Carlos Baute participa en varias acciones solidarias, pero sobre todo está involucrado con mandar ayuda a su Venezuela natal. M. VAQUERO |
Por Ana García lozano, 21/10/2017
Nos citamos en un restaurante de
Boadilla del Monte (Madrid), justo después de acabar la grabación de un
programa del concurso 'MasterChef Junior'.
Y claro, es inevitable recordar su
participación en la versión celebrity, que fue vista y no vista…
Corazón ¿Verdad,
Carlos?
Carlos Baute Es que yo no
estaba preparado, no había visto el programa y me liaron, me dijeron: "¿Tú
cocinas?". Contesté que sí, me pidieron un platillo y fliparon, porque
presenté mi plato estrella, ya que yo soy muy bueno con los tartares. Hago
pastas, salsas… pero todo básico. Y aquello era otro nivel. ¡La gente había
hecho cursos de tres meses…!
Evidentemente,
no suelta prenda sobre el ganador. Tendremos que esperar a la emisión del
programa. De todos modos, el motivo por el que nos vemos no pasa por las
cocinas de ‘MasterChef’'. Este verano tuve noticia de un concierto que dio
Carlos para recaudar fondos a favor de la Asociación Montañesa de Ayuda al
Toxicómano (AMAT) y pensé: "Este corazón solidario no se nos escapa. En
cuanto pueda, tiene que contárnoslo".
C.B. Pues te cuento. Me
invitaron y acepté encantado. Feliz de poder ser solidario. Ten en cuenta que,
siendo venezolano, sé de lo que hablo, ya que vengo de una tierra que necesita
solidaridad total, porque estamos en situación de emergencia desde hace años.
C. AMAT
nace fruto de la inquietud de un gran número de padres afectados por el tema de
las adicciones en jóvenes...
C.B. Es muy importante la
prevención y algo preventivo, sin duda, es el deporte. AMAT sabe mucho de eso,
porque lleva 30 años haciendo un maratón cada 12 de octubre. Deporte, además
del amor familiar, de la autoestima...
C. Ese
es un buen mensaje: que el subidón que pueden darte las drogas, en un momento
dado, podemos buscarlo en otros hobbies. En otras 'adicciones', como el
deporte, el baile, el cine...
C.B. O la cocina, por ejemplo.
Ahora que vengo de esa grabación de la semifinal de 'MasterChef Junior'. ¡No
sabes qué nivel! Los adultos alucinamos con que esos platos los hagan niños de
entre ocho y 11 años. Postres perfectos, cocina de cacería perfecta… Yo, con
ocho años, no sabía ni hacer un sándwich. Esa pasión que dices por el baile, la
música… Esa sí que es una buena droga.
Carlos Baute posa con Ana García Lozano tras la entrevista. |
C. De
todos modos, Carlos, cualquier persona puede desarrollar, en algún momento de
su vida, un problema de adicción. No hay edades… Y no nos olvidemos de esas
otras adicciones que no responden a sustancias, como el móvil, los juegos 'on
line'...
C.B. Por eso, lo más importante
es el amor de tu familia, pero también estar presente, quererte a ti mismo,
querer lo que deseas, lo que haces es fundamental para, entonces, poder querer a
los demás.
C. De
hecho, el concierto se hizo bajo el lema: "Cuídate, quiérete, ámate".
C.B. Suena muy sencillo, muy
básico, pero es así.
C. Le
preocupa la gente joven, pero no puede olvidar su tierra, por eso sé que
destina mucho de su tiempo a la Fundación Una medicina para Venezuela, que
promueve ASEVED (Asociación española venezolana por la democracia). ¿Cuál es su
labor?
C.B. Nació en febrero de 2015
y, en estos dos años, se han enviado casi 15 toneladas de medicinas. Ha sido
espectacular. Empezamos poco a poco. Vanessa, la directora, es quien se
encarga, junto a venezolanos, hijos de españoles que viven en España tratando
de buscarse la vida aquí. No sabes la de horas que pasan trabajando por su
gente de Venezuela. Estamos mandando, mensualmente, un mínimo de 300 kilos de
medicinas. Eso es mucho para mi país. Yo, cuando vi todo ese movimiento de
gente joven, me enamoré.
C. ¿Hay
escasez de medicamentos en Venezuela?
C.B. Escasez total.
Lamentablemente, hay gente que ha muerto por falta de medicamentos, por no
tener antialérgicos, lo más básico. Lo último es que se han agotado las
medicinas para personas trasplantadas. Cuando escuchas algo así, piensas: «Hay
que hacer algo. Hay una farmacia en Venezuela que funciona por teléfono.
