martes, 28 de noviembre de 2017

La sangre de la empresa, ¿y del país?, por @eldiarioec


WALTER ANDRADE 27 de noviembre de 2017

Es probable que la liquidez sea a una empresa lo que la sangre al ser humano. Es probable, digo, porque para muchos lo más importante es el producto, el mercado o el talento humano.

Sin embargo, para una empresa con ideas, con talento, con productos destacados pero sin liquidez, propia o facilitada por alguien, avanzar se puede volver cuesta arriba.  Es que así como a un ser humano la vida se le complica con deficientes niveles de sangre  en su cuerpo, a una empresa le pasa igual cuando  carece de recursos o los tiene limitadamente. Por supuesto que dar un salto cualitativo o encontrar un espacio cómodo en el mercado, no es solo y exclusivamente una cuestión de liquidez. Se necesita administrar con sensatez.

A un país, como a una ciudad o una región,  le puede pasar igual: necesita liquidez para vivir y no tenerla en la cantidad necesaria para un progreso equilibrado es señal de peligro y se expone a que le lleguen todos los males del mundo. Claro que con una diferencia respecto a las personas: las ciudades, por definición,  no se extinguen, no desaparecen físicamente como sí ocurre con las empresas. Lo que les llega a pasar, cuando la liquidez que circula en su economía se reduce a la mínima expresión, es que la ciudad, región o país  poco a poco entra en  un proceso de lenta agonía que se expresa de diferentes maneras. Sus habitantes reducen drásticamente su nivel de vida, pero miles corren a buscar suerte por otros lados. 

Con ocasión de la crisis bancaria de 1998-1999, por ejemplo,  hubo una emigración masiva de ecuatorianos.  España, muchos  países europeos y otros tantos latinoamericanos recibieron a miles de ecuatorianos porque huían del país que de pronto,  cualquiera haya sido la razón, se quedó sin recursos, sin  liquidez. 

Hoy por hoy,  estamos siendo testigos de la diáspora de venezolanos por el mundo y al final es por la misma razón: falta de liquidez en su país. El origen es distinto:  aquí fue por un fraude, en Venezuela por una irracional, incomprensible y alucinante manera de gobernar.

Conociendo entonces lo fundamental que es  para el bienestar de la comunidad contar con recursos para su desarrollo y crecimiento,  parecería de sentido común que todos los esfuerzos de los gobernantes se dirijan a atraerla, a crear condiciones para generarla para que la sociedad en su conjunto vea el panorama claro.  Y la  necesidad es mayor para nosotros que tenemos al dólar de EE.UU. como moneda.

En teoría, por tanto, esta ciudad como todas y el país en general, la prioridad uno es alentar la entrada de dólares a la economía.

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