El Tubazodigital.com 06 de noviembre de 2018
Sin
importar en lugar en el que se encuentren, los venezolanos tienen el toque de
resaltar gracias a la entereza, empeño y calidez humana que los caracteriza; de
allí nace esa necesidad de demostrar la capacidad para enfrentar diversas
situaciones y construir caminos que los conduzcan al éxito.
Kelvin
Castillo de 29 años de edad, hijo, hermano, esposo y padre; oriundo de la ciudad
de Barquisimeto estado Lara, quien en Venezuela se desempeñaba en publicidad,
marketing comercial y una amplia variedad de oficios.
Kelvin
no escapó de la difícil situación por la que atraviesa el venezolano y se vió
en la necesidad de ampliar sus metas a otras fronteras, su destino, y actual residencia es la República del Perú,
a 1970 kilómetros de distancia de su acogedor hogar.
Llegó
a las tierras andinas trabajando en lo que saliera, como se dice en
Venezuela “matando tigritos”, pero eso no le impidió
plantearse nuevos proyectos que le ayudaran a incrementar sus ingresos, pues
valiéndose de sus conocimientos como publicista, con el apoyo de su
esposa Yorexi Frías, su hija de 6 años Leireth
Castillo y su pequeño hijo de tan solo meses Elahim Castillo;
Kelvin decidió emprender un pequeño negocio.
Negocio
que goza con la principal herramienta para surgir, las ganas y el empeño; esta
familia con tan solo 1 año de haber llegado al país andino, ofrece a la
población peruana las tradicionales tetas Venezolanas “son tan criollas
como la arepa, quien no se haya comido una teta al salir de la escuela,
en el liceo, en la bodega de la cuadra, la de la señora de la esquina, el que
no lo haya hecho no es venezolano” dijo este.
La
chispa para emprender este negocio llamado, “CHAMOTETAS” con
el eslogan¡Na guara! que Ricas! de acuerdo a lo expresado por el
emprendedor venezolano, surge debido a la aceptación que han tenido algunos
productos venezolanos en el paladar peruano, particularmente en el distrito del
Agustino, donde vive Kelvin, el venezolano notó que no se vendían tetas y
debido a la próxima llegada del verano en dicho país, el cual se caracteriza
por ser inclemente con altas temperaturas; a este creativo y vivaz joven se le
ocurrió “hacer tetas” … “para traer un poquito de los
recuerdos de nuestra Venezuela cuando comprábamos y nos sentábamos a comer
tetas” explicó.
Para
Kelvin logró el dinero para congeladores y la materia prima de calidad.
En este negocio que comienza a surgir, no solo trabaja kelvin y su familia, con
el tiempo se ha ido incorporado su hermano Walter Morales y su
cuñado Geninyer Pineda.
Explica,
que poco a poco se van sumando compañeros y paisanos a este proyecto con ganas
de trabajar, dándoles la oportunidad de vender en sus tiempos libres o
implementarlo como su trabajo durante el verano que está a la vuelta de la
esquina.
Un
negocio Visionario
Por
supuesto como todo venezolano estratégico y visionario Kelvin Castillo aspira
un crecimiento a escala de este proyecto, primeramente, ayudarse con los
gastos, producir en los tiempos libres que tiene fuera de su trabajo, y a gran
escala quisiera tener una producción para proveerle a los paisanos que no
tienen trabajo fijo, ayudarles con la cava la publicidad, el producto y que
salgan a vender, que generen sus propios ingresos; obteniendo así un beneficio
mutuo.
A esto
Kelvin le añadió “Esa es mi meta que espero se me de pronto, por ahora
estoy promocionando el producto dándolo a conocer”.
Algo
muy interesante que compartió, es la estrategia que utilizan para comercializar
el producto, el venezolano comentó que la táctica que utilizan es la venta
directa en la calle, la cual resulta muy divertida ya que tanto en Perú como en
otros países “tetas” son los senos de la mujer, lo que genera curiosidad y
hasta gracia, llevándolos a adquirir el producto y con gran sorpresa por la
calidad y variedad en sabores quedan encantados.
Por
último, Venezolano que se respeta, irradia positividad a través de sus actos,
por eso este emprendedor, le dice a todos aquellos que se encuentran fuera del
país“demos un buen ejemplo hagamos el bien sin mirar a quien, dejemos a
Venezuela en alto, que cuando hablen de nosotros digan, mira cómo trabaja ese
venezolano, porque es así, ya en otro país no somos Kelvin, no somos Pedro ni
Juan, somos el VENEZOLANO, que nunca se rinde”.
Así
que, si estas en Perú y ves al chamo de las tetas, no dudes en acercarte y
deleitar estos maravillosos helados, escoge el que más te guste fresa, durazno,
coco, galleta, kiwi y muchos más hechos con amor, comparte y disfruta un poco
de la cultura venezolana.
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