Tenemos más de 5.000 llamadas al mes pidiendo medicamentos.
C. ¿Cómo
funcionan? ¿Cómo envían de medicinas? Tengo entendido que lo hacen de forma
clandestina...
C.B. Parecemos
narcotraficantes. Es un envío privado, de otro voluntario que tiene aviones y
se ofreció. Él es el que hace llegar todo a su destino final: CODEVIDA. Esta lo
distribuye a los hospitales, antes de llevarlos a la farmacia. Ahora es aquí,
en España, donde se organiza todo. Fíjate que yo acabo de estar en Colombia
realizando una acción, a pocas horas de Venezuela, y tuvimos que enviarlo a
España y, desde España, a Venezuela. Desde aquí todo es transparente. Nos ayuda
la Comunidad de Madrid. Cristina Cifuentes nos dio un local prestado para meter
los 300 kilos mensuales que enviamos. Da igual la medicina que des, lo
importante es que no esté caducada.
C. ¿Qué
hacemos cuando queramos donar medicinas? ¿Dónde las llevamos?
C.B. Toda la información
aparece en codevida.org, donde tenemos, incluso, un listado de los medicamentos
más necesarios. Nosotros enviamos todo, menos insulina, porque necesita cámara
fría y no se puede conservar bien. También se celebran eventos puntuales para
la recogida de medicinas, donde colaboran artistas como Franco de Vita o Bertín
Osborne, con el propósito de mandar esos medicamentos, cuanto antes, para que
no caduquen.
C. Me
dice que, a veces, está en Colombia, a tiro de piedra, y no llega a su país,
¿Hace mucho que no va a Venezuela?
C.B. Cuatro años y medio, una
pena. Quiero agradecerle a España y a los medios su apoyo. España nos está
ayudando siempre. Rajoy habló de Venezuela hasta con Donald Trump. La gente
sabe muy bien la realidad de lo que es Venezuela. Incluso, antes de las
elecciones en España, se dejó claro cuál era la situación allí y se dijo:
"Españoles, cuidado a quién votáis, porque si vais por ese lado, estáis
votando a gente que dice que admira el chavismo". Yo pienso que esas
personas, aunque sean muy inteligentes, para mí no tienen ningún criterio sobre
democracia y política.
C. ¿Cómo
se vive de lejos esta situación de su país?
C.B. Lo que vemos aquí es muy
flojito. Yo tengo familia, tíos, primos y buenos amigos que siguen luchando
allí. Para ellos es mi canción 'Vamos a la calle', ya que siguen siendo unos
héroes, porque hay que continuar saliendo a la calle para que se escuche
nuestra voz
C. ¡Qué
actual para lo que está viviendo también en España!
C.B. Es que hay que salir a la
calle para reclamar lo que deseemos.
C. ¿Qué
futuro le ve a Venezuela?
C.B. Vi una luz enorme hace un
mes, pensando que se iba a acabar… Parecía que los militares iban a dar un
golpe a Maduro, pero no pasó nada. Es complicado, porque este señor tiene todos
los poderes: el político, el judicial, el económico, el electoral, el
legislativo, el militar… No hay nada que hacer. En Venezuela están muriendo
personas. Somos el país con mayor inflación, 1.000%. Un salario mínimo allí
sirve para comprar un kilo de arroz. No sé cómo puede vivir la gente.
C. Su
presente, por supuesto, pero ¿su futuro pasa por España?
C.B. Ahora tengo gira en
Latinoamérica, donde me encanta ir, es un continente al que le debo mucho y
vamos a estar más afincados allí un tiempo.
C. Pero
su nido va a mantenerlo aquí...
C.B. Claro. Sí, total...
C. Un
nido que va a tener que ampliarse...
C.B. Sí, estamos muy contentos.
Para Navidad, otro peque en casa.
C. ¿Ese
es ahora EL PROYECTO, así, con mayúsculas?
C.B. Sí, eso y componer, que es
lo que estoy haciendo ahora. Es lo que más disfruto de mi carrera, porque el
escenario me encanta, pero componer es un arte. Es como el que cocina.
C. Veo
que vuelve a lo de cocinar. Se le ha quedado una espinita clavada...
C.B. (Risas) No, cuando me fui,
dije: "Dejadme la oportunidad de estudiar, dadme un par de meses y vuelvo,
pero aprendido".
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