Anthony Boadle 19 de agosto de 2019
@AnthonyBoadle
El
alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió
el domingo más ayuda humanitaria para los refugiados venezolanos que están
escapando a los países vecinos, donde están colapsando los servicios sociales y
generando tensión a nivel local.
Grandi
tenía previsto visitar la localidad fronteriza brasileña de Pacaraima este fin
de semana, pero las autoridades le aconsejaron que la cancelara por las
protestas de los residentes molestos con la llegada de más de 500 venezolanos
al día.
Habitantes
de Pacaraima cerraron sus tiendas el sábado y se manifestaron por las calles al
grito de “Fuera los venezolanos”, “Pacaraima es nuestro”, “Fuera la ONU” y
“Brasil para los brasileños”.
ACNUR
calcula que unos 4,3 millones de venezolanos han huido de la inestabilidad
económica y política que vive su país, sobre todo con destino a Colombia -donde
hay 1,2 millones-, Perú, Chile y Ecuador. Unos 180.000 se han quedado en
Brasil.
La ONU
y varias ONGs pusieron en marcha una petición humanitaria de 770 millones de
dólares a comienzos de año y han recibido menos de 180 millones, dijo Grandi en
una entrevista telefónica tras visitar Chile y Brasil.
“Esta
es realmente una de las peticiones humanitarias con más baja financiación en el
mundo para una de las mayores crisis”, señaló.
Instituciones
financieras como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo están
comprometidos, pero deben acelerar su asistencia para ayudar a mantener los sistemas
de salud y educación, indicó.
“Protegemos
a los más vulnerables, pero el resto debe ser realizado por actores mayores con
más dinero, y no veo que eso esté pasando aún en ninguna parte de la región”,
afirmó.
Grandi
dijo que hay señales de una propagación del sentimiento antiinmigratorio en la
región, reflejado en el aumento de las restricciones al movimiento de los
venezolanos en los países andinos.
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