Camila Mardones 26 de junio de 2018
Un examen oral y una práctica de seis
meses son parte de los requisitos para revalidar sus títulos profesionales. En
los últimos seis años, tan solo cuatro, de un total de 133 solicitudes, han
sido aprobadas.
El
trabajo de vendedor de telas y cortinas que consiguió el venezolano Franklin
Franco (48) tras llegar a Chile era muy distinto al que desempeñaba en su país,
donde, tras ejercer cerca de 17 años como abogado penalista, había llegado a
ser fiscal del Ministerio Público. Así como él, un creciente número de
profesionales llega cada año desde Venezuela buscando mejores oportunidades,
sin embargo, pocas veces logran ejercer en su campo.
El
problema que enfrentan es que Venezuela no cuenta con convenios de revalidación
de títulos, lo que obliga a los abogados de ese país que desean trabajar en
Chile a realizar un extenso proceso en la Universidad de Chile, que incluye una
práctica profesional de seis meses y un examen oral que muy pocos logran
aprobar.
Según
información que entregó el plantel, en los últimos seis años han recibido 133
solicitudes de revalidación de títulos por parte de abogados venezolanos, y de
ellas solo cuatro han sido aprobadas (ver infografía).
De
esta forma, esta prueba se ha convertido en una especie de “Eunacom”, el examen
que tienen que dar los médicos para trabajar en el sistema público de salud y
para postular a los programas de especialización.
Franklin
Franco pasó por un largo proceso antes de ser aprobado. En total, se preparó
durante 12 meses. “La situación política y económica en mi país se había
tornado tan grave, que tuvimos que venirnos a Chile junto a mi mujer y mi hijo.
Al principio pensábamos que la revalidación no sería compleja, pero aquí nos
dimos cuenta de que era necesaria mucha preparación”, relata.
El
abogado explica que durante los primeros siete meses en el país trabajó de día
y estudió de noche, además se inscribió en un centro de tutorías para rendir el
examen. “Terminaba de trabajar como vendedor a las nueve de la noche y estudiaba
a veces hasta las tres de la mañana, dormía cuatro o cinco horas”, recuerda.
En
diciembre pasado tomó la decisión de renunciar a su trabajo para dedicarse
completamente a preparar la prueba. “Desde diciembre mi esposa es la que ha
llevado el peso de los gastos. La cantidad de horas que hay que dedicarle a
cada materia es importantísima para poder aprobar. Ha sido muy fuerte,
definitivamente se trata de un esfuerzo de toda la familia”, comenta Franco.
Pero
el sacrificio tuvo recompensa: el 16 de mayo pasado rindió el examen y tras
responder las preguntas de Derecho Civil, Derecho Procesal y Constitucional, le
avisaron que había aprobado. Según explicó el abogado, otros dos venezolanos
reprobaron la prueba.
Así
como para los recién egresados que rinden el examen de grado, también existen
tutorías para los extranjeros que desean hacer la revalidación. Uno de estos
centros, y donde se preparó Franco, es Tutores Derecho. Según el director
académico Juan Manuel Ramos, existen varios desafíos que enfrentan los
postulantes extranjeros al momento de revalidar. “La primera es el formato del
examen, que no es universal, por lo tanto, la primera gran dificultad es
explicar en qué consiste el examen de grado. Muchos nos comentan que en sus
países nunca se sometieron a exámenes de este tipo”, explica. En segundo lugar,
añadió Ramos, está el tiempo y la necesidad de los postulantes de trabajar. “La
revalidación es un examen con un volumen muy alto de materia, el estudio en
promedio dura alrededor de 10 meses. Al llegar a Chile los abogados extranjeros
no se imaginan que van a necesitar tanto tiempo de preparación. En la primera
reunión les preguntamos cuánto tiempo creen que necesitan para estudiar y nos
responden dos meses. Convencerlos de que esto dura mucho más es para ellos muy
difícil”, cuenta Ramos.
Pero
no solo el examen es complejo, explica Franco. “Ahora tengo que hacer una
práctica de 20 horas semanales en una corporación de asistencia judicial, pero
se hace muy cuesta arriba. Es muy difícil vivir con un ingreso, pero con ese
horario solo podría optar a un trabajo part time”, señala.
Otro
caso es el de la abogada penalista Scarlet Schiffino (48), quien a diferencia
de Franco, ni siquiera ha podido comenzar el proceso. “Es muy costoso, pero
necesito hacerlo. En diciembre me vine a Chile por la situación de Venezuela y
dejé a mis hijos allá, estoy esperando poder estabilizarme y poder traerlos
conmigo”, relata. Actualmente trabaja como secretaria, pero dice que cuenta con
más de 24 años de experiencia.
Respecto
de la baja tasa de aprobación de solicitudes, Schiffino indica que cree que sus
años como profesional la pueden ayudar. “Si Dios quiere, el año que viene podré
intentarlo”.
Tomado
de: http://www.latercera.com/nacional/noticia/la-eunacom-aqueja-los-abogados-venezolanos-chile/219129/
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