Agencias 08 de noviembre de 2023
Ante la llegada de refugiados
y migrantes indocumentados, y el auge de los partidos de extrema derecha
antiinmigración, varios países de la Unión Europea están endureciendo sus leyes
de acogida
El
aumento de la inmigración irregular y la llegada de refugiados a
territorio europeo ha provocado un auge de partidos de extrema
derecha con políticas anti inmigratorias. Como consecuencia, varios países
han aprobado medidas o estudian leyes para limitar la llegada de indocumentados
a su territorio.
Un reciente acuerdo entre Italia y Albania dará como fruto la construcción de dos centros de refugiados en este último país, a donde Roma enviará a los migrantes llegados a su territorio durante el tiempo que estudian sus solicitudes de asilo. Ambas instalaciones tendrán capacidad para 3.000 personas y se espera que acojan hasta casi 40.000 migrantes al año.
Italia
financiará la construcción de los centros, uno en el puerto de Shengjing, que
se utilizará para identificar a los recién llegados, y otro en Gjader, donde se
estacionará a los migrantes que deban ser repatriados una vez denegada su
entrada a Italia.
La
primera ministra italiana Giorgia Meloni firmó
el acuerdo con su homólogo albano Edi Rama, estableciendo la apertura de los
dos complejos en primavera de 2024.
Meloni,
que ganó las elecciones del pasado año con una fuerte campaña en contra de la
inmigración irregular, ha asegurado públicamente que los menores, las mujeres
embarazadas y las personas vulnerables no serán enviadas a estos centros.
En lo que
va de año, las costas italianas han sido escenario de la llegada de más de
145.000 migrantes, frente a los 88.000 del año pasado. Roma ha apelado a la
solidaridad de sus socios europeos, de momento sin mucho éxito.
Alemania
endurece sus condiciones de acogida
El
canciller alemán Olaf Scholz calificó de «histórico» el acuerdo firmado
con 16 estados federados para compartir los costes de acogida de los
refugiados e implementar una serie de reducciones en las prestaciones a los
solicitantes de asilo, con el objetivo de hacer al país menos atractivo para su
llegada.
El
acuerdo incluye una disminución del dinero asignado a los migrantes para gastos
personales, así como medidas para que este dinero sea gastado y no enviado a
sus países de origen. Hasta ahora, cualquier migrante, además de alojamiento y
comida, recibía 182 euros mensuales, que a partir de ahora solo podrán ser
gastados con una tarjeta en tiendas y no enviados en remesas a sus países de
origen. Además, el plazo para beneficiarse de aumentos en esa prestación será
mas extenso.
El
acuerdo supone un cambio de rumbo del país germano respecto a la política de
puertas abiertas de Angela Merkel, predecesora de Scholz. Desde entonces, la
llegada de migrantes ha tenido también un impacto en el panorama político,
provocando el crecimiento del partido de extrema derecha Alternativa para
Alemania.
Francia
podría facilitar la deportación de migrantes delincuentes
El
Senado francés estudia en la actualidad un proyecto de ley de Extranjería,
que entre otras cosas tiene como objetivo las expulsiones de extranjeros que
hayan cometido crímenes o delitos con condenas de 10 años o 5 si son
reincidentes, pese a que lleven muchos años viviendo en el país.
La
reforma pretende también limitar las posibilidades de presentar un recurso
cuando se emite una orden de abandonar el territorio y endurecer los criterios
de reagrupación familiar.
No
obstante, el texto pretende también la regularización de los trabajadores sin
papeles en lo sectores donde hay escasez de mano de obra, como la construcción,
la hostelería, la agricultura o la asistencia a domicilio. La derecha, que
controla el Senado, pretende la supresión o reducción de esta parte de la
legislación, al considerar que puede funcionar como «efecto llamada»
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