuela ocupó el segundo lugar en cuanto a lugar de
donde procedían el mayor número de solicitudes de la condición de refugiado en
México durante 2017, un incremento de 1019% respecto a 2016.
Para
responder a las solicitudes de asilo de los venezolanos, México ha hecho una
aplicación ejemplar de la definición ampliada de refugiado establecida en la
Declaración de Cartagena, un instrumento internacional adoptado en 1984 en
América Latina. Su trascendencia reside en incluir en la definición de
refugiado a las personas que han huido de sus países porque su vida, seguridad o
libertad han sido amenazadas por, entre otros,
alteración del orden público.
Un
número significativo de los venezolanos que llegan a México necesita protección
internacional y asistencia humanitaria. A medida que ha ido incrementando el
flujo de venezolanos en la región, los países de las Américas han elaborado
estrategias para responder a los nuevos desafíos y necesidades de los
venezolanos. México es uno de los principales países receptores de personas
venezolanas junto a Brasil, Costa Rica, España, Estados Unidos, Panamá y Perú.
El
ACNUR agradece las soluciones que los países están ofreciendo a los
venezolanos. Aun así, cientos de miles de venezolanos todavía se encuentran en
situación irregular en los países de acogida. Esto los hace particularmente
vulnerables a la explotación, el tráfico, la violencia, el abuso sexual, la
discriminación y la xenofobia.
*Nombre
cambiado para proteger la identidad del entrevistado
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