Por Ismael Pérez Vigil, 01/09/2017
El objetivo fundamental de las
protestas que se iniciaron el 1 de abril de 2017 era salir de este régimen de
oprobio, instalado en Venezuela desde 1999. Ese objetivo no se logro y eso sin
duda alguna acarrea una pesada frustración que no es fácil de digerir. Pero,
políticamente hablando, eso no quiere decir que no se haya logrado nada, que es
el balance que nos falta hacer y al que nadie se anima.
No es sobre ese objetivo máximo que
se deben evaluar los resultados de estos cuatro meses de lucha política, sino
sobre los objetivos iniciales que se trazaron. No es que eso mejore mucho el
balance, pero nos permite ver algunos triunfos, que aunque parciales, son
importantes.
1) El supuesto “desacato” que pende
sobre la AN no se eliminó, pero qué duda cabe que hoy la AN tiene un mayor
reconocimiento, incluso de la dictadura, hasta el punto de que aunque se le ha
despojado de sede y presupuesto y sus funciones le siguen arrebatadas –antes en
manos del TSJ y ahora de la ANC–, la ilegitima y arbitraria ANC no se ha atrevido
a disolverla. No es que eso no vaya a ocurrir, pero no ha ocurrido. 2) El
cronograma electoral no está definido, pero la dictadura no le ha quedado más
remedio que programar las elecciones regionales que habían suspendido en 2016;
aunque no estoy muy seguro que finalmente se vayan a realizar, pues si
oposición mantiene su posición de asistir y la dictadura estima que puede
perder un grupo importante de gobernaciones, no dudara ni un segundo en
volverlas a suspender, bajo cualquier pretexto que invente la ANC o el TSJ, o
ambos. 3) La mayoría de los presos políticos, siguen presos, aunque algunos
emblemáticos han alcanzado casa por cárcel o régimen de presentación. 4) En el
desarme de los paramilitares del régimen no se ha avanzado nada y 5) el canal humanitario
no se ha abierto ni un milímetro; más bien la situación de escasez,
desabastecimiento de alimentos y medicinas es cada día peor; el país pasa
hambre y ese es un peligroso caldo de cultivo que en cualquier momento le
explotara al régimen en la cara, con consecuencias imprevisibles.
Pero al menos dos resultados
obtenidos merecen especial mención y son verdaderamente significativos. El
primero es el desenmascaramiento definitivo del régimen a nivel internacional.
En ninguna parte del mundo queda ninguna duda que el chavismo y el gobierno de
Nicolás maduro es una dictadura y los gobiernos democráticos del mundo se han
pronunciado calificándola como tal y algunos se preparan para tomar sanciones
que han ido aislando a la dictadura venezolana.
El segundo resultado, notorio, es el
surgimiento de una nueva camada de jóvenes líderes, en todos los partidos y
grupos políticos que abre el país a una nueva generación y modalidad de
enfrentar la política. Estos dos resultados no son poca cosa y debemos luchar por
mantenerlos, hasta que…
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