Niños esperan su turno para conseguir una sopa, en Caracas. RODRIGO ABD AP |
Nadie se cree, ni dentro ni
fuera de nuestras fronteras, el resultado de las elecciones del 15 de octubre
Por Henrique Capriles
Radonsky, 28/10/2017
"Las palabras nunca
alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma", decía Julio
Cortázar; y es que con todo lo amplio y maravilloso que es el diccionario hay
emociones y sentimientos que no pueden describir lo que pasa en Venezuela.
Ningún venezolano hoy podría
explicar cómo se siente frente a lo que vivimos, porque la realidad nos
sobrepasa. Hace dos décadas llegaron con la boca llena de promesas y hoy la
situación de nuestro país es peor que la que existía en 1998.
En
Venezuela, la crisis de alimentos ha venido aumentando, llegando al punto de
emergencia humanitaria. Semanalmente mueren entre 5 y 6 niños por desnutrición,
y las proyecciones indican que pueden llegar a morir 280.000 niños por esta
causa.
El déficit nutricional es del
70%. La desnutrición infantil grave llegó al 15% en el mes de agosto y 33% de
la población infantil ya presenta retardo en el crecimiento.
Según la FAO, Venezuela es el
país con más aumento en el número de subnutridos, personas mal alimentadas. En
2015 había 2,8 millones de personas con subnutrición y para 2016 esta cifra
aumentó a 4,1 millones de personas.
El 80% de los 30 millones de
venezolanos sólo comen dos veces al día, y la cantidad y calidad de los
alimentos ha bajado debido a la escasez y la inflación, que se estima que este
año 2017 cierre en 1.033%. Solo en el mes de julio hubo una inflación de 26%,
imagínense, la inflación de un mes fue superior a la de Perú en los últimos 10
años.
Unos 4,5 millones de
venezolanos comen una vez al día y a veces cada dos días, según un estudio de
Cáritas. Y es que la Canasta Básica Familiar cuesta 4 millones de bolívares,
mientras el sueldo mínimo es de 136.500 bolívares; solo alcanza para adquirir
el 3,4% de los productos. No en vano cada vez vemos más venezolanos comiendo de
la basura.
El 81,8% de los hogares en
Venezuela viven en pobreza, de los cuales 51,51% sobrevive en condiciones
extremas. En resumen, hemos retrocedido a las cifras de 1998, y las
enfermedades nos retrocedieron a la Venezuela de los años 40, repuntando los casos
de malaria, tuberculosis, difteria y lepra.
Desde la Unidad Democrática
hemos reconocido esos problemas y hemos insistido en el mundo entero en la
apertura de un canal humanitario para alimentos y medicinas. Venezuela lo
necesita. Por eso es descabellado pensar que los venezolanos convalidan esta dictadura
y menos que Maduro goza de respaldo o ganó unas elecciones ¿Quién se cree que
el cuento que el país con la inflación y escasez más alta del planeta, su
gobierno y responsable de la crisis, cuente con respaldo popular y electoral?
Los demócratas debemos
colocar el bien del país por encima de los intereses personales o partidistas.
Los partidos políticos son la representación de una sociedad democrática
organizada y la política debe servir para hacer posible lo imposible. Esa es la
política que merecemos los venezolanos, la del servir a los demás por
convicción. Por eso luchamos cada día, por eso seguimos adelante.
América Latina no puede
retroceder en el siglo XXI para tener regímenes comunistas, pero los
venezolanos estamos secuestrados por la casta madurista que desconoce la
Constitución y las leyes.
Quienes conformamos la Unidad
ganamos en 2015 con amplio margen en las elecciones del Parlamento. A partir de
allí han colocado cada vez más trabas y trampas, buscando además seguir
aprovechándose de la necesidad de quien no tiene un plato de comida para sus
hijos.
Tras las protestas de miles
de venezolanos en las calles quisieron bajar la presión con el invento del
fraude Constituyente, porque no encontraron apoyo ni en los venezolanos y ni en
la comunidad internacional. Gracias a esa presión logramos que se convocaran
las elecciones regionales y participamos en las peores circunstancias. Nuestra
participación permitió demostrar una vez más los tentáculos del régimen y los
alcances del fraude.
Frente a lo que vive
Venezuela, hoy más que nunca debe haber grandeza y conducción por parte de
quienes tenemos liderazgo. Nadie se cree, ni dentro ni fuera de nuestras
fronteras, el resultado del 15 de octubre bajo esta situación que vive el país.
Pero los venezolanos tenemos
la oportunidad de construir una nueva Unidad, con principios, que dé
respuestas; una Unidad que ponga a Venezuela por encima de todo. Y en esa
línea, para nosotros, los que creemos en un verdadero cambio, nos resulta
inaceptable que alguien vengan a convalidar o subordinarse a los responsables
del desastre. La Constituyente es fraudulenta, inconstitucional, espuria, y por
tanto la Unidad debe mantener sus principios, como lo hizo el Gobernador electo
por el estado Zulia, porque solo así lograremos tener unas condiciones
democráticas que nos permitan salir de esta desgracia que representa el
madurismo. Así que no hay división, hay una reafirmación de quienes vemos en la
Unidad la posibilidad de un cambio y no la defensa de unos pocos intereses o cargos.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario