Más de cien solicitantes de asilo hacen cola en la comisaría de Aluche (Madrid) para obtener una fecha para iniciar su procedimiento. |
JAIRO VARGAS 23 de noviembre de 2018
Cientos de personas esperan a las puertas
de la Brigada de Extranjería de Aluche para pedir cita previa para solicitar
asilo en España. Las colas son largas y no siempre sirven, ya que los agentes
sólo atienden a 80 personas al día. El Defensor del Pueblo ya ha iniciado una
actuación para conocer los motivos de esta espera.
“Se
han terminado los números. Ya no tienen nada que hacer aquí. Retírense y dejen
paso”, advierte un agente de la Policía Nacional a los congregados. Era lo que
temían muchas de las personas que llevan horas esperando su turno, algunas,
incluso días. “No me puedo creer que tenga que esperar otro día más”,
lamenta una joven que se ha quedado sin cita a las puertas de la Brigada
Provincial de Extranjería y Fronteras, en el barrio de Aluche (Madrid) después
de toda la noche esperando. Ella es venezolana y su único objetivo ahora es
conseguir una cita para iniciar su procedimiento para pedir asilo en España.
A las
7.00 horas ya hay más de cien personas esperando en la calle, en una larga fila
que rodea el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche. Si no
realizan ese trámite, cualquiera de los que hoy esperan puede acabar internado
allí por estar en situación irregular en España. La mayoría son
venezolanos, aunque en la fila hay familias nicaragüenses, jóvenes
subsaharianos, sirios, ucranianos y centroamericanos. A las 9.00 horas, varios
agentes salen puntuales a repartir los números de las únicas 80
personas que serán atendidas hoy. Los afortunados se llevarán un papel con
la fecha y hora en la que podrán iniciar los trámites de su solicitud de asilo.
Nadie
quiere irse de allí sin el papel, así que alrededor de 40 personas que se han
quedado sin número retroceden hasta ocupar la acera de enfrente. Hay caras de
cansancio, narices rojas por el frío, personas envueltas en mantas esperando
estoicos su turno y niños dormidos en los brazos de su madre. Hoy han tenido
suerte. Después de que los agentes repartieran los números y despejaran las
puertas de la sede policial, el comisario de la Brigada ha salido de los muros
para decirles en persona que este martes serán todos atendidos,
aunque primero les ha advertido de los riesgos de ocupar un espacio público:
multas y detenciones por infringir la Ley de Seguridad Ciudadana. Poco a poco
van pasando al interior de la comisaría, donde los solicitantes de asilo
tendrán que hacer otra larga cola para que los agentes de Extranjería les tomen
los datos y les citen, con suerte, para dentro de pocos meses.
Esto
es sólo el primer paso de un proceso que puede dilatarse durante años, ya que
la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) está “en
una situación lamentable”, según reconoció el propio ministro del
Interior, Fernando Grande Marlaska, cuando tomó posesión del cargo.
Apenas se conceden estatutos de refugiado o de asilado y, cuando se hace, los
procesos duran más de un año. Sin embargo, iniciar el procedimiento garantiza a
los solicitantes poder residir y trabajar en España, al menos hasta que se resuelva
su expediente.
Más de
48 horas de espera
“Llevamos
aquí desde el domingo a las 17.00 horas. Hemos aguantado lluvia y frío. Nos
hemos mojado y hemos pasado hambre, pero aguantaremos hasta que nos den una
fecha. Si así son las leyes de España las respetamos, venimos de buen corazón y
queremos hacer los trámites formales”, explica Víctor, un hondureño de 38 años
que prefiere no dar su apellido; “no sé si me puede perjudicar en el proceso de
asilo”, dice. Víctor llegó a España hace 15 días junto a su mujer y otra
familiar. “Huimos de las maras, de las pandillas. Toda Centroamérica
está aterrorizada por la violencia y la extorsión de los pandilleros. No se
puede vivir allí. Por eso venimos a España”, subraya. La primera vez que
intentaron pedir asilo fue el pasado viernes, pero no pudieron obtener cita. En
esta ocasión han tenido más suerte. “Hemos esperado mucho. El lunes nos
quedamos sin número pero ahora estamos de los primeros de la cola, así que
espero que entremos”, remarca.
