El Telégrafo 20 de diciembre de 2018
Las Naciones Unidas señalan que la
migración de los menores de edad, que llegan a países de escasos recursos,
impacta en los sistemas educativos.
Maryori
Rodríguez, de nacionalidad venezolana, deja a sus tres hijos en las mañanas en
una escuela ubicada en el sector La Villaflora, en el sur de Quito.
La
madre de familia cuenta que en el momento de matricular a sus niños en Ecuador
no tuvo problemas. Presentó los pasaportes de los tres y los inscribió.
Ella
está contenta con la educación ecuatoriana, pues la considera más exigente que
la de su país. “Mis hijos se sienten contentos, hasta el momento ningún maestro
o compañero los ha discriminado en el aula”.
Según
el Ministerio de Educación, 13.824 venezolanos están incorporados en el sistema
público de Ecuador.
Alfredo
Astorga, viceministro de la cartera de Estado, cuantifica que en el país
residen cerca de 220.000 migrantes procedentes de esa nación sudamericana.
Para
Astorga, el número de foráneos no llega a 1% de la población estudiantil.
En ese
grupo se encuentran los dos hijos de Estephani y Roy. El primer vástago, de 3
años, asiste al Guaguacentro, del barrio de Monjas, en el suroriente de la
capital.
La
pareja, que lleva tres años en Ecuador, comenta que el niño fue acogido en las
aulas hace un año. “Presentamos los documentos legalizados y listos”.
Actualmente
34.000 chicos de diferentes nacionalidades se encuentran matriculados en el
territorio nacional.
“En el
tema de los niños y adolescentes venezolanos, el Estado acoge el 40%”, indica
Astorga.
Según
el funcionario, el Estado ecuatoriano garantiza el acceso a la educación en
cualquier momento del año lectivo para los menores de edad que provienen del
extranjero.
Sin
embargo -recalca- hay elementos que
afectan a la población estudiantil tanto migrante como nacional. Por ejemplo,
la falta de estrategias educativas y recursos económicos. En el caso de los
docentes -menciona- no se encuentran
acompañados y reforzados por la política educativa para trabajar en los temas
de inclusión.
Pero
entre los esfuerzos que realiza la cartera de Estado está el trabajo sobre
inclusión que se efectúa en 150 escuelas, donde se tratan temas de migración.
“Los
niños de los extranjeros son atendidos, especialmente, por el sistema educativo
fiscal que, como sabemos, arrastra problemas estructurales; por eso las
instituciones particulares, municipales y otras deben unirse a este esfuerzo”,
acota Astorga.
Ana
Vohlonen, oficial de Educación del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (Unicef), añade que 250.000
miembros del grupo etario están excluidos.
Además,
de acuerdo con la entidad internacional, 380.000 están rezagados.
“Recordamos
a los distritos educativos que existen acuerdos, los cuales permiten la
matriculación flexible para personas en condiciones de vulnerabilidad”.
Vohlonen
recalca que a pesar de los esfuerzos hay falencias en la aplicación de derechos
en el sector.
Margarita
Velazco, del Observatorio Social, cuestiona algunos de los resultados
presentados.
Ella
se pregunta si los niños migrantes son incorporados ágilmente al sistema
educativo o se presentan algunos impedimentos.
Además,
aclara que muchos de los niños venezolanos tienen un nivel educativo inferior y
se desconoce si tienen acompañamiento o nivelación.
Sobre
calidad, explica que el organismo registró que en el sistema educativo el 26%
de profesores aún golpea a los niños “¿Los menores sufren este tipo de
maltratos por parte de los maestros?”.
Por
otro lado, Velazco indica que, según el Observatorio, entre el 3% y 4% de
estudiantes manifestó en un sondeo que no se llevaría con un niño venezolano.
“¿Cómo trabaja el Ministerio en estos temas?”. (I)
Tomado
de: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/venezolanos-estudios-ecuador-migracion
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