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José Rafael Rojas |
Iván Hernández 14 de octubre de 2018
Se
trata de José Rafael Rojas, un ciudadano venezolano que llegó a Colombia
buscando nuevas oportunidades de vida.
as
calles de la capital colombiana se convirtieron en la oficina de José Rafael
Rojas, un ciudadano venezolano que encontró en Colombia el lugar para trabajar
y empezar una nueva vida tras la crisis humanitaria que se desató en su país.
José
Rafael cambió las notas de prensa, la reportería diaria y los eventos
institucionales por el taxímetro, las carreras en medio de una ciudad como
Bogotá y los servicios puerta a puerta.
Hace
más de dos años llegó a Colombia tras desempeñarse en Venezuela durante gran
parte de su vida como periodista institucional en la alcaldía del municipio de
Sucre, en el estado Aragua.
Confiesa
que extraña del periodismo ese "afán" de buscar las noticias,
publicarlas rápidamente y estar en contacto permanente con funcionarios
gubernamentales del más alto nivel.
"El
día a día del periodismo es ser reportero, tener una pauta (noticia) que
cubrir, entonces salir a cubrir esa pauta y redactar la nota de prensa",
dice José Rafael.
Sin
embargo, su vida ahora es otra y aunque no se desempeña como
periodista, encuentra en su labor como taxista la posibilidad de
descubrir historias, alejadas de los micrófonos y las cámaras, pero muy cerca
de las vivencias que muchos otros compatriotas suyos, las viven a diario.
La
vida de taxista no llegó de la noche a la mañana, no se trató de un salto
inmediato, ni de un titular de prensa efímero; antes tuvo que hacer
otros oficios, todos ellos "muy dignos y gratificantes", que le
sirvieron para forjar su carácter ante el comienzo de una vida en un país donde
es extranjero.
"Fui auxiliar
de carpintería, fui bicitaxista, vendí artículos de ferretería y
seguridad industrial, vendí también aerosoles, trabajé en una
floristería manejando un camión furgón", afirma con vehemencia.
Una
mirada al pasado implica para José Rafael reconocer que Venezuela no
solo es su país de siempre, es también el lugar donde creció, se formó como
licenciado en Comunicación Social y construyó su futuro, ese mismo que ahora lo
vive del otro lado de la frontera.
Sabe
que los miedos siempre existen cuando la vida obliga a salir de la zona de
confort, y aunque al comienzo no fue nada fácil adaptarse a una realidad
diferente, hoy las cosas son diferentes; incluso observa el cielo
colombiano con esperanza, deseando que pronto regrese al mundo de las
noticias y las letras que se imprimen a diario en la prensa.
Cada
momento de la vida le agradece a Colombia la oportunidad de crear una nueva
vida, de tener un trabajo, nuevos amigos y experiencias que
jamás antes pensó vivir, pero que ahora lo llenan de valor para seguir su
camino y alcanzar una de las tantas metas que tiene.
"Sí,
pensé en regresarme al país pero digamos que tuve la fortaleza de
seguir adelante y logré conseguir empleo", añade.
Pese a
que al comienzo le resultó difícil encontrar un empleo, la realidad sin
poder trabajar creó una nube de frustraciones, retos y al mismo tiempo
sueños por cumplir, que hoy poco a poco los va cumpliendo.
"La
historia de un inmigrante en un país que era desconocido para mí", dice
con seguridad José Rafael, esperando a la vez volver a escribir noticias y de
paso, contarle al mundo su propia historia.
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