miércoles, 11 de octubre de 2017

Proyectos en la fragua española – “El crowdfunding no es sólo dinero”, @Actualy_es



CARLETH MORALES – 09/10/2017
Siete emprendedores y conocedores de campañas crowdfunding atendieron el llamado de Venezuelan Press  a participar en el IV Encuentro: “Crowdfunding para emprendedores culturales. Experiencias y consejos”, que la Asociación de periodistas venezolanos en España organizó el 3 de octubre en los espacios de la biblioteca municipal Eugenio Trías del Parque El Retiro de Madrid, también transmitido por Periscope.
El objetivo era conocer las ventajas y desventajas de financiar un proyecto cultural a través del micromecenazgo, desde la experiencia. Respondiendo a preguntas como por qué consideraron el crowdfunding como forma de financiación, cuál plataforma escogieron, qué modalidad, cuánto tiempo invirtieron y qué estrategias complementarias de promoción utilizaron, dieron al público información valiosa, difícil de encontrar en otros escenarios.

Estuvieron la periodista y escritora María Gabriela Lovera con su libro “Duendes caseros“; el nutricionista Miguel Ramos con su comunidad Zero Zero Food; el músico Israel Carmona con su disco “Freedonia“; la fotógrafa Maritza Tortolero con su campaña “Art for health“; el periodista Víctor Suárez con su portal de noticias Actualy.es; el músico Ángel Pastor con su disco “Shenobi” y la productora Magda Calabrese con su largometraje “La píldora más deseada“. Siete experiencias de crowdfuding, un punto común: “El crowdfunding no es sólo dinero, se consiguen muchas más cosas”.
“No debemos volvernos locos con las recompensas”

María Gabriela Lovera, periodista y autora de “Duendes caseros” junto a la ilustradora Daniela Guglielmetti, contó cómo consiguió el dinero para la preproducción de su libro a través del crowdfunding. Para ella, las campañas tienen tres fases perfectamente definidas: preproducción, desarrollo y seguimiento, y se debe escoger muy bien la plataforma, según las necesidades. La suya fue a través de Indiegogo “para que pudieran participar personas de todas partes de mundo. Además, nos permitía quedarnos con lo que recogiéramos en la campaña”, explica. Recomienda, antes de arrancar, fortalecer las redes sociales. En su caso, creó un blog y preparó material audiovisual para generar expectativa antes de iniciar el crowdfunding, que posteriormente le sirvieron para difundir y multiplicar la información “porque la gente no lee mucho y hay que atraerla con vídeos impactantes, que los haga sentir parte del proyecto”. Cree que las campañas muy largas no son buenas y que hay que tener en cuenta la fiscalidad a la hora de calcular cuánto se necesita. “Debemos saber cuánto nos cobra la plataforma, las tarjetas de crédito, cuánto nos vamos a gastar en las recompensas y en los gastos de envío de las mismas” señaló, y sobre estas últimas resaltó: “No debemos volvernos locos con las recompensas, porque luego se convierten en un problema que puede hacernos perder mucho tiempo y dinero”.
 “Es más importante la precampaña que la campaña”

Miguel Ramos, nutricionista y creador de la comunidad Zero Zero Food, está convencido de que antes de pedir financiación para un proyecto, hay que tener bien definido no sólo el proyecto sino la comunidad a la que va dirigido, que previamente hay que conocer y cautivar. En su caso, las recompensas eran el producto en sí, por lo que el trabajo previo con las redes sociales fue primordial. Su campaña la realizó a través de Kickstarter “por su nivel y porque cubre toda Europa, nuestra campaña era amplia pero no mundial”. Su objetivo era que los posibles consumidores pudieran tener acceso al producto de manera directa, sin intermediarios, en condiciones ventajosas. De su primera experiencia, a pesar de no alcanzar la meta, conoció mucha gente e hizo importantes contactos, “algo que añade valor y conocimiento, que nos ayudará a reestructurar la segunda campaña que saldrá en breve”.
“El crowdfunding debe tener un retorno social”

Israel Carmona es músico, integrante de Freedonia y coautor del disco “Freedonia”, la primera experiencia crowdfunding del grupo. Seis años tocando y construyendo un público fiel respaldaron el éxito de la campaña. “Tienes que tener primero la comunidad antes de lanzar tu proyecto cultural, el público nos pedía el disco, y fue éste quien apostó por él, no solo financiándolo sino promocionándolo” explica. La plataforma utilizada fue Goteo.org “porque no nos ponía límites, más bien nos apoyó en todo momento”. Sobre el crowdfunding, considera que es la mejor manera de financiar un proyecto cultural, porque en todo momento se tiene el control de la obra y el contacto con el público, “a quien le debes el proyecto, porque crowdfunding no es sólo recoger dinero para hacer lo que quieres, sino un trabajo en y para la comunidad”.
“Debes reforzar muy bien tus redes sociales”

