Por Andreina Aponte y Anggy
Polanco, 12/10/2017
CARACAS/SAN CRISTÓBAL (Reuters) -
Leandro Colmenares, de 37 años, vendió su auto y su departamento para huir de
Venezuela buscando establecerse primero en Panamá y luego en Colombia pero,
tras un año de fracasos, regresó a su país resignado y sin los ahorros de su
vida.
Antes de irse de Caracas, Colmenares
trabajaba como técnico especialista en equipos médicos y era el sostén de una
familia de cuatro miembros, pero la crisis económica venezolana lo forzó a
emigrar con 7.000 dólares, lo que le quedó después de repartir parte de los
ahorros entre la familia.
Para subsistir en el exterior
tuvo que aceptar trabajos ocasionales en construcción, limpieza, cargando
muebles y sirviendo comida.
"Yo salí de Venezuela
codeándome con doctores. Meses después estaba en una mueblería de Panamá
trapeando el piso", dijo Colmenares, padre de dos. "Estaba mal,
estaba pasando hambre, (...) los fines de semana comía una sola vez",
agregó recordando su estancia en Colombia, donde rentaba una pequeña
habitación.
Y aunque en un buen día de
trabajo podía ganar 25 dólares, equivalente a lo que cobraba en todo un mes en
Venezuela, poco a poco se fue quedando sin fondos por la falta de un ingreso
fijo, el costo de vida y las remesas que debía enviar a casa.
"Me fui dejando un país
malo. Cuando llegué estaba peor", confesó en la sala de su humilde casa,
propiedad de la familia de su esposa en Caracas, rodeado de sus hijos y su
mujer, con quienes volvió a reunirse en febrero. Ahora vende en su casa masa
artesanal para hacer arepas.
La historia de Colmenares refleja
la de muchos que han huido de la crisis en Venezuela, pero que han tenido que
regresar por no haber conseguido estancia legal o trabajo estable.
Si bien no hay cifras disponibles
de los venezolanos que se han visto forzados a regresar, entrevistas de Reuters
con unos 50 venezolanos que emigraron desde que el presidente Nicolás Maduro
asumió en el 2013, muestran que uno de cada cinco volvió a su país. Y el número
podría ir en aumento debido a las precarias condiciones en los que muchos se
van.
Entre los principales motivos
para volver a un país con una inflación de tres dígitos, recesión económica y
escasez, están la imposibilidad de obtener visas, las altas expectativas
laborales y la nostalgia, según dijeron los entrevistados que fueron
contactados por vía telefónica entre agosto y octubre.
Miguel Blanco, un sociólogo y
consultor de Naciones Unidas, asegura que cada vez más venezolanos están
regresando por la falta de planificación: se van huyendo, sin prospecto de
trabajo, ni ahorros por la dificultad de juntar dinero en una economía que se
devora los ingresos y con un control de cambios, que se traduce en un acceso a
divisas muy limitado.
"Cuando la migración esta
propiciada por factores expulsores puede llevar al migrante a fracasar por
falta de dinero o por no poder establecerse", explicó Blanco.
DIÁSPORA
VENEZOLANA
Luego de la Guerra Civil y la
Segunda Guerra Mundial hubo una migración masiva de europeos a Venezuela, por
lo que era normal ver sinfines de negocios gerenciados por españoles y
portugueses en su mayoría.
Pero en los últimos 18 años, más
de 2 millones de venezolanos han dejado su país -un 6,3 por ciento del total-,
según cálculos privados, debido a la inseguridad, la impunidad y el acelerado
deterioro económico.
Una cuarta parte de esos
venezolanos emigraron en los últimos dos años, según el Observatorio de la
Diáspora Venezolana.
La organización, coordinada por
el profesor y sociólogo venezolano Tomás Páez, radicado en España, estima que
desde el 2015 entre 400.000 y 500.000 venezolanos han abandonado el país,
aunque el Gobierno considera que estas cifras son exageradas.
El Ministerio de Información no
respondió a una solicitud de comentarios y datos oficiales.
La expatriación de los
venezolanos empezó con una primera oleada de jóvenes profesionales con estudios
superiores. Pero últimamente esto ha cambiado, con venezolanos de las clases
más bajas abordando autobuses para buscar otro país donde vivir.
Semanas atrás se viralizó un
video de un venezolano que vendía empanadas en un autobús en Perú y fue
insultado por algunos pasajeros mientras otros lo defendían. Rl vendedor dijo
que era un médico y que vendía comida en autobuses para ganarse la vida
dignamente. https://www.youtube.com/watch?v=W7vHlYOfFeY
El gobierno peruano estima que en
el primer semestre del año 40.000 venezolanos ingresaron al país. Panamá, donde
viven unos 60.000, implementó visas como un requisito de ingreso para los
venezolanos.
"ALLÁ
NO HAY COMIDA"
Colombia, que comparte una
frontera de 2.219 kilómetros con su vecino, estima que unos 36.000 venezolanos
entran diariamente a su territorio y que ,de ellos, 2.000 no regresan a su país
inmediatamente.
Dayana Benitez, una madre soltera
de 46 años, vendió su auto para costear su viaje a Bogotá, donde planeaba
establecerse con su hija Sofía de 6 años. Pero seis meses más tarde, regresó a
Venezuela con las maletas llenas de alimentos que son difíciles de conseguir en
su país, como la harina para hacer arepas.
"En extranjería me dijeron
que no me podían dar la visa (...) porque ellos no podían quitarle un puesto de
enfermera a una colombiana para dárselo a una venezolana", recordó Benitez
con tristeza.
Incapaces de establecerse, hay
quienes optan por cruzar la frontera por unos días en busca de caridad, lejos
de su país donde cada vez más gente dice sufrir hambre.
En las ciudades colombianas de
Cúcuta y Maicao, a pocos metros de la frontera con Venezuela, hay personas que
se organizan para brindar comida y refugio a los que cruzan a diario desde el
país petrolero en busca de desayuno y almuerzo.
Familias enteras duermen en
cartones y colchones en plazas colombianas.
"Allá no hay comida y vengo
hasta aquí a pie todos los días para comer con mis hijos", confesó en
Cúcuta María Benavides, una madre de 23 años con su hijo de 8 meses en brazos.
"Mi esposo trabaja pero con lo que él gana no alcanza".
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