Por Juan Fernando Moreno Z.
Universidad Autónoma de Occidente
Facultad de Com. Social, 10° semestre
Varios años atrás, Venezuela era el escondedero y por no decir el
paraíso perfecto para los colombianos; muchos de nuestros compatriotas cruzaban
la frontera hacia el vecino país en busca de oportunidades, huyendo de la
violencia, corrupción y falta de oportunidades.
Según cifras de entidades públicas venezolanas, se estima que a
Venezuela llegaron aproximadamente tres millones de colombianos en busca del
progreso. La mayoría de personas que están en esta cifra consiguieron vivienda,
educación gratuita y de calidad y un trabajo que les permitía enviar dinero a
Colombia para sus familiares.
Claramente, no falta el que aprovecha los beneficios que le otorgan
para hacer de las suyas; los cupos que otorgaba el país vecino para envío de
remesas a familiares en Colombia fue la papaya perfecta para los avispados:
había matrimonios express sin novios presentes para figurar como matrimonio en
Venezuela y poder enviar remesas, hijos ni adoptados ni concebidos, y hermanos
que en realidad no eran tus hermanos; todo esto para poder enviar dinero a
Colombia y reenviarlo a Venezuela para que se multiplicara o triplicara su
valor.
Recordemos que estos envíos de dinero para poder ser efectuados tenían
que ser girados en dólares, lo que trae consigo una salida de divisas del país
petrolero.
Ahora bien, ya vimos que Venezuela, sus políticas en aquella época
gloriosa y su gente fueron de gran ayuda para muchos colombianos; ahora que los
venezolanos atraviesan esta crisis es hora de ayudarlos a ellos, no quejándonos
por su llegada masiva, sino pidiéndole al gobierno políticas públicas que
ayuden al venezolano trabajador y pujante y claro está, al colombiano también.
Recordemos que éramos un solo país, ahora somos países hermanos y los
hermanos se dan apoyo entre sí, los hermanos no solo estamos en los momentos de
efervescencia, también estamos en los momentos de disolvencia.
*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y
UPB que busca abrir un espacio para la opinión
joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de
Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen
el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones
vinculadas con el proyecto.
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