Juan Urdaneta 26 de septiembre de 2019
El
peor castigo que históricamente se le aplica a cualquier hombre, después de la
muerte, es el destierro.
El
desarraigo, dejar hijos… familia… trabajo y amigos, la desaparición de ese
entorno social es una muerte parcial para cualquier ser humano. Relatos
históricos y literarios nos cuentan sobre personajes épicos, que a lo largo de
la historia han enfrentado estos difíciles episodios.
Abro
con este comentario, para poner en contexto el drama que a diario viven los
venezolanos que día a día tienen que salir de nuestro territorio, por necesidad
de alimentos, atención médica, educación, medicinas… Nadie deja todo lo que
tiene por deporte o placer, los venezolanos que por millones han tenido la
necesidad de migrar, lo hacen con el más profundo pesar.
Es
por ello que este mensaje, es para las autoridades y en general para la
sociedad entera de nuestros países vecinos, a quienes en muchas oportunidades
les catalogamos como “hermanos”.
Maltratar
y aplicar sanciones a seres humanos que prácticamente salen de nuestro país
huyendo del hambre y la miseria, también es un acto criminal.
La
xenofobia que se aplica a los que menos tienen, a los que más necesitan, nos
debe hacer reflexionar a todos y sobre todo a los connacionales de todos los
países latinoamericanos, que en su momento de crisis y vinieron a buscar
refugio en Venezuela, y fueron recibidos con las puertas abiertas.
Juan
Urdaneta
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