Colegios colombianos dan 13 asignaturas y Venezuela siete. |
Redacción LR 09 de marzo de 2018
La
cantidad de horas de clases, el pénsum o hasta el uniforme son algunos de los
cambios a los que se enfrentan los niños venezolanos al emigrar e integrarse a
la educación colombiana, reseñó el portal web del diario La Opinión de Cúcuta.
Español,
matemáticas, religión, ética, geometría, estadística, ciencias sociales,
ciencias naturales, artística, educación física, computación e inglés, son las
materias que ve un infante de segundo grado en un colegio de Colombia,
que a diferencia de Venezuela, en el mismo grado escolar,
solo se imparten siete materias.
Profesores
de diversas
instituciones aseguran que operaciones como la multiplicación de
dos cifras y divisiones son resueltas con dificultad por los niños con nacionalidad
venezolana que llegan a cursar segundo grado.
Germán
Berbesí, rector del colegio Fronteras, en Villa del Rosario,
Cúcuta, explicó que la adaptación para los menores venezolanos que
estudiaron en colegios privados es más rápida que los que cursaron en
instituciones públicas, detalla la nota.
“Por
tradición se les dificulta, porque lo que ve un niño en quinto grado en Venezuela lo
ve acá en segundo grado. En Venezuela es muy deficiente el estudio de primaria
y bachillerato, y muy bueno el universitario”, agregó Berbesí.
Las
cifras comparativas de alumnos en 2017 en Cúcuta son muy altas. El año pasado
eran 1.500 niños venezolanos estudiando en la ciudad. Hoy, la cifra se duplicó.
Y esto se replica en cada uno de los municipios fronterizos, incluso, en todo
el país. “Tenemos 1.300 estudiantes, matrícula efectiva que viene del año
pasado son 800 alumnos, es decir, son 500 nuevos, y de esos casi 300 son
venezolanos”, detalló el rector.
Adaptación
Por su
parte, la psicóloga María Pineda declaró al portal que todo cambio en un
infante siempre puede ser traumático. “Es mirar caras extrañas, sentirse solo,
todo lo nuevo siempre genera ansiedad. Esta ansiedad debe ser bien manejada
tanto por los padres como por el mismo docente, quien debe ayudar al niño a
integrarse para que no sea tan duro”.
La
especialista señaló que en el caso de los adolescentes resulta un poco más
difícil, porque generalmente a estas edades ya los grupos de amigos están conformados,
y es más complicada la integración.
“Es
deber de papá y mamá apoyarlo en este proceso, y aún más cuando el cambio
implica salir de tu país, donde te enfrentas a cambios de cultura”, señaló.
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