Ángela R. Bonachera 26 de octubre de 2018
Rammar
Rivero es venezolano, tiene 28 años y es músico de profesión. En 2017 se llevó
un premio Grammy Latino por su participación en la composición de ‘Si me das’
para el grupo venezolano Guaco, que ganó este premio por su disco
'Bidimensional'. Sin embargo, lleva fuera de su patria varios años. Salió
cuando sintió que allí no tenía futuro. Tras pasar por Bolivia, dio el salto a
España, según cuenta él mismo.
Alan
Joy es también venezolano. Llegó a España hace un par de años, cuando tenía 23.
Era músico de formación y profesión, pero en el país europeo hizo casi
cualquier tipo de trabajo, hasta que, según relató, decidió volver a lo suyo,
su pasión: la música. Empezó a tocar en los vagones de Metro de Madrid y allí
escuchó a Rivero. Él también le había escuchado antes y, poco después,
decidieron unirse. Ya hace cinco meses desde entonces.
Joy y
Rivero vivieron vidas casi similares: los dos venezolanos, los dos con pasión
por la música, los dos tuvieron que salir de Venezuela huyendo de “la situación
política, económica, todo”, contó Rivero a CNN en Español. “Es un desastre”,
dijo en referencia a su país.
Los
dos se fueron de Venezuela hace pocos años. Joy llegó directo a España, donde
tenía la suerte de contar con familia directa. Rivero pasó antes por Bolivia,
país en el que siguió trabajando en su música, y luego llegó a España. El
objetivo lo tenía claro: arriesgarse un poco más y “buscar mi sueño",
contó a CNN en Español, explicando que lleva en el país ibérico algo menos de
un año.
“Venezuela
es un desastre económico, político y social”, asevera Joy mientras Rivero
asiente a su lado. Los dos tuvieron razones “importantes” para salir del país
presidido por Nicolás Maduro, aunque prefieren no entrar en detalles al
respecto. Ya es pasado, dicen.
Ahora
están en España, donde “nos hemos sentido muy bienvenidos”, afirman, tanto por
los españoles como por la comunidad venezolana, “que cada vez es más grande”,
comenta Joy.
Rivero
estaba en España cuando recibió una de las mejores noticias de su vida:
nominaron al Grammy Latino a 'Bidimensional', disco del famoso grupo venezolano
Guaco en el que se incluía la canción 'Si me das', coescrita por él. Poco
después, una noticia aún mejor: lo había ganado. "Fue una noticia
increíble, no podía creerlo", dijo feliz. "Es un orgullo y un honor
que escriban mi nombre al lado de otros grandes artistas", añadió mientras
mostraba su certificado.
En
España los inicios no fueron sencillos. Joy recuerda que llegó al país “como
deprimido por la música”, por lo que buscó trabajo en casi cualquier área:
“trabajé de camarero, en la obra, incluso en un centro de estética”, relata.
Pero, al final, lo suyo era la música. “Me dije: ‘Vamos a hacerlo’”, rememora
con una sonrisa.
Y lo
hizo: se compró una guitarra y comenzó a tocar y cantar, y eligió el Metro de
Madrid para hacerlo. Casi a la vez, Rivero llegó a la misma conclusión. Allí,
bajo las calles de la capital de España, se conocieron y Joy le propuso a
Rivero cantar juntos. Ahora tocan cada día en el Metro de Madrid desde hace
cinco meses.
Durante
la entrevista, la sonrisa es constante. Se sienten satisfechos, pese a todo.
"Nos han apoyado muchísimo aquí, desde que llegamos. A la gente en la
calle le encanta el arte", comenta Rivero.
El trabajo en el metro
Su día
a día en el Metro de Madrid les da para vivir, pero no solo por tocar ahí:
gracias a sus actuaciones, muchos ciudadanos les han conocido. Ahora también
tocan en bares o incluso en eventos. También dan clases de música (Rivero, de
canto y guitarra, y Joy de piano). La música está en su vida desde que se
levantan hasta que se acuestan, según cuentan.
“Estamos
en la calle momentáneamente. Lo disfrutamos mucho, pero nuestros objetivos son
mayores”, dice Rivero. Pese a compartir mucho, cada uno tiene sus propios
proyectos del futuro. Rivero está grabando su primer disco con productores de
Argentina, después de haber grabado varios sencillos en Venezuela y Bolivia.
Joy está también inmerso en la composición de su propia música, buscando “una
voz propia”.
“La
verdad es que lo hacemos porque nos encanta. Es un reto también porque al
principio, cuando llegamos aquí, a mí en lo particular me da un poco de
vergüenza a veces. Pero cuando ves cómo el rostro de la gente cambia. Gente que
viene del trabajo con el rostro súper tenso y después te dice con un rostro
feliz 'gracias’. Eso es increíble”, añade Rivero.
Para
ellos, cantar en el metro es “en pro de nuestros sueños”. “Llevamos alegría a
las personas”, dice Rivero, orgulloso.
En su
experiencia, tienen claro cómo lograr sus sueños: “Tú dentro de tu casa no vas
a lograr tus sueños. Tienes que hacerlo de la forma que puedas, y esta es la
forma que estamos haciendo nosotros”, concluyó Rivero.
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