ANA MARÍA HERNÁNDEZ 08 de septiembre de 2018
Cuando
Diana Moncada decidió emigrar, como muchos otros venezolanos lo han hecho,
nunca pensó que en la capital peruana encontraría espacio dentro de la movida
poética urbana.
Hace
poco más de un año, la periodista que formó parte del equipo de Arte y
Entretenimiento de El Universal, se había planteado llegar al Perú, y desde
allí trabajar para ayudarse y ayudar a su familia.
Sin
embargo, la suerte le ha sonreído en estas tierras, y aunque por los momentos
no ejerce el periodismo cultural, sí ha deleitado al público limeño con su obra
poética: Moncada fue ganadora del Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila
en 2013 con su libro Cuerpo crepuscular, y obtuvo una mención en el I Concurso
Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas.
Ahora
su voz será escuchada en el VI Festival Internacional Primavera Poética, que se
realizará del 11 al 14 de septiembre en Lima, y donde participarán poetas
peruanos, así como de Argentina, Chile, México, Cuba y Venezuela.
"He
tenido mucha suerte", comenta. "Desde que estoy aquí me han invitado
a muchos recitales y creo que todo empezó porque me publicaron unos poemas en
una página web de difusión de poesía, mucha gente comenzó a leerme en Facebook
y a contactarme, para publicar, para invitarme a recitales". Así, sus
poemas fueron escuchados en Escrituras Abiertas, de la revista Liberoamérica,
en Poesía Sub25, en cuyo blog también le publicaron, en el Recital Embiste de
la Casa de la Literatura Peruana, en la Feria Alternativa del Libro de la
Asociación Guadalupana.
"Una
cosa llevó a la otra, y de recital en recital he conocido gente que me ha
invitado a hacer otras cosas y por ahí surgió el tema del festival. Ellos están
organizando una mesa venezolana. Invitaron a Mariana Libertad (docente y
escritora venezolana, también residente en Perú) y por intermedio de ella me
contactaron a mí", agrega Moncada.
Pero
lo más interesante es que la periodista asegura que todos estos eventos se han
dado de forma espontánea. "Así se han ido tejiendo las cosas
progresivamente y de manera natural, sin buscarlas demasiado, como que han
surgido las oportunidades. Obviamente, me tiene muy contenta porque cuando yo
emigré lo menos que esperaba era incorporarme a la movida literaria y poética
peruana. Uno viene con mentalidad de trabajar y ayudar a la familia, y la
verdad no estaba en mis planes, no pensaba en eso. Las cosas sucedieron así
naturalmente, y estoy sorprendida y muy contenta".
Todas
estas participaciones también han coincidido con un par de libros que tiene a
punto de publicar.
"Tengo
un poemario terminado, y otro que está por muy buen camino. Estoy trabajando
mucho, pero también estoy escribiendo mucho, estoy como muy metida en la
escritura y creo que una cosa ha llevado a la otra", explica, y comenta
que en la actualidad trabaja como redactora creativa en una agencia de
marketing inmobiliario: "un área en la que jamás pensé que trabajaría.
Está resultado ser una experiencia muy enriquecedora, después de haber estado
ligada por mucho tiempo al periodismo cultural. Estoy aprendiendo mucho en todo
sentido".
Por lo
pronto, Diana Moncada espera continuar en Lima, también administrando su propio
blog Antología de la Conmoción. En junio recibió la noticia de que su poesía
fue traducida al italiano por Antonio Nazzaro, para el portal Letralia, junto a
los textos de otros poetas venezolanos como Zakarías Zafra, Eva Tizzani,
Michelle Rodríguez Lugo y Juan Miguel Rojas.
"No
he tenido la oportunidad de ejercer el periodismo aquí. En cuanto a los textos
poéticos, no tengo ofertas de publicación por ahora, solo en revistas digitales
y blogs de difusión literaria. Seguiré en Lima, porque tengo la suerte de tener
un trabajo chévere, después de haber hecho cosas que no tenían nada que ver
conmigo".
Vine a perder
Vuelvo
sobre la misma grieta como una máquina destartalada.
Vuelvo
sobre el mismo error, sobre la misma cacería de blancos espejos.
Vuelvo,
aun sabiendo que la palabra me es sensualmente inútil,
aun
sabiendo que no daré nunca con ningún maldito clavo
sabiendo que nada podré decir
sobre
los lobos ahogados en la carroña de mi tedio.
Vine con el poema
-ciegamente-
a
perder.
ANA
MARÍA HERNÁNDEZ
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