Corina Pons y Mayela Armas 12 de septiembre de
2019
Corina Pons y @mayearmas
Un
grupo de miembros del régimen y opositores venezolanos discute en Caracas
posibles salidas a la crisis económica del país petrolero desde hace meses, al
margen del estancado diálogo formal auspiciado por Noruega, dijeron nueve
fuentes cercanas a esos encuentros.
Las conversaciones del llamado Grupo de Boston tienen
el visto bueno tanto de Nicolás Maduro como del líder opositor Juan Guaidó,
según las fuentes. Los participantes, que hablaron bajo anonimato sobre estas
reuniones privadas, sugirieron que hay grandes diferencias aún entre las
partes.
El Grupo de Boston, que se formó hace más de una
década por parlamentarios venezolanos y estadounidenses, ha invitado en las
últimas semanas a un grupo cada vez más nutrido de funcionarios, economistas y
políticos de ambos bandos al debate sobre medidas urgentes para ayudar a la
economía y al sector petrolero.
“Estamos tratando de escuchar las distintas visiones”,
dijo un dirigente opositor que participó en una de las citas.
“Sirve para saber en qué andan”, agregó otro miembro,
cercano al equipo de Guaidó.
El coordinador del Grupo, Pedro Díaz, declinó comentar
sobre el asunto, pero su sitio web tiene en el último tres documentos titulados
“la mesa de ideas de economía y petróleo”, a los que sólo se puede acceder con
una contraseña.
El Ministerio de Comunicación e Información no
respondió a las solicitudes de comentarios.
En ambos bandos hay mucho interés por reactivar al
sector petrolero, el motor económico del país, que enfrenta una sostenida caída
de la producción, tras años de desinversión y las sanciones de la
administración del presidente estadounidense Donald Trump, según dijeron
algunas de las fuentes.
TEMORES DE LA OPOSICIÓN
Los diálogos oficiales entre ambas partes auspiciados
por Noruega, que iniciaron en mayo, quedaron en el limbo en agosto, cuando los
delegados de Maduro se retiraron molestos por una orden ejecutiva emitida por
Washington, que congelaba activos venezolanos en el exterior.
En las semanas de pausa de la negociación formal entre
oposición y gobierno, las reuniones entre las partes en las mesas del Grupo de
Boston se han intensificado y al menos se citan una vez por semana, muchas
veces en un lujoso hotel de Caracas, dijeron algunos de los asistentes.
Pero mientras los oficialistas que participan ven
urgente encontrar mecanismos para sortear las sanciones financieras de
Washington, economistas opositores dicen que ningún plan tendrá éxito sin la
salida de Maduro del poder.
“Se plantea allí (en las mesas) una revisión de las
sanciones por su impacto”, dijo una fuente del partido de gobierno que
participa. Opositores dicen sin embargo que eso está fuera de su alcance.
La idea es que un documento final plasme los puntos de
coincidencia entre opositores y oficialistas, según dos fuentes.
No está claro si las conclusiones se harán públicas,
pero el documento podría contener un plan de medidas económicas de consenso.
A pesar de todo, algunos representantes opositores
temen que Maduro esté utilizando las conversaciones del Grupo de Boston para
lastimar a la oposición.
“El régimen lo usa para sostener el discurso de que en
el país no hay una sola oposición, sino varias y así luego decide con cuál le
conviene hablar”, dijo un importante representante opositor bajo condición de
anonimato.
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