Rodrigo Cárdenas y María José Navarrete 04 de agosto
de 2019
@latercera
De acuerdo al capítulo sobre educación del libro
Inmigración en Chile: Una mirada multidimensional, del Centro de Estudios
Públicos (CEP), los escolares inmigrantes obtienen notas más altas que sus
compañeros de colegio y les va mejor que a ellos en la prueba Simce y en las
PSU de matemáticas y ciencias. A nivel nacional, en cambio, se quedan atrás,
debido a la calidad de las escuelas a las que asisten. El 50% de su matrícula
se concentra en solo el 3% de los establecimientos, principalmente municipales.
El estudio de los investigadores Sylvia Eyzaguirre, Josefa Aguirre y Nicolás
Blanco muestra que los inmigrantes mejoran el clima de convivencia en los
colegios, tanto en los reportes de discriminación como en los de violencia.
Rendimiento y asistencia
El estudio muestra que los escolares inmigrantes
obtienen mejores notas que sus compañeros de colegio locales (se comparó con
ellos para aislar el efecto de los distintos establecimientos). Esto, a pesar
de que cuando recién llegan al país tienen un rendimiento escolar similar o
levemente inferior que sus pares.
De acuerdo a los datos del Simce, los alumnos
inmigrantes que llevan tres años o más en Chile logran resultados promedio
superiores a sus compañeros, e incluso al promedio de los estudiantes locales.
Por asignatura, se evidencia un mejor rendimiento en matemáticas, mientras que
en lenguaje tienen mayores dificultades, aunque hablen español.
En los resultados de la PSU el fenómeno es similar. Si
bien les va peor que a los locales en las cuatro pruebas, al compararlos con
sus compañeros de colegio, a los inmigrantes les va mejor en
matemáticas y ciencias, mientras que están a la par en lenguaje y por debajo en
historia.
Respecto de la asistencia escolar, el estudio muestra
que hay una leve brecha en favor de los inmigrantes. Tanto en la
asistencia como en el rendimiento puede haber factores no observables, como el
mayor esfuerzo que realizarían los inmigrantes.
Participación y concentración
Las menores tasas de natalidad en Chile han permitido
que el Estado tenga holguras para responder a la mayor demanda de educación por
parte de los estudiantes inmigrantes, se desprende del libro. De esta forma, la
oferta educativa no significa un obstáculo.
Sin embargo, el grado de participación de los
inmigrantes es menor al de los locales, tanto en los niveles de educación
parvularia (salvo sala cuna, donde es mayor, posiblemente por la más alta
presencia de las mujeres inmigrantes en el mercado laboral), como en la básica. En
esta última es levemente menor (96% versus 98%).
El estudio señala que entre los adolescentes de
enseñanza media la brecha se amplía significativamente (89% versus 96%). Esto
podría tener una explicación en que una proporción importante de esos jóvenes
llegó a Chile ese mismo año.
En su mayoría, los inmigrantes se matriculan en
establecimientos municipales y están altamente concentrados. De hecho,
el 50% de la matrícula de los extranjeros se concentra en 299 establecimientos,
que corresponden a solo el 3% de los colegios (de cualquier dependencia) con
más de 20 estudiantes. Esto contrasta con la población local, cuyo 50%
se concentra en el 17% de los colegios. Y aunque en 2018 la matrícula de
inmigrantes aumentó casi un 50%, no se observó mayor diferencia respecto a su
distribución por dependencia. El problema, da cuenta el libro, es que se
matriculan en establecimientos con peores indicadores de calidad.
Impacto y recomendaciones
De acuerdo al estudio, la evidencia sugiere que la
concentración de inmigrantes no ha tenido un efecto adverso en el aprendizaje
de sus compañeros, e incluso ha generado un leve efecto positivo en el
aprendizaje de matemática de los estudiantes inmigrantes. De todas formas, los investigadores piden ver estos
datos con cautela, ya que la información es con datos 2017, cuando el
crecimiento exponencial de los inmigrantes llevaba poco tiempo. Afirman que el
riesgo de afectar el aprendizaje de los locales podría aumentar, en la medida
que el período de exposición es más largo; de ahí la necesidad de monitorear en
el tiempo los efectos de la concentración escolar de inmigrantes.
Otro dato del estudio es que la concentración de
inmigrantes no ha afectado el clima de convivencia al interior de los
establecimientos escolares. Por el contrario, más bien ha contribuido a
mejorarlo, tanto en los reportes de violencia como de discriminación. Los
autores agregan que esto es una buena noticia, dado que el clima de convivencia
escolar es susceptible de ser afectado en el corto plazo por un cambio en la
composición del alumnado del colegio.
Los investigadores recomiendan mejorar la información
respecto de los inmigrantes y afirman que el Mineduc tiene un desafío, ya
que es importante conocer los factores que inciden en las preferencias
escolares para diseñar políticas que mejoren la toma de decisiones de las
familias.
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