Maira Perozo 20 de enero de 2018
La
cruda realidad de los venezolanos en Colombia que emigraron por la
frontera con Cúcuta, es cada día más dura. Se cuenta el rechazo de algunas
autoridades, que critican el auge desmedido desde la nación caribeña.
El
Alcalde de Cúcuta, César Rojas, ha calcado que la solución más viable para
atender las continuas migraciones de venezolanos que, incluso, pasan las
noches en la calle, es ofrecerles albergues temporales.
Rojas
no comparte la idea de darles desayuno almuerzo y comida. Si es así, teme que
aumente el auge de migraciones, huyendo de la crisis que azota a la nación
caribeña.
De
esta manera, se les garantizan, así, condiciones de vida favorables tanto a los
cucuteños como a los extranjeros así lo dejó ver el jefe de ese ayuntamiento.
A su
juicio, no pueden seguir viéndose lo que considera espectáculos de niños en la
calle durmiendo al aire libre. Y un Estado venezolano que no les da garantías,
no propone nada, por el contrario oprime a sus habitantes, que se ven
forzados a cruzar la frontera con Colombia.
De
igual forma, añadió que, si se reafirma la propuesta, podría agraciar la
convivencia en los sectores en los que se asentaron los inmigrantes. Esto, pues
la idea es buscar una solución temporal a su estadía.
En
este sentido, Rojas afirmó que los inmigrantes tampoco tienen por qué tener un
estatus de refugiados. Porque, indicó, en Venezuela no hay guerra de militares
contra civiles, sino una opresión formas de gobernar que no comparte.
Esperan
por el Gobierno de Colombia
Del
mismo modo, se mostró confiado respecto a la respuesta del Gobierno de Juan
Manuel Santos para solventar la estadía de los venezolanos, señalando
que es un gobierno que va de salida, tomando en cuenta que dentro de
pocos meses hay elecciones presidenciales en ese país.
Por
su parte, el concejal de Cúcuta Jaime Marthey, apoyó la propuesta de Rojas,
respecto a ofrecer el hospedaje temporal, ya que, establecer albergues
permanentes generaría un mayor auge de venezolanos desplazados.
Para
Mathew deberán ser hospedajes con una permanencia máxima de 24 horas, y aunado
a ello las personas que entran deberían ser caracterizadas. Advirtió, además,
que cualquier otra clase de ayuda hacia los inmigrantes no puede ser la entrega
de alimentos, porque querrían quedarse definitivamente.
Ahora
bien, en cuanto a los que decidan quedarse -que, según el censo más reciente de
la alcaldía, rondan las 1.200 personas- los organismos internacionales tienen
la última palabra, respecto a la protección y manutención de estos.
Finalmente,
puso en duda las actuales condiciones de control migratorio, asegurando que
autoridades se limitan solo a contar personas, en lugar de levantar una base de
datos para saber quiénes entraron.
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