13 de febrero de 2017
Si en Venezuela es difícil
obtener un pasaporte por la escasez de material, en el exterior es aún más
cuesta arriba que venezolanos obtengan respuestas que garantice su libertad de
tránsito.
Emigrar implica sacrificios, mucho más para el que incluye a sus
hijos en el plan. Hay quienes no pueden entrar a su país y quienes ni siquiera
pueden tener una cédula que los identifique como venezolanos. Tal es el caso de
la familia de Zoraida Maldonado que logró emigrar a México con su hijo quien
apenas tenía ocho años de edad. Hoy, tres años años después, el niño ha
cumplido ahora un año con su pasaporte vencido, quedando en un limbo de
identificación debido a que no hay manera de renovarle su único documento de
identidad.
La única manera de tramitar el documento es que viaje a Venezuela
con el propósito de resolver el problema legal, sin embargo, Maldonado comentó
para el diario El Nuevo Herald, que
no cuenta con recursos económicos.
Ante esta problemática, miles de niños venezolanos que viven en el
extranjero estarían por quedarse sin un documento de identidad vigente. Esto se
debe a que el gobierno de Venezuela exige para la expedición o renovación de
pasaporte tener la cédula de identidad, la cual solo puede tramitarse en el
territorio venezolano y cuando la persona es mayor de 9 años.
NIÑOS APÁTRIDAS
El abogado Orlando Viera, indicó que hay además niños que estarían
en una situación aún más crítica de identidad. Explicó el caso de pequeños que
nacieron en ciertos países extranjeros en los que se practica el principio del
Jus sanguinis que establece que la ciudadanía no se basa en el lugar donde
naciste sino por la nacionalidad de tus padres.
“En el caso de Francia, no basta con nacer en Francia para tener
una nacionalidad francesa, es necesario que tus padres sean franceses. En
consecuencia aquellos niños [de venezolanos] no son nacionales de esos países”,
explicó.
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