Tipsfemeninos 24 de marzo de 2018
En la
emblemática Calle 8 de La Pequeña Habana de Miami, existe un rincón rodeado de
arte donde es posible degustar el buen chocolate venezolano. Se trata de
Guayaba y Chocolate
Bombones,
tabletas, y trufas, elaborados con materia prima de excelsa calidad: nuestro
cacao, el más sabroso y aromático del mundo, colman las vitrinas de Guayaba y
Chocolate, una pequeña tienda regentada por Alejandra Bigai y María Waleska
Vivas-Mendoza, caraqueñas, primas y socias, quienes en 2015 decidieron unir
esfuerzos para dar vida a un local a tono con la diversidad cultural tan propia
de la llamada ciudad del sol, para el disfrute de los sabores dulces de
Latinoamérica.
Alejandra
es diseñadora gráfica y chocolatier. Románicos, su firma de chocolates, goza de
reconocimiento y tiene local propio en la zona de Coral Way, también en Miami;
en 2012 fue una de las dos ganadoras del programa Make Mine a Million $
Business, iniciativa con sede en Nueva York que reconoce el esfuerzo de mujeres
emprendedoras. María Walesca es antropóloga, trotamundos, con experiencia en
temas sociales; por varios años se desempeñó en la administración pública,
dentro y fuera de Venezuela, y luego como consultora privada hasta que su sueño
de varios años se concretó en una grata realidad que huele y sabe a trópico.
Guayaba
y Chocolate está ubicada en Futurama, centro de arte que funciona como galería
y alberga pequeños estudios de artistas. María Waleska considera que es el
lugar perfecto para la tienda por tratarse de uno de los epicentros de la
movida cultural de la zona, que día a día recibe la visita de un gran número de
turistas, americanos la mayoría, también asiáticos y de Europa, que se pasean
por la Calle 8 como quien recorre un exótico destino. Ella y las tres
vendedoras que la asisten, los atienden y les explican las múltiples bondades
del cacao y los chocolates venezolanos.
En vitrina
En sus
inicios, Guayaba y Chocolate solo ofrecía bombones y barras de Románicos. Poco
a poco, se han sumado nuevas propuestas que incluyen algunos productos de
chocolates Franceschi y las de pequeños chocolateros, todos venezolanos.
Del
taller de Alejandra Bigai ofrecen 16 bombones elaborados con frutas tropicales:
parchita, piña, coco, mango, naranja, también con jengibre, dulce de leche,
pimienta de cayena, pistacho, miel, café con leche y champagne.
Mariana
Cidad es otra talentosa chocolatera venezolana, su firma se llama Picacho;
entre otras delicias, hace un bombón de picante de catara con chocolate blanco
Icoa de Chocolates El Rey; uno de coco y curry, de estilo thai, que parte de
una base crocante de coco untada con una ganache de chocolate con curry; un
caramelo de miel bañado en chocolate oscuro; unas bellas cucharitas de
chocolate oscuro que se derriten en la bebida; y como guinda una versión del
Toronto a la que llamó Pironto. María Waleska confiesa que este bombón la hace
llorar de emoción; cuando lo degusta rememora los sabores de su niñez.
A
través de Mariana, llegó otra joven chocolatera radicada en Orlando. Se trata
de Jessy Pino y su firma es Cacao González, que trabaja exclusivamente con
cacaos criollos Porcelana y Chuao. Sus chocolates son muy apreciados, sobre
todo por los paladares avezados que visitan la tienda, al punto de calificarlos
como ?comida de los dioses?.
De
Franceschi tienen las barras 60% de Rio Caribe, Sur del Lago y Carenero; una
barra especial Sur del Lago 70%, la cajita Quibor y la cestita Warao.
Concebido
y diseñado por la propia María Waleska es el estuche The Venezuelan Chocolate
Taste Experience, una práctica y lúdica forma de acercar al consumidor a
nuestros chocolates. La caja contiene cuatro muestras de chocolates El Rey: 56,
58, 61 y 70 %, una guía detallada acerca las propiedades de cada uno de ellos y
del cacao en general, y una ficha de cata para registrar las impresiones al
momento de disfrutarlos.
Más para degustar
Todos
los productos que venden en Guayaba y Chocolate son artesanales, elaborados,
salvo una excepción, por mujeres, muchas de ellas miembro de la prestigiosa Les
Dames d’ Escoffier, sociedad de damas involucradas con la cocina, a la que solo
se accede por invitación.
Mermeladas,
galletas, alfajores, brownies, helados y café completan la oferta. Este último
es de reciente data, trabajan con La Selva, marca local que usa granos
colombianos. Gusta mucho el Afogato, postre italiano elaborado con helado de
vainilla, crema y un shot de expresso que ellas preparan con café de Honduras.
Una vez al mes ofrecen un taller de trufas y ocasionalmente encuentros
musicales con talento y ron venezolano.
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