Maritza Tortolero es publicista, comunicadora, fotógrafa y la creadora de la campaña “Art for health“, un proyecto para financiar un tratamiento de salud personal y donar un porcentaje a la investigación como causa social, ofreciendo como recompensa una serie fotográfica de su autoría: Life. La campaña la hizo a través de Indiegogo“porque quería llegar a Estados Unidos, Latinoamérica y Europa”. Sobre ésta recomienda, antes de comenzar, sacar muy bien las cuentas pero, sobre todo, reforzar las redes sociales y la base de datos, que incluye amigos, familiares y, a su vez, amigos y familiares de estos. “Sensibilizar a la gente, de todas las formas posibles, llegar a los influencers y a los medios de comunicación” señala. En su caso pidió prórroga a la plataforma, y se la concedieron, lo que le permitió llegar al 112% de lo estipulado. ¿El fallo? Las recompensas, “al final se han convertido en un dolor de cabeza”.
“Permite que más gente conozca tu proyecto”

Víctor Suárez es periodista y editor del portal de noticias Actuay.es, una web dedicada al exilio venezolano que necesita financiación para crecer. A falta de patrocinadores, el crowdfundingresultaba la mejor opción para conseguir el dinero, sin embargo, no fue tanto el dinero lo que lograron, sino que el proyecto ampliara su círculo de acción y se diera a conocer más. Ulele.com fue la plataforma escogida “por el seguimiento personalizado y su apoyo y difusión a partir de los cinco primeros aportes”. Gracias a la campaña, él y su equipo aprendieron a hacer videos, se sumaron nuevos colaboradores, regularizaron las actualizaciones y aumentaron las interacciones en redes sociales. No alcanzaron la meta, pero mejoraron su expectativa: continuar.
“La transparencia es vital”

Ángel Pastor es músico e integrante de Freedonia y coautor del “Shenobi“, el segundo proyecto del grupo financiado a través de crowdfunding. Al igual que la primera vez, utilizaron la plataforma Goteo.org “por su retorno social, porque el crowdfunding no es solo pedir dinero, sino hacer sinergia para llevar adelante un proyecto”. Explica que los proyectos culturales conllevan un riesgo que un banco no está dispuesto a asumir, pero sí una comunidad de personas que apuestan por él con sus propios recursos, por lo que si se acude a la gente para financiarlo, qué menos que retornar el beneficio a la misma sociedad. En esta oportunidad consiguieron el 128% por encima del mínimo, con 728 mecenas. Sobre las recompensas, recomienda calcular muy bien su coste, el trabajo y el tiempo que llevará entregarlas, “porque contraemos una deuda con la gente, que hay que saldar”. Considera que las claves del éxito son: total transparencia (explicar al detalle a qué va dedicado cada euro), un buen producto y una buena promoción, tanto al principio como al final de la campaña. ¿El fracaso? “Cuando hay engaños, no se calcula bien el mínimo o no se cuenta con el respaldo de una comunidad”.
“Hay que hacer suyo el proyecto a los mecenas”

Magda Calabrese, productora y directora del largometraje “La píldora más deseada“, acudió al crowdfunding para financiar la postproducción de su trabajo, dirigido a la comunidad celíaca. Lo hizo a través de la plataforma Verkami “por su credibilidad, respaldo,  asesoría y ayuda en todo momento, en cada paso del proceso”. Cuatro meses estuvo entre que concibió la idea y recogió el dinero, en una campaña que superó el mínimo e integró a sus 122 mecenas al proyecto. “Ofrecimos un preestreno exclusivo para ellos, un DVD, mención en los créditos, ellos se sintieron en todo momento parte del proyecto”. Recomienda, además, sacar bien las cuentas y sacar tiempo, “porque esto es un trabajo prácticamente a dedicación exclusiva, si no, es imposible conseguirlo, saber bien a quién nos estamos dirigiendo, tener relaciones y sobre todo ganas, esa es la clave del éxito”.
Publicado en Venezuelanpress.com
*Carleth Morales Senges, periodista venezolana, presidenta de @VenezuelanPress. Escribe desde Madrid.

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