viernes, 15 de septiembre de 2017

“Venezuela va a un período mucho más marcado de escasez de alimentos”, entrevista a @MarianneL2010



Por Pedro García otero, 30/08/2017

La situación venezolana en alimentación es desesperada. Y lo peor es que esas son las buenas noticias; porque en los próximos meses, se va a agravar el desabastecimiento, advierte Marianne Martínez, una ingeniera agrónoma con 30 años de experiencia, experta en producción de hortalizas.

Señala Martínez que la obcecación del Gobierno de Nicolás Maduro de asediar al agro venezolano para sustituirlo por importaciones está llevando a que en los próximos meses veamos un alza mucho mayor de los precios de los alimentos, impulsada por la escasez.
Un escenario dantesco para un país del que la gente ya emigra aceleradamente y en el que la desnutrición, especialmente la infantil, crece mes a mes, como ha denunciado Cáritas Venezuela.

Venezuela llegó a producir prácticamente todo su consumo de maíz, y fue excedentario en arroz. Hoy, según estadísticas, en estos dos rubros, principales aportes de carbohidratos a la dieta del venezolano, somos deficitarios en 70 %. Y la situación tiende a empeorar. ¿Qué va a pasar con la alimentación de las personas?

En la historia republicana de Venezuela no habíamos pasado una situación como esta. La declinación de la producción agrícola viene ocurriendo, en forma sistemática, desde hace cuatro, cinco años. En este ciclo en particular, se agravó. La superficie de siembra es incluso superior a la del año pasado y ya el año pasado se habían encendido montones de alertas, aunque este no es uno de los tableros de los que la gente esté más pendiente.
La situación alimentaria tiende a ponerse muy crítica, porque no solo no estamos produciendo, sino que tampoco podemos tener procesos de importaciones masivas como las de otros años.
¿Puede darme cifras de las superficies de siembra de los rubros importantes?
Para que nos hagamos una idea, para abastecer 100 % de maíz, tendríamos que tener 1,5 millones de hectáreas sembradas, para poder tener reservas, que en este momento no existen. En el caso de maíz amarillo, es relativamente sencillo conseguirlo en el mercado internacional, porque tiene mucha oferta, en países como Argentina, Estados Unidos, inclusive Brasil. Pero en el caso de maíz blanco, solo tres países lo producen masivamente: México, Suráfrica y, en este caso no, Venezuela. Nos toca ir al mercado internacional a ver si conseguimos suficiente maíz blanco para abastecernos. No es tan sencillo. Eso pone en una situación mucho más grave de lo que las personas piensan.
Ahora, ingeniera, ¿la demanda no se ha contraído? Porque la gente no consigue la harina de maíz, y por lo tanto la sustituye…
Yo puedo sustituir la arepa por pan, pero el pan tengo que importarlo completo, toda la harina de trigo. Es decir, sube la demanda sobre la harina de trigo. Si no consigo pan ni harina de maíz, me puedo ir a tubérculos, como la yuca. La superficie de yuca no la tengo registrada, pero si todo el mundo está volcado hacia la yuca, evidentemente el precio de la yuca va a subir. Otro sustituto es la papa, cuya superficie de siembra ha descendido significativamente; y otra fécula que podemos usar es el plátano, y la superficie ha decrecido también. Y en todos estos rubros, los insumos, químicos y fertilizantes, están deficitarios. En papa, yuca y plátano, afortunadamente, las semillas no son un problema.
Hace unos meses, al Gobierno le dio por decir que iban a hacer un banco genético, y que los consejos comunales iban a producir semillas. ¿Es eso factible?
(Risas). Deseos no preñan, dicen en mi pueblo. La semilla no es algo que tú puedas generar de la nada, tienes que tener genetistas, eso lleva años de años de investigación científica para mejorar los materiales genéticos. El Gobierno, dentro de su voluntad de querer hacerlo, no puede hacer semillas de todo. No puede hacer semillas de zanahoria, de tomate, de repollo, de maíz, de sorgo, de girasol, de soya… Son demasiados rubros y no hay genetistas, a los genetistas los corrieron del país con la destrucción de Agroisleña, todo el trabajo que se venía haciendo y de reproducción genética quedó prácticamente destruido. Toda la cultura de semillas que había en cereales quedó totalmente destruida.
 ¿Y lo que en algún momento hicieron Conicit, Empresas Polar, se sostiene?
Hay una fundación que sigue haciendo trabajos en maíz blanco, en el INIAsiguen haciendo investigación científica, desconozco el impacto directo que eso pueda tener en este momento; como todo en el país, me imagino que estarán limitados en los medios de producción y de desarrollo, porque la crisis afecta a todas las instituciones. Desconozco la realidad de esas instituciones, pero conozco la realidad del campo, que es que desde hace años la semilla ha tenido que traerse totalmente importada: En maíz, dicen ellos que trajeron como para sembrar unas 500 mil hectáreas, y si acaso se sembraron 350 mil. El resto, nadie sabe qué pasó.

