El Mundo 18 de agosto de 2024
El
tándem María Corina Machado-Edmundo González no descansa. Ni siquiera toman un
respiro desde la clandestinidad, obligados a protegerse del acoso del régimen
de Nicolás Maduro. Desde que quedó claro el pasado 28-J que perdió en las
urnas, él tampoco descansa en su empeño por aplastar a una oposición que, según
datos del prestigioso Centro Carter, ganó las elecciones frente al oficialismo.
Aferrado al poder, lo único que le queda al sucesor de Hugo Chávez es ejercer
la represión.
A pesar de la persecución de la que son objeto, María Corina y el candidato ganador de la oposición tienen la capacidad de convocar con éxito a los venezolanos, desparramados por el mundo a causa de la precariedad que atraviesa el país, y la diáspora se moviliza allá donde se ha establecido. Una vez más, salen a marchar en las grandes capitales del extranjero y no son pocos los que se atreven a protestar en Venezuela, desafiando a una policía política que desde los comicios encarcela a opositores y persigue a los ciudadanos que no ocultan su repudio al fraude electoral perpetrado por el chavismo.
Mientras
gobiernos de izquierda como el de Colombia, Brasil y México insisten en hacerle
el juego al régimen de Caracas con una propuesta tan absurda como la de volver
a celebrar elecciones -¿Qué los lleva a depositar su confianza en un sistema
que lleva anclado en el poder 25 años? -, las democracias en la región condenan
abiertamente la maniobra oficialista. En cuanto a Washington, la administración
Biden respalda el triunfo de González y no se adhiere a la farsa de los que
parecen más amigos del déspota que habita el Palacio de Miraflores que de la
oposición democrática. Ni siquiera se muestran solidarios con una diáspora de
unas ocho millones de personas, prueba evidente de que el pueblo se ve obligado
a huir de la miseria y de la represión. Un diplomático brasileño, a favor de
pasarle la mano a Maduro, le pide “paciencia” a los venezolanos. Como si
veinticinco años de chavismo no es nada.
La
imagen internacional del gobierno de Maduro está por los suelos. Salvo sus
socios (los sospechosos habituales como Cuba, Nicaragua y Rusia), a estas
alturas nadie cree que los venezolanos desean perpetuar un modelo político que
los ha sumido en una profunda crisis económica de la que no consiguen salir. Si
no, ya habrían regresado a su añorado país. De hecho, en la jornada del 28-J
muchos de los que han emigrado y se ganan la vida desempeñando todo tipo de
trabajos albergaban la esperanza de regresar. Por eso, en su nuevo mensaje de
convocatoria, María Corina reiteró la intención de “que podamos traer a
nuestros hijos de regreso a casa”. Son los jóvenes que buscan un futuro mejor,
pero con el anhelo de retornar. Todo lo contrario, a lo que recientemente dijo
Donald Trump sin fundamento alguno de los migrantes venezolanos: “En Venezuela
y otros países, los crímenes han bajado entre un 50% y un 80% porque se han
deshecho de toda su gente mala”. Eso es ignorar que uno de los mayores
problemas de Venezuela son la violencia y el crimen.
Tomado
de: https://www.lapatilla.com/2024/08/18/el-mundo-venezuela-una-oposicion-de-titanes/
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