Por Francisco Costa, 03/11/2017
Boa Vista (Brasil), 3 nov (EFE).- Miles de venezolanos
dejan su país en busca de una nueva vida en Brasil, en áreas como el estado
amazónico de Roraima, una deprimida región del norte que ha pedido ayuda al
Gobierno de Michel Temer para afrontar la avalancha de solicitudes de refugio
recibidas en el último año.
Según estimaciones oficiales, solo por Roraima
han pasado 30.000 inmigrantes venezolanos desde 2016, cuando comenzó el éxodo
por la crisis de Venezuela.
Entre enero y septiembre, las solicitudes de
refugio presentadas a las autoridades locales alcanzan las 12.193, cifra que
quintuplica al total del trienio 2014-2016.
La falta de infraestructura para atender la
masiva llegada de inmigrantes venezolanos en un estado como Roraima ha
provocado más de un problema en el último año.
Esta semana, la policía desalojó por la fuerza a
unos 400 venezolanos que vivían desde hace seis meses en un campamento
improvisado en las calles aledañas a la Terminal Internacional de Transportes
de Boa Vista, la capital regional, y los trasladó a un gimnasio habilitado como
albergue.
"Estas personas se encontraban en situación
de vulnerabilidad y algunos niños, según denuncias que recibimos, estaban
siendo explotados en sus derechos", señaló a Efe el coronel de la Defensa
Civil de Roraima, Doriedson Ribeiro.
De acuerdo con Ribeiro, ahora los inmigrantes
"recibirán atención en salud, los niños serán llevados a los colegios y
los adultos serán encaminados al mercado de trabajo".
José Ramírez Contreras, un jardinero que llegó a
Roraima desde San Cristóbal, en el estado venezolano del Táchira, comenta que
su nuevo alojamiento es más "cómodo" que el campamento de la calle y
"la alimentación es buena: con desayuno, almuerzo y cena y más porque la
situación en Venezuela está brava. No hay comida ni empleo".
También Deyanira Sotillo, una de las encargadas
de la alimentación en el albergue, destaca el trabajo comunitario y las mejores
condiciones de sanidad que tiene ahora.
No obstante, la compleja situación ha llevado a
que el Ministerio Público (Fiscalía) y organizaciones no gubernamentales se
movilicen con acciones judiciales y en las redes sociales para pedir una mayor
atención a los inmigrantes por parte del Gobierno Federal.
Según el Ministerio Público, el desalojo de los
inmigrantes fue una "acción por la fuerza" a cargo de la Policía
Militarizada y el albergue instalado en el gimnasio no cuenta con la
infraestructura necesaria para acoger a los venezolanos.
De acuerdo con la Policía Federal, encargada de
la inmigración en Brasil, la mayoría de inmigrantes venezolanos que llegan a
Roraima proceden de Caracas y el 58 % son hombres entre 22 y 25 años.
La mayor parte de ese grupo de hombres jóvenes
son estudiantes (17,93 %), seguidos por los graduados en economía (7,83 %),
ingeniería (6,21 %) y medicina (4,83 %), aunque debido a la escasa oferta de
trabajo profesional en la región han pasado a ocupar empleos menos calificados
o informales.
Muchos, incluso, trabajan como vendedores
ambulantes o se ofrecen para limpiar los vidrios de los autos en los semáforos.
Según el Ministerio de Trabajo brasileño,
durante los siete primeros meses del año se expidieron 3.000 carteras de
trabajo formal para venezolanos, frente a los 1.331 emitidos durante todo el
año pasado. EFE
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