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Imagen de The Lobstar (Madrid) |
María Vega 10 de diciembre de 2018
- · The Lobstar es el primero de una cadena de restaurantes de capital venezolano
- Se ha creado el Consejo Iberoamericano de Inversiones para centralizar negocios
- · Los precios del barrio de Salamanca suben por la inversión de Venezuela
- · Air Europa ha aumentado sus rutas a Caracas por la alta demanda
Junto
al Metro Bilbao, en Madrid, un nuevo establecimiento ha abierto sus puertas.
Con una decoración portuaria, inspirada en las ciudades costeras de Nueva
Inglaterra, en su interior se sirven botellines de Samuel Adams -la cerveza más
conocida de Boston- y se come seafood americano, con el
bocadillo de bogavante en pan de brioche como plato estrella.
El
visitante siente zambullirse en un rincón de Norteamérica, cuando en realidad
está entrando en una pequeña parte de lo que muchos llaman ya la ‘Little
Venezuela’ de Madrid. Este establecimiento cool es en
realidad el pequeño refugio de un grupo de socios venezolanos
llegados a España desde el país bolivariano en los últimos meses. Un
ejemplo de cómo el capital humano y financiero se están viendo forzados a
exiliarse por razones políticas de uno de los países más ricos del mundo en
recursos naturales.
Un
financiero de la banca privada comentaba recientemente cómo la llegada a la
capital de España de miles de venezolanos de clase alta está impulsando
al alza los precios de la vivienda en el barrio de Salamanca de
Madrid. Efectivamente, la tarjeta de visita de los dueños de este
establecimiento, llamado The Lobstar, revela que su despacho está en una
conocida calle de este distrito.
En una
de las mesas de The Lobstar, uno de los propietarios del local, el empresario
Ronaldo Seijas, cuenta a un reducido grupo de periodistas, entre los que se
encuentra OKDIARIO, cómo quien sirve la mesa es una joven venezolana a la que
le faltaban nueve meses para acabar la carrera de medicina cuando tuvo que huir
a Madrid. “Tenemos que ayudarnos entre nosotros”, afirma.
Seijas
es impulsor y presidente del Consejo Iberoamericano para la promoción
de los Negocios y las Inversiones, una plataforma que busca centralizar los
negocios de empresarios venezolanos llegados a España. Su objetivo es buscar
sinergias entre los empresarios e inversores que llegan a Madrid para empezar
de cero y al mismo tiempo, “organizar la inmigración” venezolana para que tenga
un impacto positivo en la economía española.
La
plataforma cuenta con el respaldo de grandes grupos españoles, como Banco
Sabadell o Air Europa. Precisamente, esta última compañía
ha reforzado sus rutas Madrid-Caracas en los últimos tiempos en respuesta
al aumento de la demanda de billetes por parte de los huidos
del régimen de Maduro que se han asentado en España.
El éxodo de los adinerados
Se
calcula que ya hay más de 400.000 venezolanos en España. Se trata
de exiliados cualificados, en la mayoría de los casos bilingües, y en
muchísimos casos con capital para invertir. No solo en
vivienda, también en todo tipo de negocios, incluida la restauración que vive
un momento dorado en Madrid.
The
Lobstar abrió sus puertas en agosto y ya tiene previsto abrir otros
cuatro establecimientos en 2019 por distintos puntos de la capital
bajo un modelo de franquicia asociativa. El primero de ellos se inaugurará en
el primer trimestre del próximo año con el mismo aire portuario y la misma
carta de seafood que el original de la calle Carranza.
El
plan de expansión trazado por los socios del restaurante muestra cómo a
corto plazo no parecen tener planes, o esperanza, de poder regresar a
Venezuela. ¿Y si cambiara la situación política? “Nos gustaría regresar, claro.
Es nuestro país”, afirma el director general de la nueva cadena, Otto Seijas.
Caos económico en Venezuela
El
próximo 1 de enero, Venezuela asumirá la presidencia de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sumida en el caos. El que
fuera tercer productor de petróleo mundial ha quedado ya relegado a
séptimo lugar. Un retroceso que se ha vivido a la par de la desaparición
de las clases medias de un país en el que un 12% de la población
ya pasa hambre, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y Agricultura (FAO). Una situación crítica consecuencia de la
incapacidad del régimen de Nicolás Maduro de gestionar una economía con
recursos.
Según
las proyecciones del FMI, la hiperinflación llegará a ser este año nada
menos que del 1.000.000%. A la desesperada, Maduro anunció el pasado
noviembre un nuevo aumento del salario mínimo del 150%. Pero tras esa subida,
la remuneración final de los asalariados venezolanos rondará al cambio los 9
dólares.
Una
situación agónica que hace que el mayor activo de los bancos venezolanos ya no
sea financiero, sino inmobiliario, esto es el valor de sus oficinas y sedes.
Ante
el avance devastador de la crisis económica y el aumento de la delincuencia, el
éxodo es la única alternativa para quienes vienen en busca de una nueva vida en
la ‘Little Venezuela’ madrileña antes de que sus bolívares queden convertidos
-aún más- en nada.
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