En el caso de arroz, donde tenemos un sistema de producción de arroz en lluvia y en secano, se podría sembrar algo de arroz y también de maíz. Pero las superficies, sobre todo en arroz, son menores que en época de lluvias. Estaríamos hablando de unas 70 mil hectáreas, pero hubiéramos necesitado unas 250 mil para no depender de las importaciones.
¿Y cuando exportábamos arroz, cuál era la superficie? Porque Venezuela exportaba arroz, no está de más recordarlo…
No recuerdo exactamente la superficie. El último año en que exportamos arroz fue 2005, ya de 2007 en adelante el sector arroz fue un desastre. El punto culminante de exportación de arroz fue 1999, justo el año en que llegó al poder Hugo Chávez Frías.
¿Y en el tema de hortalizas, cómo estamos? Básicamente son bienes no transables, no se pueden comprar en el exterior porque se consumen frescos.
La superficie se ha reducido muchísimo, principalmente por un terrible déficit de semillas, y este año ha declinado aún más marcadamente que el año pasado. Por eso vemos los precios que impactan en la inflación y en la situación económica interna del país. Un bien que se convierte en escaso, porque no hay producción, se torna costoso. Podemos decir que nosotros autoabastecíamos al país en todos los rubros importantes, y ya llevamos casi dos años de producción muy limitada.
Rubros muy importantes para el venezolano, como cebolla, tomate y pimentón, en los tres el déficit de fertilizantes, agroquímicos y semillas, han hecho que los agricultores siembren menos del 10 % de lo que suelen sembrar, por la disponibilidad de semillas y agroquímicos.
El otro tema es el tiempo, porque todo lo que tú te estás consumiendo hoy se produjo hace tres o cuatro meses. Si la superficie no se siembra ahora, para diciembre no vamos a tener comida. Así de simple.
¿Cuál es la perspectiva?
Vamos hacia un período mucho más marcado de escasez, porque las cosechas van a estar impactadas por la falta de producción. Hay bienes que no se pueden transar internacionalmente, quizás papa y cebolla sí, pero pimentón y tomate no, porque además al precio que se venden los venezolanos no podemos pagarlo. Yo como ingeniera agrónoma venezolana no entiendo qué sentido tiene privar al mercado de agroquímicos o fertilizantes, y así abastecer a la población.

Apostar a importar cajas de comida y dejar de producir en el país es extraño, pero pareciera que ese fue el plan para ahorcar a los productores agrícolas de Venezuela.
¿Qué le diría usted a Nicolás Maduro si la llamara a que lo asesorara?
La agricultura es una de las unidades de producción que más rápido reaccionan. “Danos los medios y en cuatro meses tienes 100 % abastecido el mercado interno, al menos en hortalizas”, le diría.

¿La infraestructura no ha desaparecido también, las grandes haciendas?

No. Ha habido invasiones, hay sectores profundamente deprimidos, a los que les va a costar más recuperarse, como por ejemplo el plátano, que tardaría un año en recuperarse. En maíz, arroz, hortalizas, la recuperación es muy rápida, en ganadería es más lenta, pero puedes acelerar el proceso trayendo semovientes, o sementales, para repotenciar la producción interna.
Pero todo pasa por reconocer al mercado como mecanismo de intercambio, ¿no?
La base de todo esto es entender que tienes que apostar a producir la comida internamente. Eso es la soberanía alimentaria que tanto ha cacareado el Gobierno chavista a lo largo de toda la historia. Hay que recuperar las empresas de agroinsumos, la seguridad física y jurídica, y eliminar las alcabalas, que son un foco de corrupción.

Tomado de:


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