Carlos D. Rodríguez 23 de julio de 2018
Los
hermanos venezolanos atraviesan Ecuador, entre días y noches largas, para
encontrar fin el límite con el Perú.
Ansiosos,
esperaban su turno para salir por Huaquillas, según pudo constatar Andes.
Bajo
un clima caluroso, los migrantes hacen largas filas para ingresar en el Centro
de Control Migratorio Unificado en Huaquillas, donde esperan para sellar su
pasaporte para continuar su travesía al Perú.
Las
maletas agrupadas de grupos conformados en los viajes, esperan a varios metros
de donde sus dueños se resguardan del sol.
Entes
de ayuda internacional también se hicieron presente en el día proporcionando
entre otras ayudas el agua para la hidratación debida de todos los presentes.
“Es
importante que las personas tengan al menos una hidratación debida”, comentó un
personal de la Cruz Roja Internacional, entre los que proveían de botellones
con agua purificada para el abastecimiento y permanencia de muchos migrantes en
la frontera Sur.
Encantados
con la calidez del ecuatoriano, estos viajeros recurrieron al transporte
privado para su último paso antes de llegar al puente internacional que conecta
Ecuador con Perú. A unos cuántos
kilómetros ellos esperan encontrar nuevas oportunidades para superarse.
Las oficinas
migratorias compartidas en la frontera que tiene la provincia de El Oro, están
muy bien ordenadas, en constante coordinación con su dependencia migratoria del
Perú hacen un gran trabajo para garantizar la movilidad humana en ambas partes.
María
Linares Duno, comentó a Andes que hay un sinnúmero de inconvenientes al momento
de conseguir un documento legal de identificación, extendiéndose por largos
períodos de tiempo.
La
denominada Carta Andina (CA), un documento que se obtiene en la frontera
colombo-ecuatoriana, es una “oportunidad” para todos aquellos que no tienen un
pasaporte. La CA permite a los venezolanos una estadía de seis meses en Perú.
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