Al
lado, Irvin (nombre ficticio) abraza a su mujer, embarazada de cinco meses, que
espera sentada en una silla plegable. Él ya inició su trámite hace tiempo y
tiene la tarjeta roja que le permite trabajar y circular libremente por España
mientras se estudia su solicitud de asilo. Ahora acompaña a su mujer y pronto
tendrá que hacer lo mismo con su padre. Todos han llegado desde Venezuela. “Es
duro, hay que venir pronto y esperar mucho tiempo. Pero tenemos que
organizarnos entre nosotros para que los que más tiempo llevan esperando puedan
ser atendidos. Aquí los agentes sólo aparecen un rato para dar los números,
pero no dan mucha más información”, dice. Otro joven, también venezolano,
repasa de vez en cuando una lista que ellos mismos han hecho para evitar que
algún recién llegado se salte la fila. “En Venezuela tenemos que hacer cola por
todo, para comprar medicinas o para comprar comida. Si aquí tenemos que hacerla
para pedir asilo, la hacemos”, señala.
Al
otro extremo de la fila, Carlos acaba de llegar con su mujer. “¿Esta es la cola
para pedir la cita de asilo?”, pregunta. Su cara se pone seria cuando le
explican que, a las 9.00 horas, varios policías reparten los número de los que
van a ser atendidos. “Sólo 80. El resto tiene que esperar hasta mañana a la
misma hora”, le dice un compañero. Carlos llegó hace cuatro días a Madrid. “Venimos
de Nicaragua. Allá la cosa se puso muy fea. Hay persecución política del
Gobierno, protestas y violencia”, resume. Ha pasado las primeras noches en
una parroquia madrileña, donde le han explicado a dónde tenía que dirigirse
para pedir asilo. “No esperaba que fuera así, tendremos que armarnos de
paciencia”, dice resignado.
“No
hubo previsión”
Esta
situación lleva varias semanas repitiéndose, reconocen desde el Ministerio del
Interior. Antes, la cita para iniciar el procedimiento de asilo podía pedirse
por teléfono, llamando al 060, sin necesidad de colas ni largas
esperas bajo el frío y la lluvia. También podían solicitar cita en más
comisarías, pero ahora sólo se hace en la de Aluche. El pasado mayo, el
Ministerio de Interior eliminó la cita previa telefónica y centralizó en esta
comisaría todas las solicitudes, sólo de forma presencial. Las mismas
fuentes explican que se estaba colapsando la cita previa debido a que muchas
personas la pedían desde fuera de España. “No hubo previsión y ahora parece que
está habiendo más solicitantes de asilo. Por eso se forman las colas”, explica
una fuente del Ministerio, que reconoce que la situación “no es digna”.
“Estamos estudiando y analizando una posible solución y también tenemos en
cuenta la gran carga de trabajo de los funcionarios, pero por el momento no la
tenemos”, apunta el Ministerio.
El
Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, inició la pasa semana una
actuación de oficio con la Comisaría General de Extranjería y Fronteras para
conocer las medidas previstas para acabar "con las largas esperas y
condiciones que han de soportar" los ciudadanos extranjeros que quieren
iniciar los trámites para solicitar protección internacional en Madrid. Marugán
recuerda que las demoras en el inicio del procedimiento provocan "graves
perjuicios a los solicitantes de asilo ya que no pueden acceder a los
dispositivos de acogida (albergues y otras estancias) hasta que acrediten que
han formalizado su solicitud y la mayoría carece de recursos, por lo que
quedan en situación de calle durante meses”, critica.
Cita
para mediados de 2020
Al
menos, las más de cien personas que aguardaban este martes han sido atendidas.
“Ayer, para que se disolviera la cola, varios agentes repartieron unas citas
escritas a bolígrafo. Eran para el año 2020, algunas para abriy otras para
junio”, afirma Víctor. “No nos lo creímos. Algunos se fueron, pero nosotros
hemos preferido quedarnos para que nos atiendan”, explica.
En
2017, más de 31.000 personas solicitaron asilo en España, según la Comisión
Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Hasta septiembre de 2018, eran 38.495
las personas que lo habían hecho, la mayor cifra de la historia. Según un
informe de CEAR, España acumula más de 43.000 solicitudes de asilo
pendientes de resolución y el tiempo medio para resolverlas supera el
año de espera.
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