Macky Arenas 28 de febrero de 2018
Los médicos venezolanos, un
valor agregado para los países que los reciben
uerto
Montt, al sur de Chile, ciudad ubicada a pocos pasos de la Patagonia, cuenta
con médicos venezolanos que conforman casi el 80% de la plaza destacada en esa
alejada localidad. De estos médicos, 65 fueron objeto de un agradecido homenaje
por el aporte que están representando para el sistema de salud chileno.
El
Hospital de Puerto Montt “Dr. Eduardo Schútz Schroeder” se encuentra en la
provincia de Llanquihue, en plena Patagonia chilena. Allí laboran profesionales
de Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Nicaragua, Perú y
Venezuela.
La
comunidad médica venezolana está, a su vez, agradecida por “el rol inclusivo de
Chile en general y del Hospital en particular”. Hasta noviembre pasado, la
cifra de profesionales ejerciendo en Chile se ubicó en 646 venezolanos.
Los
venezolanos han escogido Chile como uno de sus principales destinos para
emigrar, debido a la crisis que afecta a su país. Tan solo en el primer
semestre de 2017, se realizaron 32.089 solicitudes de residencia en esa nación.
Chile tenía un déficit de 20.000 médicos y se puso en marcha una campaña para
captar médicos fuera de las fronteras. Gran parte de esos médicos captados son
venezolanos.
Más de
2 millones de venezolanos han abandonado el país durante los últimos 18 años
por la situación política, económica y social, según un informe del
Observatorio de la Voz de la Diáspora Venezolana, basado en cifras de los
organismos de estadísticas de las naciones donde viven ahora.
Entre
ellos, está el 40% de los médicos graduados que ha decidido emigrar. La fuga de
batas blancas ha llevado a los especialistas hasta varios países de América
Latina, especialmente y del mundo en general: “Ejercer en Venezuela es
frustrante. Pretendemos poder tratar dignamente a nuestros pacientes, con los
recursos necesarios”.
La
escasez de medicamentos, la imposibilidad de brindar una atención adecuada, la
inseguridad y las condiciones del país en materia económica han empujado a los
profesionales de la medicina a buscar un futuro fuera de las fronteras
venezolanas. Así lo reflejó la Encuesta Nacional de Médicos y Estudiantes de
Medicina 2017, la cual arrojó que casi 40% del total de médicos graduados en
los últimos 10 años decidió migrar.
Los
doctores Julio Castro y Miguel Ortiz presentaron recientemente el sondeo: “Del
total de médicos consultados que residen en el país, 75% dijo tener intenciones
de migrar” y agregan, coronando la frase con un piquete positivo: “De un total
de 100, 60 médicos están aquí en Venezuela; pero de esos 60, aproximadamente,
45 quieren emigrar. Otros 40 dijeron que se quedarían si la situación en el
país cambia. Mientras que de los que están fuera, entre 22 y 34 volverían si
Venezuela mejora”.
Sólo
en Europa viven y trabajan unos 7.000 médicos venezolanos. Se van
anestesiólogos, nefrólogos, hematólogos y neumonólogos, entre otros talentos
que cuesta más de 6 anos preparar. Se nos están marchando los fisioterapeutas y
los están recibiendo inmediatamente en todos los países del mundo, con el
título de la UCV (Universidad Central de Venezuela) bajo el brazo, porque
reconocen la formación académica que aquí se imparte. Los necesitan y los toman
de Venezuela, donde las políticas de
salud no cristalizan en un mercado
laboral adecuado. La consecuencia es que busquen emigrar para desarrollarse
profesionalmente.
En
este escenario sombrío y complejo, Colombia, según un informe realizado con
información del Banco Mundial, la Organización Internacional para las
Migraciones y de organizaciones de venezolanos, es el país donde más están
llegando desde Venezuela, entre 98 naciones más.
El impacto
de este éxodo va mucho más allá. La otra cara de la moneda muestra que donde
llegue un galeno venezolano a laborar se está recibiendo en otras tierras una
retribución que debería estar disfrutando la misma Venezuela, más aún en este
momento de crisis.
Esta
fuga imparable se reflejó por primera vez, en todo su dramatismo, en los
titulares de prensa de 2016: “Casi 16 mil médicos se han ido de Venezuela. No
todos están dispuestos a volver si el Gobierno cambia. No por falta de amor
nacional, sino por la estancia que ya construyeron en un país que les brindó
oportunidades. Hay una marea de batas blancas inundando Maiquetía(*)”.
Hay
que recordar el insólito episodio ocurrido el 17 de octubre de ese año, cuando
dos médicos fueron despedidos del Hospital Central de Maracay (HCM). Su delito
había sido permitir el ingreso de cajas de medicinas donadas, cuando incluso la
Organización de Naciones Unidas (ONU) había pedido al Gobierno recibir los
medicamentos como parte de una ayuda internacional.
Emigdio
Balda, decano de la Facultad de Medicina de la UCV, considera que debido al
aumento migratorio de venezolanos hacia el exterior afectados por la condición
país Venezuela puede haber perdido ya 2 generaciones de profesionales de la
salud en los últimos 10 años.
En la
Facultad de Medicina de la UCV existen 156 postgrados clínicos con una
matrícula de 1.200 alumnos aproximadamente. Solo en Ecuador hay más de 60
profesores e investigadores clínicos, cobrando entre 5 mil y 8 mil dólares. “No
se puede competir con los 24 dólares que aquí se les ofrece. Es una doble
pérdida, en el grado cuando formamos al médico y en postgrado cuando formamos
al especialista”, se lamenta Balda.
El
decano no pierde las esperanzas de que algún día estos profesionales regresen
al país. “Los que se van dicen que su intención es poder regresar cuando las
condiciones mejoren. El venezolano tiene arraigo por su país y todos así lo
manifiestan. Si prosperamos desde el punto de vista económico y social, mucha
gente va a regresar y eso nos va a permitir que ese talento que formamos
regrese”.
Los
médicos que permanecen en Venezuela no abandonan a sus pacientes que han
emigrado. Han creado una plataforma a través de la cual atienden a los
pacientes virtualmente mediante videoconferencias, llamadas telefónicas o en un
chat con el médico escogido entre más de 20 especialidades. El doctor Ricardo
Soto-Rosa Loges, cirujano urólogo y uno de los fundadores de la plataforma
www.medicosvenezolanosonline.com., explica: “Los pacientes que residen en el
exterior llaman constantemente a los médicos que están en Venezuela buscando
que los asesoremos, que le demos ayuda. En la medida que han migrado más
venezolanos, eso se ha ido intensificando”.
Por
limitaciones de idioma, confianza de acudir a su especialista “de toda la
vida”, costos y otras limitaciones, ha tomado auge la llamada
“telemedicina”. Los médicos que integran
la plataforma están en Venezuela y en otros países. “Tenemos doctores en Chile,
Panamá, Colombia, España e Italia”, precisan.
Desde
octubre pasado pasan consultas on-line. “Los venezolanos muchas veces no se
adaptan a los sistemas de salud que encuentran en otras latitudes adonde
migran. Esa situación los lleva a que, con frecuencia, nos estén llamando para
que les hagamos la consulta, les orientemos y disipemos las dudas que tengan”.
El equipo
médico de esa plataforma también extiende su labor a “todas las personas de
habla hispana que se puedan beneficiar de nuestro servicio”, comentan acerca de
las posibilidades que ofrecen, sin fronteras ni restricciones.
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